Los desplantes del Vaticano al Gobierno
El rígido ritual diplomático, desarrollado fundamentalmente por la Santa Sede, está hecho para proteger el poder de toda improvisación. Moratinos tiene que saber que no toca ni le toca audiencia, de ahí la pregunta: ¿por qué se expone al feo de que no le reciban? Salvo sorpresa de última hora, la Santa Sede ha declinado la petición cursada por el Gobierno español para que el Pontífice y el ministro de Exteriores mantengan un breve encuentro.
El Vaticano argumenta que el Papa ha decidido conceder audiencias privadas sólo a los jefes de Estado y a los primeros ministros. En casos excepcionales se reunirá con otros representantes de un Estado. Una excepción que durante el pasado mes de enero no ha dudado en hacer con el alcalde de Roma, con el representante de la región del Lazio, con el presidente de la provincia de Roma, con el presidente del 'land' alemán de Baden-Württemberg, con Aznar o con Rajoy, por citar algunos ejemplos.
Todo indica, sin embargo, que no hará excepción con Moratinos. Y menos aún después de que el Congreso aprobara ayer el proyecto de Ley de Reproducción Asistida.
La Secretaría vaticana ya informó la semana pasada a la embajada española ante la Santa Sede de que Benedicto XVI no podía verse con el ministro de Exteriores. Y a pesar de los intentos que desde entonces se han hecho, al cierre de esta edición el encuentro se daba prácticamente por descartado.
Así las cosas, y salvo que el Papa decida en el último momento lo contrario, el ministro sólo se verá hoy con el cardenal Angelo Sodano, secretario de Estado Vaticano, y con el arzobispo Giovanni Lajolo, ministro de Exteriores de la Santa Sede.
Benedicto XVI tampoco recibió en noviembre a la vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega. Sin embargo, el Pontífice sí se reunió el 27 de enero con el líder del PP, Mariano Rajoy; la esposa de éste, Elvira Fernández; el secretario de Relaciones Internacionales del PP, Jorge Moragas, y el secretario general del PP en Cataluña, Jorge Fernández. Dos semanas antes, Benedicto XVI recibió la visita del ex presidente Aznar.