¿Somos una familia perfecta?
Para Esta reunión, el abuelo aprovechó la publicación de la Exhortación Laetitia Amoris del Papa Francisco. Mirando a su esposa, hijos y nietos formuló una pregunta un tanto incómoda: ¿somos una familia perfecta? Ante los rostros y gestos que reflejaban un no rotundo, el abuelo se apresuró a decir que ésa era la respuesta del Papa, pero el mismo Documento ofrecía criterios que iluminaban y motivaban para conseguir la perfección familiar. En especial el capítulo 4º sobre el amor, y el último, dedicado a la espiritualidad matrimonial y familiar, con un oración final, preciosa, digna de una reflexión especial. De todo, un breve resumen.
No existe la familia perfecta.
El tema de la felicidad y la perfección en la familia ha sido tratado en varias obras de teatro, novela, cine y, por supuesto, de ayuda familiar. Algunos ejemplos: en el cine: The perfect Family (2011), La familia perfecta, de Anne Rentor; “La familia casi perfecta” (Relative Strangers. 2006), de Greg Glienna. Una familia feliz, novela de David Safier (2012). Skylab (Julie Delpy, 2011), película-comedia sobre los momentos felices de tres familias en un cumpleaños Y otras obras sobre ayuda familiar, felicidad en familia, cómo tener una familia feliz, guía para una familia feliz, etc.
Ahora bien, el mismo Papa Francisco antes de terminar el Sínodo sobre la familia, afirmó: «no existe la familia perfecta, pero no hay que tener miedo a la imperfección, a la fragilidad, ni siquiera a los conflictos. Al contrario, «hay que aprender a afrontarlos de manera constructiva” (Enero 2015). Y en la Exhortación sinodal citada escribe: “doy gracias a Dios porque muchas familias, que están lejos de considerarse perfectas, viven en el amor, realizan su vocación y siguen adelante, aunque caigan muchas veces a lo largo del camino” Y con más claridad, en el mismo Documento, afirma: “como recordaron los Obispos de Chile, «no existen las familias perfectas que nos propone la propaganda falaz y consumista. En ellas no pasan los años, no existe la enfermedad, el dolor ni la muerte [57] La propaganda consumista muestra una fantasía que nada tiene que ver con la realidad que deben afrontar, en el día a día, los jefes y jefas de hogar»[137].
El camino para la perfección familiar
El Papa, en la Exhortación sinodal, concreta la ruta a seguir: “aceptar con realismo los límites, los desafíos o la imperfección, y escuchar el llamado a crecer juntos, a madurar el amor y a cultivar la solidez de la unión, pase lo que pase” (135).
Este camino se comprende mejor a la luz de lo que es la familia:
-un grupo humano, vinculado por la sangre, el amor, el respeto, la responsabilidad y la ayuda mutua.
-una comunidad de padres, hijos y familiares que se aman y se ayudan mutuamente para su realización personal.
-el fundamento de la sociedad que goza del mínimo de sus derechos humanos y que por su parte procura el bien de la comunidad. Es la célula social donde varias personas viven según la dignidad humana. Trabajan por su realización personal y para engrandecer a la Patria.
-una “iglesia doméstica”. Es la comunión de personas de fe y práctica religiosa que aman a Dios y viven según su religión. La familia católica comparte la fe, el amor y la gracia de Cristo como corresponde a una “pequeña iglesia doméstica”-
Familia perfecta
Matrimonio perfecto y familia perfecta, se consigue en tanto en cuanto sean realidad para los miembros de familia, las necesidades, aspiraciones, deseos y, sobre todo el impulso de amar y de ser amado. Ciertamente se trata de una meta muy difícil pero no imposible de conseguir.
La clave: madurar en el amor (Cap. 4º de la Laetitia amoris)
“Ninguna familia es una realidad celestial y confeccionada de una vez para siempre, sino que requiere una progresiva maduración de su capacidad de amar. Hay un llamado constante que viene de la comunión plena de la Trinidad, de la unión preciosa entre Cristo y su Iglesia, de esa comunidad tan bella que es la familia de Nazaret y de la fraternidad sin manchas que existe entre los santos del cielo” (325) Y en un pasaje anterior: “no podremos alentar un camino de fidelidad y de entrega recíproca si no estimulamos el crecimiento, la consolidación y la profundización del amor conyugal y familiar” (89).
El amor familiar en la Exhortación del Papa Francisco
El capítulo cuarto de la Laetitia Amoris merece una lectura completa con el correspondiente comentario. Tarea para quienes tengan posibilidad de hacerlo, hijos y nietos.
El Papa comenta y aplica a las relaciones familiares el himno de san Pablo sobre la caridad subrayando algunas características del amor verdadero: «El amor es paciente, es servicial; el amor no tiene envidia, no hace alarde, no es arrogante, no obra con dureza, no busca su propio interés, no se irrita, no lleva cuentas del mal, no se alegra de la injusticia, sino que goza con la verdad. Todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta» (1 Co 13,4-7) (90). Imposible ni siquiera un resumen de este precioso capítulo. Baste decir que en el progreso familiar del amor radica la posible familia perfecta.
La espiritualidad, camino para la familia perfecta
Si pretendemos aspirar a la perfección tendríamos que aplicarnos cuantos consejos-sugerencia ofrece el Romano Pontífice en el cap. 9º y último de la Exhortación. Al no ser posible, enumeramos los títulos que desarrolla el Documento sobre la Espiritualidad matrimonial y familiar.
1º La comunión familiar, camino de santificación en la vida ordinaria, ocasión para abrir más y más el corazón.
2º La concentración –unión- con Cristo Juntos en oración a la luz de la Pascua que ilumina Si la familia logra concentrarse en Cristo, él unifica e ilumina toda la vida familiar. Los dolores y las angustias se experimentan en comunión con la cruz del Señor, y el abrazo con él permite sobrellevar los peores momentos.
3º Participación en la Misa. Las familias alcanzan poco a poco, «con la gracia del Espíritu Santo, su santidad a través de la vida matrimonial, participando también en el misterio de la cruz de Cristo, que transforma las dificultades y sufrimientos en una ofrenda de amor»[374]
4º La oración en familia. La oración en familia es un medio privilegiado para expresar y fortalecer esta fe pascual. Se pueden encontrar unos minutos cada día para estar unidos ante el Señor
5º Espiritualidad del amor exclusivo y libre. En el matrimonio se vive también el sentido de pertenecer por completo sólo a una persona. Los esposos asumen el desafío y el anhelo de envejecer y desgastarse juntos y así reflejan la fidelidad de Dios (319).
6º El pastoreo misericordioso 322. Toda la vida de la familia es un «pastoreo» misericordioso. Cada uno, con cuidado, pinta y escribe en la vida del otro: Cada uno es un «pescador de hombres» (Lc 5,10) .
7º Amor social Apertura a los necesitados en la hospitalidad. Cuando la familia acoge y sale hacia los demás, especialmente hacia los pobres y abandonados, es «símbolo, testimonio y participación de la maternidad de la Iglesia»[390]. La familia vive su espiritualidad propia siendo al mismo tiempo una iglesia doméstica y una célula vital para transformar el mundo[391].
Exhortación final Todos estamos llamados a mantener viva la tensión hacia un más allá de nosotros mismos y de nuestros límites, y cada familia debe vivir en ese estímulo constante. Caminemos familias, sigamos caminando. Lo que se nos promete es siempre más. No desesperemos por nuestros límites, pero tampoco renunciemos a buscar la plenitud de amor y de comunión que se nos ha prometido (325).
Oración a la Sagrada Familia
1 Referente: la familia de Nazaret, esplendor del verdadero amor, y en el
2ºObjetivos: ser lugar de comunión y cenáculo de oración, auténticas escuelas del Evangelio y pequeñas iglesias domésticas.
3º Obstáculos: episodios de violencia, de cerrazón y división
4º Medio-terapia: quien haya sido herido o escandalizado sea pronto consolado y curado.
5º Grandeza: carácter sagrado e inviolable de la familia, de su belleza en el proyecto de Dios.
La oración
Jesús, María y José, en vosotros contemplamos el esplendor del verdadero amor, a vosotros, confiados, nos dirigimos. Santa Familia de Nazaret, haz también de nuestras familias lugar de comunión y cenáculo de oración, auténticas escuelas del Evangelio y pequeñas iglesias domésticas.
Santa Familia de Nazaret, que nunca más haya en las familias episodios de violencia, de cerrazón y división; que quien haya sido herido o escandalizado sea pronto consolado y curado.
Santa Familia de Nazaret, haz tomar conciencia a todos del carácter sagrado e inviolable de la familia, de su belleza en el proyecto de Dios.
Jesús, María y José, escuchad, acoged nuestra súplica. Amén.
No existe la familia perfecta.
El tema de la felicidad y la perfección en la familia ha sido tratado en varias obras de teatro, novela, cine y, por supuesto, de ayuda familiar. Algunos ejemplos: en el cine: The perfect Family (2011), La familia perfecta, de Anne Rentor; “La familia casi perfecta” (Relative Strangers. 2006), de Greg Glienna. Una familia feliz, novela de David Safier (2012). Skylab (Julie Delpy, 2011), película-comedia sobre los momentos felices de tres familias en un cumpleaños Y otras obras sobre ayuda familiar, felicidad en familia, cómo tener una familia feliz, guía para una familia feliz, etc.
Ahora bien, el mismo Papa Francisco antes de terminar el Sínodo sobre la familia, afirmó: «no existe la familia perfecta, pero no hay que tener miedo a la imperfección, a la fragilidad, ni siquiera a los conflictos. Al contrario, «hay que aprender a afrontarlos de manera constructiva” (Enero 2015). Y en la Exhortación sinodal citada escribe: “doy gracias a Dios porque muchas familias, que están lejos de considerarse perfectas, viven en el amor, realizan su vocación y siguen adelante, aunque caigan muchas veces a lo largo del camino” Y con más claridad, en el mismo Documento, afirma: “como recordaron los Obispos de Chile, «no existen las familias perfectas que nos propone la propaganda falaz y consumista. En ellas no pasan los años, no existe la enfermedad, el dolor ni la muerte [57] La propaganda consumista muestra una fantasía que nada tiene que ver con la realidad que deben afrontar, en el día a día, los jefes y jefas de hogar»[137].
El camino para la perfección familiar
El Papa, en la Exhortación sinodal, concreta la ruta a seguir: “aceptar con realismo los límites, los desafíos o la imperfección, y escuchar el llamado a crecer juntos, a madurar el amor y a cultivar la solidez de la unión, pase lo que pase” (135).
Este camino se comprende mejor a la luz de lo que es la familia:
-un grupo humano, vinculado por la sangre, el amor, el respeto, la responsabilidad y la ayuda mutua.
-una comunidad de padres, hijos y familiares que se aman y se ayudan mutuamente para su realización personal.
-el fundamento de la sociedad que goza del mínimo de sus derechos humanos y que por su parte procura el bien de la comunidad. Es la célula social donde varias personas viven según la dignidad humana. Trabajan por su realización personal y para engrandecer a la Patria.
-una “iglesia doméstica”. Es la comunión de personas de fe y práctica religiosa que aman a Dios y viven según su religión. La familia católica comparte la fe, el amor y la gracia de Cristo como corresponde a una “pequeña iglesia doméstica”-
Familia perfecta
Matrimonio perfecto y familia perfecta, se consigue en tanto en cuanto sean realidad para los miembros de familia, las necesidades, aspiraciones, deseos y, sobre todo el impulso de amar y de ser amado. Ciertamente se trata de una meta muy difícil pero no imposible de conseguir.
La clave: madurar en el amor (Cap. 4º de la Laetitia amoris)
“Ninguna familia es una realidad celestial y confeccionada de una vez para siempre, sino que requiere una progresiva maduración de su capacidad de amar. Hay un llamado constante que viene de la comunión plena de la Trinidad, de la unión preciosa entre Cristo y su Iglesia, de esa comunidad tan bella que es la familia de Nazaret y de la fraternidad sin manchas que existe entre los santos del cielo” (325) Y en un pasaje anterior: “no podremos alentar un camino de fidelidad y de entrega recíproca si no estimulamos el crecimiento, la consolidación y la profundización del amor conyugal y familiar” (89).
El amor familiar en la Exhortación del Papa Francisco
El capítulo cuarto de la Laetitia Amoris merece una lectura completa con el correspondiente comentario. Tarea para quienes tengan posibilidad de hacerlo, hijos y nietos.
El Papa comenta y aplica a las relaciones familiares el himno de san Pablo sobre la caridad subrayando algunas características del amor verdadero: «El amor es paciente, es servicial; el amor no tiene envidia, no hace alarde, no es arrogante, no obra con dureza, no busca su propio interés, no se irrita, no lleva cuentas del mal, no se alegra de la injusticia, sino que goza con la verdad. Todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta» (1 Co 13,4-7) (90). Imposible ni siquiera un resumen de este precioso capítulo. Baste decir que en el progreso familiar del amor radica la posible familia perfecta.
La espiritualidad, camino para la familia perfecta
Si pretendemos aspirar a la perfección tendríamos que aplicarnos cuantos consejos-sugerencia ofrece el Romano Pontífice en el cap. 9º y último de la Exhortación. Al no ser posible, enumeramos los títulos que desarrolla el Documento sobre la Espiritualidad matrimonial y familiar.
1º La comunión familiar, camino de santificación en la vida ordinaria, ocasión para abrir más y más el corazón.
2º La concentración –unión- con Cristo Juntos en oración a la luz de la Pascua que ilumina Si la familia logra concentrarse en Cristo, él unifica e ilumina toda la vida familiar. Los dolores y las angustias se experimentan en comunión con la cruz del Señor, y el abrazo con él permite sobrellevar los peores momentos.
3º Participación en la Misa. Las familias alcanzan poco a poco, «con la gracia del Espíritu Santo, su santidad a través de la vida matrimonial, participando también en el misterio de la cruz de Cristo, que transforma las dificultades y sufrimientos en una ofrenda de amor»[374]
4º La oración en familia. La oración en familia es un medio privilegiado para expresar y fortalecer esta fe pascual. Se pueden encontrar unos minutos cada día para estar unidos ante el Señor
5º Espiritualidad del amor exclusivo y libre. En el matrimonio se vive también el sentido de pertenecer por completo sólo a una persona. Los esposos asumen el desafío y el anhelo de envejecer y desgastarse juntos y así reflejan la fidelidad de Dios (319).
6º El pastoreo misericordioso 322. Toda la vida de la familia es un «pastoreo» misericordioso. Cada uno, con cuidado, pinta y escribe en la vida del otro: Cada uno es un «pescador de hombres» (Lc 5,10) .
7º Amor social Apertura a los necesitados en la hospitalidad. Cuando la familia acoge y sale hacia los demás, especialmente hacia los pobres y abandonados, es «símbolo, testimonio y participación de la maternidad de la Iglesia»[390]. La familia vive su espiritualidad propia siendo al mismo tiempo una iglesia doméstica y una célula vital para transformar el mundo[391].
Exhortación final Todos estamos llamados a mantener viva la tensión hacia un más allá de nosotros mismos y de nuestros límites, y cada familia debe vivir en ese estímulo constante. Caminemos familias, sigamos caminando. Lo que se nos promete es siempre más. No desesperemos por nuestros límites, pero tampoco renunciemos a buscar la plenitud de amor y de comunión que se nos ha prometido (325).
Oración a la Sagrada Familia
1 Referente: la familia de Nazaret, esplendor del verdadero amor, y en el
2ºObjetivos: ser lugar de comunión y cenáculo de oración, auténticas escuelas del Evangelio y pequeñas iglesias domésticas.
3º Obstáculos: episodios de violencia, de cerrazón y división
4º Medio-terapia: quien haya sido herido o escandalizado sea pronto consolado y curado.
5º Grandeza: carácter sagrado e inviolable de la familia, de su belleza en el proyecto de Dios.
La oración
Jesús, María y José, en vosotros contemplamos el esplendor del verdadero amor, a vosotros, confiados, nos dirigimos. Santa Familia de Nazaret, haz también de nuestras familias lugar de comunión y cenáculo de oración, auténticas escuelas del Evangelio y pequeñas iglesias domésticas.
Santa Familia de Nazaret, que nunca más haya en las familias episodios de violencia, de cerrazón y división; que quien haya sido herido o escandalizado sea pronto consolado y curado.
Santa Familia de Nazaret, haz tomar conciencia a todos del carácter sagrado e inviolable de la familia, de su belleza en el proyecto de Dios.
Jesús, María y José, escuchad, acoged nuestra súplica. Amén.