Día de Hispanoamérica

Evangelio de hoy: Mt. 4, 1-11
"No sólo de pan vive el hombre sino de toda palabra que sale de la boca de Dios"
El evangelio de las tentaciones de Jesús, que hoy nos presenta la liturgia de la Palabra, nos sitúa antes las tres grandes ambiciones e ídolos humanos: Comer ( Placer) , mandar (poder) y aparentar. Los tres grandes males que siguen asolando las familias, la sociedad y la humanidad hoy.
De algún modo, Jesús nos dice que todo eso forma parte de la dinámica humana y también Él quiere pasar de cerca por ello para darnos ejemplo de respuesta adecuada a estas tentaciones destructoras.
1) El ansia desmedida de pan y riqueza hace que muchos países ricos acumulen mucho más de lo que necesitan mientras otros se mueren famélicos por falta de alimentos y posibilidades de desarrollo. Una de las grandes vergüenzas del siglo XXI y de la sociedad del desarrollo tecnológico y del bienestar. Un pecado grave y destructor. EL Dios dinero acampa a sus anchas en esta sociedad nuestra del capital y consumista sin mesura. Médicos especialistas que salvan todos los días muchas vidas humanas, cobran menos que algunos jugadores de fútbol que viven rodeados de grandes fortunas, cotizando fuera del país, y disfrutando de ingresos pingües por derechos de imagen. Toda una mafia legal que son una vergüenza y un pernicioso modelo para los niños y los jóvenes.
2) El ansia desmedida de poder, que hace que muchos seres humanos se empeñen en someter a los demás bajo su dominio cultural, técnico, político o económico, generando de nuevo dueños y esclavos, ricos y pobres, afortunados y desgraciados.
El poder es una realidad que puede corromper fácilmente y corrompe.
3) El pecado de la imagen, la apariencia, el lujo y la superficialidad.
En un mundo en crisis económica y, sobre todo, de valores, contemplamos cómo este pecado se instala en amplias capas sociales que ocupan, y quieren ocupar, portadas de revistas y programas de despellejar a los semejantes a cambio de grandes sumas de dinero.
Y aquellos que deberían ser un modelo de conducta para todos por sus puestos sociales o políticos, en lugar de dar ejemplo de austeridad y prudencia son los primeros en ofrecer espectáculos inaceptables de corrupción y boato. Ahí tenemos una larga lista de políticos de primera línea sorprendidos en flagrantes actos corruptos y sometidos a los tribunales. Ahí tenemos a la misma casa real, la mayor instancia del Estado, salpicada por casos de corrupción y una reina preocupada sobre todo por su imagen, superficial, de un pasado poco ejemplar, "católica" por interés, con un fondo de armario de cientos de vestidos y según, se ha calculado, más de 300 bolsos, con un equipo de personas contratadas sólo para mantener su imagen. La imagen de la monarquía católica española se nos va desmoronando.
No tenemos modelos de hombres y mujeres auténticos, austeros, generosos, solidarios y que nos animen a ser hombres y mujeres de bien.
Las tentaciones de Jesús ayer son las mismas de hoy pero las respuestas a ellas no son las mismas
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