Queiruga, difamado por la cúpula eclesiástica Si Häring levantara la cabeza...

(Juan Masiá).- B. Häring (1912-1998) , con su obra (Libertad y fidelidad en Cristo, 3 vols. 1978-81; trad. en Herder, 1980-83), es el barco almirante de la escuadra renovadora de la moral católica, que cruzó el estrecho desde el mar interior preconciliar al amplio océano de la era post-Vaticano II.

¿Qué diría hoy "si levantara la cabeza"...? No hace falta que la levante de su tumba, porque vive en el seno de la vida divina a la que le despertó su fe en Jesús , El Viviente.

Las palabras que escribió este teólogo redentorista en 1992 son de una tremenda actualidad y merecen reproducirse en 2012, cuando la celebración del cincuentenario del Vaticano II coincide paradójicamente con la injusta puesta entredicho de teologías tan meritorias como la de Andrés Torres Queiruga, difamado por la cúpula eclesiástica abanderada de la ortodoxia.

Escribía así el P. Häring hace veinte años:

... Veo con honda preocupación cómo en esta última década del siglo XX se va agudizando una neurosis colectiva, de tipo paternalístico...

... Todos desconfían de todos, se recompensa a los delatores, y siempre hay arribistas dóciles y sin escrúpulos, que medran con las circunstancias...

...Hay una minoría, afín al hasta hace poco llamado Santo Oficio y profundamente involucrada en el nombramiento de obispos, que pretende imponer a toda la Iglesia sus criterios particulares: a los ‘buenos' católicos, que muchas veces se sienten inseguros y hasta perplejos, les ofrece su monopolio de seguridades, su verdad absoluta, ... a los católicos críticos les impone el reconocimiento de ese monopolio absoluto en todas las cuestiones tocantes a la fe y las costumbres, bajo pena de una sanción disciplinar o mediante la exigencia de un juramento de fidelidad a sus directrices.

Una empresa que, tras haber perdido sus derechos de exclusividad, sigue comportándose como si poseyera aún todos sus monopolios, y corta sistemáticamente las alas a sus fuerzas más creativas, bien pronto se verá sin clientela e incluso privada de sus más dinámicos colaboradores..."

La voz profética del P. Häring no necesita comentario.

(cf. el texto íntegro en: B. Häring, "La teología ante el tercer milenio", en: Marciano Vidal, Conceptos fundamentales de ética teológica, ed. Trotta, Madrid, 1992, 15-33)

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