Somos muchos los que nos hemos sentido conmovidos por el abrazo de Francisco y Milei. Si bien el Papa está abierto al encuentro con todos los líderes mundiales, no con todos muestra la misma efusividad. No es ingenuo y sabe que muchos sólo van a sacarse una foto para lucrar con la imagen. Algunos son unos verdaderos caraduras.

Con sus gestos latinos, Bergoglio intenta ganar para el Evangelio y ante la duda, mejor abrazar, sembrar y bendecir que maldecir, condenar y cosechar antes de tiempo (Mt 13,24), aunque esto traiga críticas e incomprensiones. A Jesús ya le pasaba: “Vino el Hijo del hombre, que come y bebe, y dicen: “Este es un glotón y un borracho, amigo de recaudadores de impuestos y de pecadores”. Pero la sabiduría queda demostrada por sus hechos». (Mt 11:19)

Francisco y Milei son hombres tienen concepciones distintas. Francisco ha sido un gran impulsor y actualizador de la centenaria Doctrina Social de la Iglesia, que pone el acento en la dignidad humana, el Bien Común y la atención activa a los más pobres de la sociedad, entre otras cosas.

Milei, en cambio, adscribe a una ideología que absolutiza el papel de la libertad individual, la propiedad privada y el mercado, negando el contrapeso de la subsidiariedad estatal, a la que ve, siempre y dogmáticamente, como generadora de corrupción. Puede escandalizarnos, pero es el librito de pensamiento único que se enseña en casi todas las facultades de economía, un catecismo instalado desde que la escuela austríaca colonizó la globalización de los ´90, sepultando el estado de bienestar que durante varias décadas posteriores a la segunda guerra había producido un espectacular crecimiento con equidad.

En cualquier otra carrera universitaria, existen generalmente varias corrientes de pensamiento. En cambio, en económicas, aunque no es una ciencia exacta, no existen variantes sustanciales (vb. Rendueles-Polanyi, “Los límites del mercado: Reflexiones sobre economía, antropología y democracia”). Las críticas suelen venir de las otras ciencias sociales, que son las que miden y comparan otros datos de sectores sociales y países, porque no están solo abocadas a los beneficios de las corporaciones.

Pero una cosa son los enunciados teóricos que reducen la realidad a ideas y otra las realizaciones prácticas e históricas de sus principios. De esto no se salva ni la iglesia como institución ya que en teoría predica la mejor doctrina, pero en sus filas no solo se han adherido peligrosamente a diferentes ideologías a lo largo del tiempo, sino que, dentro de sus muros, algunos cultivan una ideología con marca propia, la del clericalismo. “El que no tenga ideología, que tire la primera piedra”. (Lucio Gera)

De lo que se trata con este abrazo es de simbolizar que el Evangelio nos invita a una instancia superadora de nuestros sesgos ideológicos. Aquella actitud de un corazón que ve en el adversario a un hermano con el cual dialogar. Si bien siempre tendremos que seguir trabajando en modelar mejores planes para la sociedad, hemos de ser conscientes de la fragilidad que ellos tienen. No hay ideologías perfectas cuya aplicación tenga asegurada automáticamente la felicidad y por las cuales dar la vida y odiar al adversario.

Todas tienen sus historias, sus razones de ser y sus sectores favorecidos, pero también sus límites. Por eso, su absolutización totalitaria, aunque se disfrace de “democrática”, conspira contra el Bien Común y la virtud de las personas. Unas acentúan el papel de la libertad y la libre iniciativa, otras la mayor igualdad. Pero solo la Fraternidad, tal como la enuncia Fratelli Tutti, es garantía de convivencia entre aquellos que buscan el bien de toda la sociedad y de todos los países.

La fraternidad tiene algo positivo que ofrecer a la libertad y a la igualdad. ¿Qué ocurre sin la fraternidad cultivada conscientemente, sin una voluntad política de fraternidad, traducida en una educación para la fraternidad, para el diálogo, para el descubrimiento de la reciprocidad y el enriquecimiento mutuo como valores? (FT 103)

Milei ha sido elegido por su Pueblo no porque todos se volvieron ultraliberales y libertarios, sino porque expresó una firme decisión (está por verse) de acabar con una corrupción sistémica desde hace años disfrazada de “justicia social”, lo que le ha hecho mucho daño a este altísimo concepto y ha empobrecido como nunca a la ciudadanía.

El problema más inmediato es esta transición hiperinflacionaria y empobrecedora que está transcurriendo con las primeras medidas de Milei. Muchos, a pesar del sufrimiento, siguen acompañando por la esperanza que pronto se regularice la situación y confían más en su pragmatismo que en su ideología, dado que ésta ya fue ejecutada en el país en varias oportunidades con resultados catastróficos. Pero no es un cheque en blanco, tiene una caducidad de pocos meses antes que pueda haber una violencia incontrolable que no podrá ser reprimida como lo está haciendo hasta el momento.

Lo que sucede también es que los países no están aislados del contexto global y tampoco es casualidad que todos los países del sur estén mal. Así que ojo al occidente rico cuando hacen sus juicios de valor sobre los países pobres, que no se dan cuenta que viven a costa de ellos ("externalización de costos) por lo cual esa mayoría de países del mundo nunca levantan cabeza. Esto no es ideología, son datos de la realidad estudiados y publicados hasta el cansancio. Así que no se trata solo de aplicar mejores técnicas económicas internas sino de ser mas justos en el orden internacional, que las recetas que dan tanta ganancia es porque usan de harina a los demás, con la complicidad de las elites vernáculas de medio pelo.

Ojalá que Milei se dé cuenta, ya que llegó al gobierno con ese correctivo mental de criticar castas y “se cuide de la levadura de los Herodes de este mundo” (Mc 8,15) y descubra que el pan se multiplica cuando se pone en común lo que se tiene, ya que el milagro de multiplicar panes, no es la magia del mercado sino los talentos multiplicados con solidaridad humana (Mc 8, 14-21). Todo lo demás es postureo y robo de guante blanco.

"La caridad política supone haber desarrollado un sentido social que supera toda mentalidad individualista: «La caridad social nos hace amar el bien común y nos lleva a buscar efectivamente el bien de todas las personas, consideradas no sólo individualmente, sino también en la dimensión social que las une». Cada uno es plenamente persona cuando pertenece a un pueblo, y al mismo tiempo no hay verdadero pueblo sin respeto al rostro de cada persona. Pueblo y persona son términos correlativos". (FT 183)

Milei también ha evidenciado una búsqueda espiritual en su acercamiento al judaísmo. Es positivo y poco común en quienes profesan su fe en la idolatría racionalista del mercado. Puede llegar a iniciar una instancia superadora de la actual ideología tecnocrática. Todas las ideologías contemporáneas parten de la base de un racionalismo ya sea de derecha o izquierda, que pretende explicarlo todo y prescinde de la dimensión trascendente del ser humano y la sociedad. Tal vez esto logre destrabar posturas tan dogmáticas acerca de la economía y las finanzas, que causan profundos perjuicios hacia los más necesitados y enriquecen aún más a los cómplices locales.

La Iglesia de Jesús está llamada a ser agente de fraternidad en el mundo. Debe estar en unión íntima con la sociedad (GS 1), al servicio de los hombres (GS 3), siendo promotora de unidad (GS 43). entre Dios y los hombres y los hombres entre sí. En primer lugar, viviendo en la permanente conversión a la Misericordia de Jesús y siendo autocrítica de sus opciones ideológicas y de sus pecados de división. Pero también contagiando al mundo la novedad de Cristo que supera toda división y hace de seres tan distintos por tantos motivos, un Pueblo de hermanos.

Auguramos para este gobernante lo que reza la liturgia: "Que Dios, amante de la paz, le inspire la sabiduría del diálogo y la voluntad de contribuir al bien común, superando lo que divide y buscando lo que une"

Si bien en la campaña presidencial tuvo muchos exabruptos, el respeto y consideración del presidente argentino en este encuentro, es un ejemplo para tantos purpurados que tratan con tanto desdén al sumo pontífice.

Este abrazo es un ejemplo para un mundo necesitado de paz y diálogo de verdad. Anhelo que suceda aquello que dice “Rick” al gendarme, al final de Casablanca: “presiento que éste es el comienzo de una hermosa amistad”.

La historia no está escrita, depende de la libertad y solidaridad humanas, no del determinismo de las ideologías. Dios ha apostado por ellas, Francisco también.

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