Santa Tecla, la oyente fiel
Un documento del siglo II, Hechos de Pablo y Tecla relata las peripecias que tuvo que pasar la nueva cristiana cuando su propia familia y la sociedad de la época rechazaron la resolución que tomó de seguir al apóstol Pablo y mantener su virginidad, deshaciendo los planes de sus padres.
Aquí entra la leyenda de las muchas pruebas y milagros que tuvieron a Tecla por protagonista: arrojada a las llamas, condenada a los leones, echada a un foso con reptiles y otras torturas que pueden contemplarse en el retablo del altar mayor de la Catedral de Tarragona.
Entre la duda y la certeza se ha debatido mucho sobre una posible estancia de San Pablo en Tarragona y sobre si Santa Tecla pudo acompañarlo. Lo seguro es que desde muy antiguo Tarragona tiene una singular devoción a nuestra patrona. Ya en el siglo XIV se le dedica la Catedral, y eso después de cuatro siglos de dominación musulmana, lo que permite pensar que la devoción pudo ser anterior, aunque no se conserven testimonios.
Las fiestas de Santa Tecla son también muy antiguas. Se remontan al año 1321, cuando llegó el brazo de la Santa desde Armenia. Y lo cierto es que nunca han dejado de celebrarse como la principal fiesta ciudadana. Con este motivo deseo felicitar las fiestas a todos. Que podamos disfrutar de las celebraciones religiosas y de calle tan variadas.
Hay algo que estos días merece ser considerado. Las fiestas son consecuencia de una devoción cristiana; no sería pues lógico que lo esencial pasara a ser secundario. ¿Y de qué modo podemos vivir en cristiano estas fiestas? Pienso que imitando en algo a Santa Tecla: en su actitud de oyente fiel.
Ella oyó las palabras de San Pablo, las mismas o parecidas a las que escuchamos nosotros cuando vamos a misa los domingos y estamos atentos a la segunda lectura, basada en textos de sus Epístolas o de los Hechos.
No sabemos qué frases golpearon el corazón de la joven Tecla y la decidieron a seguir a Jesucristo. Si seguimos con atención las lecturas la misa, o las leemos en la Hoja Dominical y en el Nuevo Testamento, encontraremos el mensaje de Cristo en las palabras del Apóstol de los gentiles, nuestro apóstol de Tarragona.