No dejes que se pierda
la sonrisa en tus labios recién brotada,
el brillo intenso de tus ojos cercanos,
la palabra libre, sincera, alborotada,
el vuelo de tu pelo y de tus manos.
No dejes en el olvido
la paz inalterable de tus adentros,
la huella indeleble de tus pisadas,
la flor nívea, abierta del almendro,
la delicada luz de tu mirada.
No dejes para mañana
el beso que te nace ardiente,
el latido vibrante de la vida,
la caricia tierna, sugerente,
la noche traspasada por la amanecida.