Josep Miquel Bausset "Todos los catalanes son una mierda"
Hagiógrafo de Franco, Calinsoga se dirigió a la sacristía gritando: “Vengo a protestar, porque la misa es en catalán”
Calinsoga cayó en la “trampa” y reconoció que era él mismo y no otra persona, el que había entrado a la sacristía para quejarse por el sermón
Se escribieron cartas a los anunciantes del diario explicando los hechos e instándolos al boicot
Se escribieron cartas a los anunciantes del diario explicando los hechos e instándolos al boicot
| Josep Miquel Bausset
Esta frase ocasionó, ahora hace 60 años, el conocido caso Galinsoga, fruto de la lucha y de la resistencia catalanista y antifranquista (con la participación de la Iglesia catalana) ante lasoberbia y la mala educación de Luis Martínez de Galinsoga, director de la Vanguardia Española y hagiógrafo de Franco, al que había definido como “Vigía de Occidente”.
El domingo 21 de junio de 1959, hoy hace 60 años, Galinsoga fue a misa de 9 a la parroquia de San Ildefons de Barcelona. En iniciar la homilía el sacerdote, en catalán, Galinsoga se dirigió a la sacristía, gritando: “Vengo a protestar, porque la misa es en catalán”.
“Usted perdone, le contestó el sacristán, pero la misa, como en todos los lugares, es en latín". Mossèn Lluís Gómez Rubiera, que estaba leyendo el periódico, cuando oyó aquellos gritos se dirigió a Galinsoga que repetía:
“Vengo a protestar porque es intolerable que se predique en catalán”.
Mossèn Lluís Gómez explicó a Galinsoga que, por el hecho de ser la misa parroquial, el sacerdote hacía la homilía en catalán. Galinsoga le respondió, mientras dejaba una tarjeta suya encima de una mesita: “Diga a ese señor y a todos sus feligreses, que son una mierda”. Y salió de la sacristía repitiendo: “Catalanes de
mierda”. Una mujer cuando oyó los insultos le dijo: “Pero qué dice, maleducado”. Y Galinsoga repitió gritando: “Que todos los catalanes son una mierda”.
El 25 de junio, mossèn Narcís Saguer, cura de San Ildefons, muy inteligentemente, le escribió a Galinsoga esta carta: “El pasado domingo día 21, mientras se celebraba en esta iglesia la misa parroquial, se presentó en la sacristía un individuo que utilizó esta tarjeta que lleva el nombre de V. S. y que le adjunto, y que en forma incorrecta y grosera se permitió proferir unas frases soeces contra el infraescrito y contra sus feligreses. Como
debe tratarse, indudablemente, de un caso de suplantación de personalidad, pongo el hecho en conocimiento de V. S. , para que pueda tomar las medidas pertinentes y evitar en lo sucesivo que ocurran escenas de ésta índole que podrían redundar en menoscabo de la fama, honorabilidad y caballerosidad que goza V. S. entre los ciudadanos de Barcelona”.
Galinsoga cayó en la “trampa” y contestó a mossèn Saguer, reconociendo que era él mismo y no otra persona, el que había entrado a la sacristía para quejarse por el sermón en catalán. Estos hechos comenzaron a conocerse y se inició una campaña ciudadana contra La Vanguardia Española, con gente de CC como Jordi Pujol, Jaume Casajuana o Xavier Polo. Aparecieron diarios de La Vanguardia rotos, se escribieron cartas a los anunciantes del diario explicando los hechos e instándolos al boicot y también se invitaba a los subscriptores a darse de baja del periódico hasta que Galinsoga fuese destituido. Los cristales de la redacción de La Vanguardia fueron rotos y aparecieron pintadas de “Visca Catalunya”.
El caso Calinsoga fue un éxito de la oposición democrática junto a la Iglesia catalana
De la imprenta de Francesc Pizon salió un texto clandestino, redactado por Jordi Pujol, titulado: “TODOS LOS CATALANES SON UNA MIERDA” y que decía: “A desgrat de la injúria proferida pel tal Galinsoga, el Govern l’ha confirmat en el lloc de director de La Vanguardia. Amb aquest acte, el Govern es fa seua la injúria i la llança a la cara de tots els catalans. És el que calia esperar. Cal respondre dignament al repte: EL CATALÀ QUE ANUNCIÏ, LLEGEIXI, COMPRI O NO ES DONI DE BAIXA, SI ESTÀ INSCRIT, ÉS UN RENEGAT. Els no catalans que treballen i viuen a Catalunya, tenen el deure de defensar la terra que els acull i els considera seus, igual com
els seus fills. Enfront de tal injúria, no hi ha diferències : Cal ofegar amb una muntanya de Vanguardies refusades, aquest gos empestat de Galinsoga. BOICOT TOTAL A LA VANGUARDIA”.
La tirada del diario se había reducido en 30000 ejemplares, se dieron de baja cerca de 20000 subscriptores y el conde de Godó, propietario de La Vanguardia, perdió un millón y medio de pesetas.
A la vista de la magnitud de la campaña, Galinsoga tuvo miedo y el 19 de enero de 1960 escribió un artículo en el que pregonaba su afecto y su servicio a Cataluña y su amistad con Puig i Cadafalch y con Francesc Cambó.
La oposición a Galinsoga sacó otro texto, que se distribuyó ampliamente y donde se refutaban los argumentos dados por el director de La Vanguardia en su artículo del 19 de enero. El texto decía: “RESPOSTA al Sr. LUIS de GALINSOGA, director (encara) de “LA VANGUARDIA”: “Sr. Galinsoga: Com vol que el creguem quan desmenteix els fets que se li atribueixen? ... Vostè que és manifestament anticatalà, vostè amic d’en Pug i Cadafalch? Vostè amic d’en Cambó, d’en Rahola, d’en Ventosa....de tots els homes que feien sentir la veu de Catalunya en el Parlament espanyol, dels homes que defensaven la llengua, l’economia, els drets de tot ordre de Catalunya ? Vostè, rabiosament partidari de la proscripció total de la llengua catalana (tot l’incident de Sant Ildefons arrenca d’aquí) vostè amic d’en Cambó?....Vostè s’havia arribat a creure que els catalans ja no teníem capacitat de reacció...no ha tingut present que, malgrat el silenci obligat, Catalunya segueix viva, per això vostè Sr. Galinsoga, ens ha insultat greument, una vegada i una altra. Fins que hem dit prou”.
El texto acababa con estas palabras: “CATALANS: mentre en Galinsoga, adulador professional, home de baixa categoria personal, anticatalà rabiós, periodista mentider, segueixi de director del diari, NO EL COMPREU. DONEU-VOS-EN DE BAIXA. NO HI ANUNCIEU. BOICOT TOTAL a “LA VANGUARDIA”. El 28 de diciembre de 1959, el editor del diario se había dirigido a las autoridades franquistas para solicitar el relevo del director. El
7 de febrero siguiente, el nombre de Galinsoga ya había desaparecido de La Vanguardia.
El caso Galinsoga fue un éxito de los grupos catalanistas y de la oposición democrática, juntamente con la Iglesia catalana (que siempre ha amado y ha defendido nuestra lengua) en la lucha contra la dictadura franquista y contra la prepotencia de los enemigos de Cataluña. De hecho, recientemente (Avui, 14 de
mayo de 2019) el arzobispo de Tarragona, Joan Planellas, en sintonía con los documentos del episcopado catalán, declaraba: “Manifestamos nuestro profundo amor por el país, lo amamos”.
Y es que como decía también (Ara, 16 de junio de 2019) el arzobispo Planellas, en relación a la defensa de la lengua catalana por parte de la Iglesia: “¿Quién puede renegar de su tierra?¿De Cataluña que tiene cultura, lengua y talante propio? La Iglesia tiene que afirmar este amor por la tierra donde vives”. Una vez más se demuestra que cuando un pueblo está unido para de defender su dignidad y su identidad nacional, David es capaz de vencer Goliat.
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