(Sputnik).- "Hemos decidido suspender todos los festejos. En las iglesias y las plazas no habrá árboles navideños, se cancelan las actividades festivas, el patriarcado no admitirá felicitaciones con motivo de la fiesta. Nos limitaremos a rezar por las almas de los muertos, la convalecencia de los heridos y el retorno del país a la vida normal", declaró Luis Rafael I Sako, citado por la agencia de noticias Shafaq.
El patriarca instó a los creyentes a hacer donaciones a los hospitales y orfanatos, que necesitan medicamentos.
Desde octubre Bagdad y varias gobernaciones de Irak han sido escenario de protestas contra el desempleo, la corrupción y la ausencia de servicios básicos, motivos por los que los manifestantes exigen la dimisión del Gobierno.
Según los medios, más de 300 personas fallecieron y unas 15.000 resultaron heridas por la violencia desatada durante las protestas, las más masivas que vive el país desde el derrocamiento del régimen de Sadam Husein en 2003.