Acción Católica, escuela de santidad

80 años de Acción Católica Mexicana
Ayer fecundo, hoy exigente,mañana esperanzador
Por Miriam Cervantes Xochihua / Semanario Koinonía.
PUEBLA, PUE.- Del 24 al 26 de Julio, la Arquidiócesis de Puebla fue sede de mil 400 militantes de la Acción Católica Mexicana (ACM) provenientes de 50 diócesis de todo el país, quienes celebraron los primeros 80 años de la AC en México, con el título “Ayer fecundo, hoy exigente, mañana esperanzador”. Analizaron los retos de la AC y entre ellos señalaron que deben ser consciente de la realidad que los rodea, para que la analicen y profundicen con espíritu crítico y no acepten todo lo que se les presenta, además, el laico debe señalar lo que está mal y proponer caminos iluminados y guiados por el evangelio.
La Acción Católica se fundó en 1929, en la época de la persecución religiosa, con la misión de formar a los fieles laicos para que, siendo buenos cristianos y ciudadanos colaboraran en el desarrollo integral de su comunidad y del país.
En entrevista con María Eugenia Díaz de Pfennich, ex presidenta de la Unión Mundial de las organizaciones femeninas católicas y miembro del Pontificio Consejo de Justicia y Paz señaló que en los años de la persecución, los jóvenes tuvieron un lugar destacado y brillante, porque se comprometieron y demostraron su catolicismo, “fue un acto de audacia fundar la Acción Católica en esos tiempos, de atreverse, de arriesgar mucho y para que este país tuviera esa conformación de católicos comprometidos y conscientes sufrimos una persecución que nos hizo responder. La AC tiene sus raíces más profundas en el evangelio y en Cristo y de allí salió su audacia y su fuerza”.
Recordaron que la AC en sus inicios fue una escuela de santidad, por eso tiene esos beatos, porque no se preguntaron mucho, se comprometieron y dieron su vida. “es importante que en la AC vivamos las bienaventuranzas: los que trabajan por la justicia, construyen la paz, los que son misericordiosos, y que quizá ahora muchos jóvenes y adultos desconocen”.
Agregó que en la Acción Católica no se necesitan líderes sino profetas que anuncien la buena nueva, den testimonio con su vida y denuncien el mal. A 80 años de su fundación señala que la AC está viviendo un cambio de época, al que debe enfrentarse no con herramientas antiguas sino creando instrumentos para formar profetas: “La AC no se puede arrancar de su realidad, no nos tenemos que encerrar en la Iglesia sino estar presentes en la sociedad, en la economía y en la política por medio de una respuesta cristiana”.
Finalmente, comentó que actualmente hay una profusión de medios y confusión de metas, es decir no se tiene un proyecto de vida y por esa razón no se puede avanzar, “la AC ha sido semillero de varios movimientos, y fueron los dirigentes pasados que se lanzaron para hacer grandes proyectos, inspirados en la formación que recibieron en la AC y eso es lo que nos está faltando actualmente”.
La Acción Católica es la fuerza de las parroquias
Para clausurar esta magna celebración, los militantes dejaron sentir su presencia en las calles de la Arquidiócesis, pues procesionaron desde el Centro de Convenciones hasta la Basílica Catedral con las reliquias de los santos mártires de Acción Católica, donde ya los esperaba el representante de Su Santidad, Mons. Christophe Pierre, Nuncio Apostólico en México quien presidió la solemne Eucaristía acompañado por el Arzobispo de Puebla, Mons. Víctor Sánchez Espinosa y los asistentes eclesiales.
El Nuncio Apostólico manifestó que la AC ha hecho un magnífico trabajo, porque a través de la tarea formativa del servicio pastoral efectivo dentro de las estructuras eclesiales, de las situaciones existenciales y de la construcción práctica de la síntesis entre fe y vida, en todo ambiente a lo largo de los años ha llevado a cabo una admirable obra evangelizadora que ha contribuido a la santificación de muchos y a la formación cristiana de las conciencias.
Enfatizó que la AC ha sido la fuerza de las parroquias, ya que prestan su servicio a favor de la familia y de la promoción humana. “La presencia y el apostolado de la AC ha sido fecundo y valioso, cuántas vocaciones sacerdotales y religiosas nacieron de su seno, y podemos decir que cuando una persona se compromete en su parroquia en la Acción Católica es mucho mejor en la sociedad”.
Aseveró que la Iglesia no puede prescindir de la AC, porque no es una cosa del pasado, la Iglesia necesita de laicos que fieles a su vocación y congregados en torno a sus pastores estén dispuestos a compartir la evangelización a todos los ambientes y lo más importante es que se comprometan a ser santos: “Ustedes han decidido acoger la palabra de Dios en sus vidas, la Iglesia los necesita como laicos ejemplares, santos discípulos y misioneros que manifiesten su labor por la evangelización”