¿Comienza la "ansiada" reforma de la Curia?
A nivel estructural, se va el "tapón". El cardenal Sodano pasó más de 15 años en la sala de máquinas de la Iglesia. Con un poder casi omnímodo. El Papa Wojtyla le dejó las llaves de la Curia y él se aprovechó a fondo.
Nunca fue un personaje querido. Ni dentro ni fuera de la Iglesia. Poco carismático, encarnaba a la perfección "todos los males de la Curia", ese aparato de poder que algunos cristianos definen casi como demoníaco.
Hasta ahora era el "tapón", que impedía otros cambios. Una vez desatascado, los demás cambios vendrán en cascada. En Roma ya tiemblan. Benedicto XVI no se casa con nadie, conoce perfectamente los engranajes curiales y, como es lógico, va a buscar a gente fiel, preparada y con pocas ansias de poder y de medrar. No le gustanlos trepas. Y de esos, por desgracia, en la actual Curia vaticana, quedan muchos. Algunos ya han puesto sus barbas en remojo. Se anuncia el "cambio" curial para después del verano.
Según los angelitos romanos, el nombramiento de Bertone responde a las siguientes claves. Primero, por ser un hombre de absoluta confianza del Papa Ratzinger, con el que compartió las duras y las maduras de Doctrina de la fe durante muchos años.
Es un cardenal de "doctrina segura", pero con maneras pastorales. Un salesiano, sencillo en el trato, en contacto con la calle y sin excesivas apetencias de poder.
Un hombre de hoy, al que le gusta el fútbol, la música, el teatro o la televisión bien hecha. Un cardenal en contacto con la vida actual, capaz de sitonizar con los anhelos de los fieles, sin condescendencias.
Un cardenal que sonríe, que defiende la doctrina sin ser "profeta de calamidades", que denuncia lo malo, pero estimula y alienta en lo bueno. Que transmite esperanza.
Un salesiano, es decir perteneciente a una congregación religiosa. Benedicto XVI parece decidido a volver a colocar a las órdenes religiosas en el lugar que siempre ocuparon y del que fueron expulsadas, en lás últimas décadas, por los ultraconservadores movimientos religiosos, protegidos por Roma.