Parolin, "sabio,capaz y modesto"
Un nombramiento esperado y decisivo, que marcará no sólo el pontificado de Bergoglio, sino también los posteriores, porque el nuevo Secretario de Estado tienen tan sólo 58 años y está llamado a desempeñar éste u otros cometidos de relieve en la Curia durante al menos 17 años.
Con su nombramiento, la Iglesia gana en juventud. Y, por lo tanto, en imagen. Parolin puede presentarse en la escena internacional como cualquier otro político de relieve. No es ningún abuelo. Puede codearse con cualquier ministro de Exteriores de cualquier Gobierno occidental.
Porque eso es de lo que más va a ejercer: de diplomático experto (gran experto) en relaciones exteriores. Un gran Canciller para la Iglesia. Un diplomático muy capaz y muy sobrio para un Papa "explosivo". Con mucha experiencia en temas y dosieres muy delicados. Desde China o Vietnam a Oriente Medio.
Conoce perfectamente la nueva frontera asiática de la Iglesia, especialmente China y Vietnan. Y, por supuesto, Latinoamérica, donde lidió con Hugo Chávez y los regímenes bolivarianos. También estuvo en Africa y en la misma Curia, donde ocupó cargos de responsabilidad con Sodano y Bertone, pero sin ser de ninguno de los dos.
De hecho y quizás por no doblegarse a la ley de las cordadas, lo mandaron al "exilio", a una nunciatura difícil como la de Caracas. Pero también allí consiguiño salir a flote y mediar con el régimen de Chávez incluso con la oposición del propio episcopado venezolano.
También conoce España desde hace tiempo. Por su manos pasaron los informes más delicados, especialmente en la época de Zapatero como presidente del país. No se le escapa nada de la Iglesia española.
Dicen que no es encasillable. En definitiva, un diplomático moderado con entañas pastorales, al estilo de Francisco. Eso sí, es experto en diálogo y en mediación, como dice el cardenal Tauran.
Y es que, con Francisco, vamos a la Iglesia de la suma, de la síntesis, de la complexio oppositorum. No se trata de revanchas ni de exclusiones, sino de sumar por el Reino. Desde la moderación, dando carta de naturaleza a todas las corrientes eclesiales. Sin privilegiar ninguna. O privilegiando las corrientes que realmente se dediquen a salir a las fronteras y evangelizar.
José Manuel Vidal