Todos los días, después de Laudes, recita una oración al patrón de la Iglesia universal ¿A quién le reza (también) hoy Francisco desde el Gemelli? La devoción de Francisco por San José

Francisco reza ante una imagen de San José con el Niño
Francisco reza ante una imagen de San José con el Niño Vatican Media

“Un padre que siempre ha sido amado por el pueblo cristiano”, “un hombre fuerte y de silencio”, el “protector de todos los exiliados”… Así, y de otras muchas maneras, define el papa Francisco a San José, cuya solemnidad celebramos hoy

Marzo, mes de San José, no es un mes cualquiera para Bergoglio. Un 13 de marzo fue elegido Sucesor de Pedro y seis días después, el 19 de marzo, día del patrón de la Iglesia universal, tuvo lugar la misa del inicio de su pontificado, y en cuyo escudo papal -él mismo que ya había elegido como obispo y cardenal- luce una flor de nardo, símbolo que representa a la figura del carpintero

“Un padre que siempre ha sido amado por el pueblo cristiano”, “un hombre fuerte y de silencio”, el “protector de todos los exiliados”… Así, y de otras muchas maneras, define el papa Francisco a San José, cuya solemnidad celebramos hoy. Es tanta la devoción que le tiene Jorge Mario Bergoglio que, sin duda, en estos días de enfermedad y tribulación el el Gemelli, el Pontífice le habrá invocado en más de una ocasión, quizás con las mismas plegarias que recoge en la carta apostólica Patris corde que le dedicó en 2021.

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Marzo, mes de San José, no es un mes cualquiera para Bergoglio. Un 13 de marzo fue elegido Sucesor de Pedro y seis días después, el 19 de marzo, día del patrón de la Iglesia universal, tuvo lugar la misa del inicio de su pontificado, y en cuyo escudo papal -él mismo que ya había elegido como obispo y cardenal- luce una flor de nardo, símbolo que representa a la figura del carpintero. Junto a ella, no podía faltar tampoco una estrella, símbolo de la Virgen María.

Es tanta la devoción que incluso en 202o le dedicó la carta apostólica Patris corde, en la  que, entre otras muchas cuestiones, se refiere a él afirmando que “por su papel en la historia de la salvación, san José es un padre que siempre ha sido amado por el pueblo cristiano, como lo demuestra el hecho de que se le han dedicado numerosas iglesias en todo el mundo; que muchos institutos religiosos, hermandades y grupos eclesiales se inspiran en su espiritualidad y llevan su nombre; y que desde hace siglos se celebran en su honor diversas representaciones sagradas. Muchos santos y santas le tuvieron una gran devoción, entre ellos Teresa de Ávila, quien lo tomó como abogado e intercesor, encomendándose mucho a él y recibiendo todas las gracias que le pedía. Alentada por su experiencia, la santa persuadía a otros para que le fueran devotos”, señala el Papa en este texto, todo un canto de devoción al esposo de la Virgen María.

El Papa y San José
El Papa y San José

Una carta esta de Corazón de padre con la que Francisco proclamó también un Año litúrgico para conmemorar el 150º aniversario de la declaración de San José como patrono de la Iglesia universal y en donde también incluye dos oraciones.

Dos oraciones a San José

Una de esas oraciones es una confidencia del propio Francisco sobre su devoción al santo. “Todos los días, durante más de cuarenta años, después de Laudes, recito una oración a san José tomada de un libro de devociones francés del siglo XIX, de la Congregación de las Religiosas de Jesús y María, que expresa devoción, confianza y un cierto reto a san José”, cuenta en la carta dedicada al esposo de María.

La oración dice: “Glorioso patriarca san José, cuyo poder sabe hacer posibles las cosas imposibles, ven en mi ayuda en estos momentos de angustia y dificultad. Toma bajo tu protección las situaciones tan graves y difíciles que te confío, para que tengan una buena solución. Mi amado Padre, toda mi confianza está puesta en ti. Que no se diga que te haya invocado en vano y, como puedes hacer todo con Jesús y María, muéstrame que tu bondad es tan grande como tu poder. Amén”.

La segunda oración, que aparece al final de Patris corde, reza así: “Salve, custodio del Redentor y esposo de la Virgen María. A ti Dios confió a su Hijo, en ti María depositó su confianza, contigo Cristo se forjó como hombre. Oh, bienaventurado José, muéstrate padre también a nosotros y guíanos en el camino de la vida. Concédenos gracia, misericordia y valentía, y defiéndenos de todo mal. Amén”.

El Papa y San José
El Papa y San José

Pero lo cierto es que la figura de San José está siempre muy presente en la vida del Papa. También los momentos de dificultad, y seguro que lo ha estado en esta larga convalecencia hospitalaria. “Es un hombre fuerte y de silencio. En mi escritorio tengo una imagen de San José durmiendo. Y durmiendo cuida a la Iglesia. Y cuando tengo un problema, una dificultad, yo escribo un papelito y lo pongo debajo de San José, para que lo sueñe”, confesó Francisco.

"El hombre que pasa desapercibido"

“Todos pueden encontrar en San José –el hombre que pasa desapercibido, el hombre de la presencia diaria, discreta y oculta- un intercesor, un apoyo y una guía en tiempos de dificultad”, ha señalado Francisco, quien también le ha puesto como protector de todos los necesitados.

Así lo hizo en un a catequesis en una audiencia general en febrero de 2002, donde, tras glosar la figura de San José, agregó que toda persona que tenga hambre y sed, todo extranjero, toda persona sin ropa, todo enfermo, todo preso es el “Niño” que José custodia.

Por esto, afirmó el Pontífice, San José es invocado como protector de todos los necesitados, de los exiliados, de los afligidos, y también de los moribundos. Y también nosotros debemos aprender de José a “custodiar” estos bienes: amar al Niño y a su madre; amar los Sacramentos y al pueblo de Dios; amar a los pobres y nuestra parroquia. Amarnos los unos a los otros, cuidar del otro. Cada una de estas realidades es siempre el Niño y su madre, indicó Francisco.

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