Los Obispos de la UE acojan al menos a una familia de refugiados
En la misiva, los Cardenales recuerdan el llamamiento que hizo el Papa Francisco al concluir el Ángelus del 6 de septiembre de 2015, en el cual pedía
“a las parroquias, comunidades religiosas, monasterios y a los santuarios de toda Europa para que, expresando el Evangelio de manera concreta, acogieran al menos a una familia de refugiados”.
Así como también, recuerdan la solicitud del Pontífice a todos los Obispos del continente “para que en sus diócesis apoyen mi llamamiento, recordando que Misericordia es el segundo nombre del Amor”.
Las misiones en el mar Egeo, expresión de la solicitud del Papa
En este sentido, los Cardenales también recuerdan la dramática situación de hacinamiento y de sufrimiento en la que viven más de 20.000 refugiados en esa Isla, y muchos otros miles más en los diferentes puntos críticos de Grecia. “Después de su Viaje a Lesbos, en abril de 2016 – precisan los Purpurados – el Papa nunca ha cesado de acudir en su ayuda, intentando abrir corredores humanitarios para su traslado, en plena dignidad, a otros países europeos”.
Así, después del primer grupo de 21 refugiados traídos a Italia por el Santo Padre en su Viaje de regreso de Lesbos, acogidos por la Santa Sede, otras familias han podido salir de la Isla en estos últimos años para lograr, después de tanta espera y sufrimientos, una feliz inserción en la sociedad europea.
“Este es el caso de dos familias acogidas en noviembre de 2019 por la Arquidiócesis de Luxemburgo y de otros 33 refugiados, a los que se sumaron otros 10 en enero de 2020, en Roma, de cuya acogida se harán cargo la Limosnería Apostólica y la Comunidad de Sant’Egidio, que han acordado con las autoridades griegas los procedimientos jurídico-administrativos de su traslado”.
Un proyecto de corredor humanitario desde Lesbos
“Esta vía – subrayan los Cardenales Hollerich, Czerny y Krajewski – promovida por las palabras del Santo Padre, se convierte para toda la Iglesia, además de un deber cristiano, en una apremiante invitación a suscitar energías, nuevas y evangélicas, de acogida en cada uno de los países miembros de la Unión Europea, en los que, las respectivas Conferencias Episcopales deberían, en colaboración con sus gobiernos, acordar un proyecto de corredor humanitario desde Lesbos y desde los otros campamentos de primera acogida presentes en Grecia”.
Por lo tanto, se ha abierto una vía que podría devolver la esperanza a unos 20.000 adultos y a más de 1.100 menores no acompañados que han quedado atrapados, sin límite de tiempo, en campamentos temporales y en estructuras precarias, dentro de Europa, pero fuera de la sociedad europea.
Todos somos responsables de la vida de nuestro prójimo
Finalmente, la Carta concluye retomando las palabras del Papa Francisco, pronunciadas durante el encuentro del pasado 19 de diciembre con los refugiados llegados de Lesbos a través de los corredores humanitarios:
“¿Cómo podemos dejar de escuchar el grito desesperado de tantos hermanos y hermanas?... ¿Cómo podemos ‘dar un rodeo’, como el sacerdote y el levita de la parábola del Buen Samaritano, haciéndonos responsables de sus muertes? ¡Nuestra desidia es pecado! ... Debemos socorrer y salvar, porque todos somos responsables de la vida de nuestro prójimo, y el Señor nos pedirá que demos cuenta de ello en el día del juicio”.
Las indicaciones para el traslado de solicitantes
Junto a la Carta de los tres Cardenales también se envió las “Indicaciones para el procedimiento de traslado de solicitantes de asilo y refugiados desde Grecia a un país europeo”. Entre las principales indicaciones se señala que, el proyecto halla su principal fundamento jurídico en el art. 17 de los Acuerdos de Dublín (Reglamento de Dublín III n. 604/2013), que establece que un Estado miembro, que no está obligado a examinar una solicitud de asilo, puede hacerlo notificando su disponibilidad al Estado miembro competente.
Además, cada Conferencia Episcopal insta a su propio Gobierno, para que, a través de los órganos competentes, que en general suelen ser los Ministerios del Interior, ofrezca a Grecia asumir voluntariamente la responsabilidad con respeto al examen de la solicitud de asilo en el beneficio de un número específico de refugiados, establecido sobre la base de la disponibilidad expresada por cada diócesis.
Ante esta acción del Gobierno, la Conferencia Episcopal se compromete a garantizar a los refugiados beneficiarios, hospitalidad y apoyo a la inclusión social durante un determinado período de tiempo, al término del cual se supone que los beneficiarios habrán adquirido una autonomía total o al menos parcial.
Asimismo, se lee en el documento adjunto, la Comunidad de Sant’Egidio provee la identificación de los posibles refugiados beneficiarios del proyecto, concordando con cada Conferencia Episcopal interesada los nombres de los beneficiarios que se acogerán, sobre la base de su condición de vulnerabilidad y respetando, en la medida de lo posible, las solicitudes y expectativas de cada diócesis.