Fronteras invisibles

Le hizo contemplar la dureza
de la senda a recorrer
,
sin opciones, sin marcha atrás.
Y le acompañó hasta la gris parada de tren
que le conduciría por vías inexploradas
hacia las tempestades, otros lares…

“No hay futuro ya en la tierra que te dio a luz.
Deberás caminar, paso a paso,
despojado, con los pies doloridos,
sufriendo la incomprensión, el rechazo.
Mas nunca permitas que te tracen
la señal de la muerte en tu frente.

Será imposible evitar la noche de la soledad,
el orvallo salado, constante,
del manantial y su rocío,
Pero deberás recrear tu propia patria,
las fronteras invisibles,
avivando las brasas del corazón
al abrigo de la imagen sin presencia.
Acuérdate de mis palabras,
de mi entraña dolorida, abierta…”.

La nostalgia me invade antes de tiempo,
me intenta abrazar y se lo prohíbo, mientras
me alejo por el andén de la tarde para impedir
que nos despedace amarga la separación,
apretando en el puño un húmedo pañuelo
de indignación, rabia e impotencia.
Y vuelvo a casa sola con mi desolada herida.
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