En 2013 escribió una carta al Pontífice acerca de las necesidades de los sacerdotes Este es el párroco mexicano a quien el Papa Francisco telefoneó
*La amistad entre Miguel Domínguez y Jorge Bergoglio comenzó cuando el sacerdote cumplió 25 años de vida sacerdotal.
*Actualmente párroco en Jalostotitlán, Jalisco, fue director espiritual del Colegio Mexicano en Roma.
| Guillermo Gazanini Espinoza
El ritmo de la misa habitual se rompió cuando el señor cura percibió en su móvil un llamado importante. Evangeliario y teléfono se asentaban en el ambón cuando, de repente, el párroco se excusó para contestar una importante llamada. Era Francisco…
Ni tardo ni perezoso, el sacerdote puso en altavoz para pasar por el sistema de sonido del templo el saludo con el claro acento del Santo Padre mientras el interlocutor asegura las oraciones por la salud del pontífice:
Todavía aguanto…
-¿Cómo están sus pulmones?
Bien, muy bien. ¿Qué estás haciendo vos ahora?
-Eeh, voy a prepararme para la misa.
No, pero digo ¿Qué trabajo tenés?
-Ah! Soy párroco en una parroquia de mi diócesis y encargado de cultura, ¿cómo ve?
Dale mis saludos a tus feligreses.
-Cómo no! Con mucho gusto.
La bendición y que recen por mi…
¡Cómo no, Santo Padre! Con mucho gusto. Uno abrazo de parte de ellos también y de mi familia.
Qué Dios te bendiga mucho eh, me acuerdo mucho de vos.
Gracias Santo Padre.
Que Dios te bendiga.
La singular llamada fue al padre Miguel Domínguez García, señor cura, título que se acostumbra entre los fieles de los Altos de Jalisco, de la parroquia de Nuestra Señora de la Asunción en Jalostotitlán, población de la diócesis de san Juan de los Lagos cuyo pastor es actualmente Mons. Jorge Alberto Cavazos Arizpe.
Domínguez García nació en 1959 en Capilla de Guadalupe, Jalisco. Ordenado el 21 de mayo de 1988 tuvo funciones pastorales de formación en la diócesis de san Juan de los Lagos. Especialista en teología dogmática por la Universidad Gregoriana, fue secretario ejecutivo de la Dimensión del Clero en la Conferencia del Episcopado Mexicano. Su hermano Rafael también optó por el ministerio sacerdotal.
Miguel Domínguez fue llamado a prestar su ministerio en el Pontificio Colegio Mexicano como director espiritual. Fue ahí cuando en 2013 inició una amistad que perdura hasta hoy. A punto de cumplir 25 años, el entonces director espiritual escribió una carta al nuevo Papa Francisco. Como cuenta Miguel Domínguez, en esa carta, reportada en este blog, “le comentaba mi alegría de que él haya sido elegido por el Espíritu Santo y por los Cardenales como el Sucesor de Pedro; le pedía su bendición para mí y mis compañeros que cumpliremos 25 años de sacerdocio el próximo mes de mayo, y le aseguraba mi oración ante el Padre Celestial y la Virgen de Guadalupe”.
La carta era una reflexión acerca de las necesidades de los sacerdotes por tener a un padre cercano y amigo. Ahí se leía:
“Hay muchos gritos pidiendo ayuda entre los Sacerdotes; hay muchas heridas, tentaciones y dolor. Somos hijos de nuestro tiempo y nuestra cultura; así que no podría ser de otro modo. Considérenos como parte de las periferias a las que el Papa gusta de atender y custodiar de modo especial.
Necesitamos su benigna custodia de padre bueno, que no tiene miedo de amar con ternura a sus hijos menores en la Jerarquía de la Iglesia.
Hablo, sobre todo, de los Presbíteros Diocesanos, pues no he tratado mucho a los Religiosos. Nosotros, en el esfuerzo de caminar a la periferia, en el intento de encarnarnos en las culturas y los ambientes, nos hemos empolvado demasiado, nos hemos ensuciado las manos y hasta el corazón.
Necesitamos un Buen Samaritano, un Padre Misericordioso, un Hijo que nos lave desde adentro. Jueces ya tenemos demasiados.
Necesitamos propuestas de una formación diferente, desde el Seminario, y luego en el sacerdocio de manera permanente, para caminar hacia la conversión integral, hacia la evangelización de toda nuestra vida, para ser Agentes eficaces en la Mies del Señor. Necesitamos palabras y gestos de aliento que entusiasmen nuestra entrega”.
Según cuenta el párroco, Francisco mismo telefoneó al director espiritual agradeciendo esta carta. Incluso en el Colegio Mexicano la llamada fue tomada con sorpresa y expectación. El padre Miguel y Francisco dialogaron sobre las necesidades de los sacerdotes y pidió al formadorindagar sobre algunas experiencias que se viven en Iglesias particulares y presentar algo concreto, estructurado, a partir de lo que surja de esta auscultación de experiencias, para que “luego podamos presentarlo a la Congregación del Clero. Me instruyó que le llamara directamente cuando tuviera algo, y que me presentara como el Director Espiritual del Colegio Mexicano, para comunicarle el resultado de mi investigación y, tal vez, acordar una fecha para entregárselo.
Francisco correspondió con una singular deferencia. Él mismo invitó al sacerdote y a sus compañeros de ordenación para convidarlos a “a celebrar con él en su Capilla privada de la Residencia de Santa Marta, donde ha decidido vivir. Le respondí: -“¡Claro que sí, Santo Padre!, yo les paso su invitación a mis compañeros, y muchas gracias, de antemano, por ese regalo de aniversario”.
Tales gestos de cercanía ahora siguen sorprendiendo al mismo cura de Jalostotitlán. Como aquella primera vez cuando afirmó que el “Papa se da tiempo para este tipo de cosas” forjando en él un compromiso de vida: “Aprender de él a darme tiempo para las cosas importantes, en medio de agendas agotadoras”.
El video del saludo del Santo Padre al Pbro. Miguel Domínguez puede verse aquí como fue difundido en las redes sociales de la parroquia de Nuestra Señora de la Asunción de Jalostotitlán.