Con qué fuerza superar los obstáculos

La abuela, persona tímida pero muy bondadosa y activa,`por fin se atrevió a formular una pregunta que siempre la inquietó: ¿y con qué fuerza superar los obstáculos?¿cómo vencer las dificultades y poder cumplir coherentemente los compromisos y deberes? Todos, hijos y nietos, comprendieron el trasfondo de la pregunta y guardaron silencio. Fue entonces cuando el abuelo respondió: “como siempre, vuestra madre y abuela ha dado en el “clavo” pues es fácil proponer objetivos sublimes y heroicos compromisos pero olvidando los medios para superar los muchos obstáculos. Y ella me va a perdonar que diga públicamente lo que todos vosotros observáis en cada momento: ella, como esposa, madre y abuela ha respondido a su pregunta. ¿Cómo? Yo soy testigo privilegiado -45 años de matrimonio- del modo cómo superó los mil obstáculos de nuestra vida: con el amor inmenso a todos nosotros que la motivó como motor-fuerza para atender todas nuestras necesidades. Su familia, siempre fue el ideal de su vida; y su fe de cristiana practicante el gran referente para su conducta: he ahí su biblia desgastada, el devocionario con sus plegarias y la misa diaria que no deja por nada. En cuanto ayudar a los necesitados, muchas veces le llamé la atención porque “se pasaba”: quería atender a todos los pobres. Tiene tiempo para todo. Por mi parte, me limitaré a exponeros los criterios sobre el amor, las motivaciones, el referente, la opción fundamental, mística o ideal de vida. Según exponga los criterios, vosotros haced memoria y comprobar como en la abuela se cumplen la mayoría de las respuestas. Antes de comenzar, el abuelo intentó esquivar la mirada de reproche de quien, por fin, le dijo: “querido, te has pasado” y no has dicho la otra parte de la verdad (mis defectos y tus virtudes). El abuelo hizo como que no escuchaba y empezó a explicar los criterios sobre el amor, las motivaciones, la opción fundamental, mística o ideal de vida y la figura de Jesús como el gran y definitivo referente. Insistió en que ahora conviene escuchar la doctrina. En reuniones sucesivas tendrán lugar las preguntas y el diálogo

El amor

De las innumerables definiciones sobre el amor valga una que reúne a muchas y que sirve para enumerar los rasgos psicológicos y éticos, aquéllos que vemos reflejados en la conducta de las personas bondadosas. El amor-amar es la vinculación amorosa o puente afectivo que une al Yo con el Tú, concretado en otra persona, grupo humano, ideología, tareas, animales o cosas. Sí, ama el padre-madre que vive para sus hijos; los enamorados (novios o esposos) que magnifican cuanto se refiere a la persona amada; el ciudadano dispuesto a defender a su patria con su vida, el ideólogo entusiasmado por sus criterios sociales; el artista consagrado a la realización de sus obras; la persona, solitaria o no, que goza con su animal de compañía; el ama de casa que cuida de todo cuanto compone su hogar....
Entre los valores, humanos o divinos, el amar ocupa el primer puesto. Y no solamente por su identidad psicológica. Sino, con más razón, por la connotación ética de su realización a la hora de dar o de recibir. La realización personal depende de la donación de sí a otros. Porque toda persona necesita del afecto y ayuda del prójimo. Dar y recibir son dos aspectos esenciales del vivir humano, dos rasgos esenciales del amar y del amor. El gran ideal, amar y ser amado (amare et amari)

Desde la psicología
Las ciencias antropológica presentan el amor como:
-la gran aspiración realizada: amar y sentirse amado. Es uno de los objetivos más grandes, y que más sentido dan a la vida,
-la unión del yo con un tú, del amante con el amado. Lo esencial del amor consiste en el impulso del sujeto a unirse con el objeto. Es un acto acompañado de placer. Los que se aman desean y buscan estar juntos. El amor es la capacidad humana de vibrar por el otro, por sus intereses y alegrías. Quien de veras ama, exclama; ¡me alegra que existas! ¡soy feliz cuando te veo feliz y estoy triste porque tú estás triste!;
-la identificación con el otro. La capacidad de amar hace que el yo vea lo del otro como suyo propio, más aún, que prolongue su yo en el tú y entable relaciones de comunión;
-el deseo de vivir para siempre unidos a lo que amamos. Más aún, la convicción de que la existencia personal se ve justificada por la existencia de las personas amadas;
-el gozo intenso con la presencia y comunicación que llega hasta el éxtasis como salida o éxodo de sí. Diversos sentimientos placenteros acompañan la comunicación hasta llegar al deleite, la fruición y cierta embriaguez;
-el celo por defender los intereses del tú amado. Quien ama no soporta nada que pueda bloquear la felicidad o el bienestar de la persona amada;
-el influjo que el tú de la persona amada ejerce, a manera de motivación, para el dinamismo personal del yo que ama. En ocasiones, el tú se convierte en auténtico objeto de la opción fundamental del yo;
-el impulso a buscar la posesión de lo que amamos y que nadie lo quite.

Las motivaciones

Quien desea un objetivo con sus manifestaciones y dificultades necesita razones que le motiven como el amor, el interés, la ambición, el dinero, el poder, el miedo, etc. La marcha hacia la plenitud depende en gran parte de las razones-motivaciones polarizadas en el amor. Sin motivaciones, sin razones para vivir, la persona viva está como muerta. El gran secreto para conseguir la superación personal radica en el amor. Y el amor-comunión se alimenta con las motivaciones o razones que entusiasman e ilusionan.
La palabra motivación deriva del latín motus, que significa movido, o de motio, que significa movimiento. Es por lo tanto el impulso necesario para que la persona actúe o deje de hacerlo. Y actúa -atraída por un objetivo, y de tal manera, que reacciona positivamente y acepta el esfuerzo requerido para conseguir la meta propuesta o esperanza deseada.
La esperanza, fuente de motivaciones. Esta virtud encierra el conjunto de motivaciones que justifican el trabajo, la superación del dolor, el riesgo desinteresado... También es la roca que da seguridad ante las dificultades. Mientras exista el equilibrio entre el objetivo difícil y las posibilidades aparece la esperanza como fuente gozosa de fortaleza y confianza
Como en el tema del amor y de las motivaciones el abuelo se extendió mucho, propuso para otra reunión hablar del ideal de vida, de la llamada opción fundamental y de Jesucristo como referente del cristiano.
Volver arriba