Corpus Christi y caridad con el prójimo "Debemos ser coherentes con el núcleo de nuestra fe"
"A raíz de la Solemnidad del Corpus Christi, me gustaría compartir una serie de reflexiones e inquietudes"
"Para mí la Eucaristía es sinónimo de amor y comunión con Cristo y con los demás. Cada vez que voy a misa y recibo la comunión, siento que me da fuerzas para ser mejor persona"
"Es triste ver cómo hay católicos devotos que cumplen con sus obligaciones de ir a misa cada domingo y fiestas de precepto y sin embargo se mantienen indiferentes ante el sufrimiento ajeno"
"La solidaridad que nos enseña Cristo es universal. Por esta razón me apena y decepciona en particular que hayan cristianos que apoyen políticas anti migratorias o que discriminen a otras personas por su cultura, su país de origen, por su etnia, por su color de piel, por su religión, su género, su orientación sexual o por el motivo que sea"
"Como dice la Primera Carta de San Juan aprendamos a amar no sólo con palabras sino también con obras. Debemos ser coherentes con el núcleo de nuestra fe"
"Es triste ver cómo hay católicos devotos que cumplen con sus obligaciones de ir a misa cada domingo y fiestas de precepto y sin embargo se mantienen indiferentes ante el sufrimiento ajeno"
"La solidaridad que nos enseña Cristo es universal. Por esta razón me apena y decepciona en particular que hayan cristianos que apoyen políticas anti migratorias o que discriminen a otras personas por su cultura, su país de origen, por su etnia, por su color de piel, por su religión, su género, su orientación sexual o por el motivo que sea"
"Como dice la Primera Carta de San Juan aprendamos a amar no sólo con palabras sino también con obras. Debemos ser coherentes con el núcleo de nuestra fe"
"Como dice la Primera Carta de San Juan aprendamos a amar no sólo con palabras sino también con obras. Debemos ser coherentes con el núcleo de nuestra fe"
| Alberto Gata Tocón
Cada año los católicos celebramos la Solemnidad del Corpus Christi durante el cual conmemoramos la presencia de Cristo en la Eucaristía. La Eucaristía es el centro y culmen de nuestra fe. Con motivo de esa fiesta se organizan procesiones de Jesús Sacramentado por las calles. En España también es el día de la Caridad en el que nos concienciamos como creyentes y como personas sobre las necesidades de los más pobres y los más vulnerables y la labor de organizaciones como Cáritas y de voluntarios que dan parte de su tiempo en atender y ayudar a quienes pasan necesidades o están en riesgo de pobreza severa y exclusión social.
A raíz de esta Solemnidad, me gustaría compartir una serie de reflexiones e inquietudes:
Para mí la Eucaristía es sinónimo de amor y comunión con Cristo y con los demás. Cada vez que voy a misa y recibo la comunión, siento que me da fuerzas para ser mejor persona.
La Eucaristía en particular me pone en comunión con los hermanos cristianos perseguidos en todo el mundo por su fe. Me ayuda a sentirme más cerca de ellos.
Cuando rezo a Jesús Sacramentado expuesto en una capilla de adoración perpetua, me siento en paz y más cerca de Jesús. Me siento más confortado, especialmente cuando necesito desahogarme. Siento que me escucha y me acompaña en mis alegrías y penas.
Como creyente también creo que el culto a Jesús Eucaristía y la caridad y solidaridad con los más necesitados y los más pobres van juntos de la mano, es decir, que están interrelacionados entre sí y que uno no se entiende sin el otro. Es triste ver cómo hay católicos devotos que cumplen con sus obligaciones de ir a misa cada domingo y fiestas de precepto y sin embargo se mantienen indiferentes ante el sufrimiento ajeno de muchas personas por todo el mundo como los migrantes, los refugiados, las familias en peligro de exclusión social, personas sin hogar…
"Es triste ver cómo hay católicos devotos que cumplen con sus obligaciones de ir a misa cada domingo y fiestas de precepto y sin embargo se mantienen indiferentes ante el sufrimiento ajeno"
Como dice la Primera Carta de San Juan aprendamos a amar no sólo con palabras sino también con obras, es decir, que nuestra piedad cristiana y nuestras devociones vayan acompañadas de hechos y actos de solidaridad, amor, fraternidad y justicia con los más necesitados, los descartados y los más pobres de nuestra sociedad y nuestro mundo sin excluir a nadie. Debemos ser coherentes con el núcleo de nuestra fe: el amor al prójimo, la solidaridad, la fraternidad, la paz, el respeto a los demás, la justicia y los derechos humanos universales. Éstos son valores universales comunes a todas las culturas y religiones del mundo.
Jesús nos legó el mandamiento supremo del amor a Dios y a los demás. No se puede amar y adorar a Dios si no amamos y respetamos a los demás, no importa las diferencias. No importa si tu prójimo no es de tu mismo país o profese la misma religión. No importa su pasado oscuro o sus errores del pasado. La solidaridad que nos enseña Cristo es universal, es decir, que no se limita a los más cercanos sino que va mucho más allá. La solidaridad no tiene fronteras Por esta razón me apena y decepciona en particular que hayan cristianos que apoyen políticas anti migratorias o que discriminen a otras personas por su cultura, su país de origen, por su etnia, por su color de piel, por su religión, su género, su orientación sexual o por el motivo que sea.
"Recomiendo a todos cristianos o no estudiar profundamente la Doctrina Social de la Iglesia y encíclicas como la Fratelli Tutti del Papa Francisco o las encíclicas Deus Caritas Est y Caritas In Veritate del papa emérito Benedicto XVI, que en gloria esté"
Recomiendo a todos cristianos o no estudiar profundamente la Doctrina Social de la Iglesia y encíclicas como la Fratelli Tutti del Papa Francisco o las encíclicas Deus Caritas Est y Caritas In Veritate del papa emérito Benedicto XVI, que en gloria esté.
Recemos siempre a Jesús en la Eucaristía para que nos inflame nuestro corazón de amor, de solidaridad con los más pobres, los descartados de nuestra sociedad y que nos anime a defender e impulsar la justicia, la paz, la fraternidad, la tolerancia, el diálogo interreligioso, la misericordia, el respeto a las diferencias y la inclusión de todos entre otros muchos valores.
Para concluir debo animaros a que vayamos caminando siempre en este mundo y en esta vida hacia un nosotros cada vez más grande, más abierto, más inclusivo, más diverso.
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