RESURRECCIÓN CÓSMICA
Cuando pisabas, Jesús, la tierra mía
y andabas con sudor por este mundo,
cuando el llanto te hería en lo profundo,
cuando añorabas vida y alegría,
¿no te turbaba la melancolía
de ser solo un hombre en un segundo
para no ser infértil e infecundo
entre gente tan torpe, lerda y fría?
Miré una flor violeta en el camino,
un niño destrozado por la guerra
y el beso de la lluvia sobre el prado
y comprendí de pronto que es divino
todo lo humano de esta frágil tierra
ya que contigo ha resucitado.
Pedro Miguel Lamet