Este es el primer texto dentro de un nuevo espacio que, por bondad de Religión Digital, se me ha concedido. Por ello, aquí quiero dejar claro lo que espero brindar en este blog, para que los lectores puedan conceder o no un tiempo de sus días, de sus vidas, para la lectura de las reflexiones que se irán publicando aquí con cierta regularidad. 

Lo primero a lo que quiero referirme es al nombre mismo del espacio: ruphay. —Su pronunciación correcta es “rup-jai” — ¿Qué significa?, ¿de dónde viene esa categoría?, ¿por qué traer dicho nombre a un espacio como Religión Digital? Ruphay es una palabra que viene del quechua que puede tener varias interpretaciones; sin embargo, para este caso lo comprenderemos como “rayos de sol”.

Religión Digital es un espacio abierto al pensamiento y por ello, es un lugar perfecto para reflexionar, para dejar que el sol alumbre. Ruphay, este espacio, intentará captar aquellas partículas de luz que ya están en el ambiente; no se trata de caer en esnobismos, la intención es que se dé un lugar para la reflexión mesurada de lo que va aconteciendo.

La búsqueda de la verdad —la construcción común de comprensión— es un imperativo para los frailes dominicos, es inherente al carisma. Ruphay quiere ser un espacio de seguimiento de Jesús que lleve a quienes buscan cercanía con la verdad al Padre y con ello aproximarnos a su misericordia que permite que el sol salga sobre malos y buenos. (Mt 5,45).

Para el pueblo azteca, el origen del sol y la luna se da en una reunión de dioses en un lugar denominado Teotihuacan. Allí estaban decidiendo quien sería el nuevo encargado de alumbrar el mundo, los dos dioses Tecnucitztécatl y Nanahuatzin fueron los opcionados —el primero se auto postuló y el segundo aceptó de forma humilde la invitación de los otros dioses—. Tecnucitztécatl, al observarla necesidad de sacrificarse a sí mismo para convertirse en sol, se arrepiente; por el contrario, Nanahuatzin asume el sacrificio y se convierte en el quinto sol, el dios de la humildad. Alumbrar implica humildad y sacrifico, la reflexión no se hace de la nada. 

Lumen Gentium inicia afirmando “Cristo es la luz de los pueblos” (LG, n.° 1). Al igual que Nanahuatzin,Jesús se sacrifica y alumbra los pueblos. Él, que es camino, verdad y vida (Jn 14,6), ilumina a toda la Iglesia con su luz “como el sol cuando brilla con toda su fuerza” (Ap 1, 16).

Ruphay es entonces un lugar para la reflexión, un blog en el que daré mis opiniones desde la perspectiva de un creyente que quiere contribuir en la búsqueda de la verdad y el diálogo con las culturas. En los textos se presentará eventos cotidianos y le pondrán en conversación con mitología americana, textos patrísticos, textos bíblicos y otros que permitan ampliar el horizonte de sentido, que permitan encontrarnos unos con otros y así construir juntos un camino de comunión en la búsqueda de la verdad.