Mofarse de lo religioso en España es gratis
La contradicción de los que piden respeto a su diversidad sin respetar la de los demás.
La serie de mofas y burlas contra todo lo que signifique religioso y, sobre todo, católico, en España está alcanzando cotas inadmisibles en un estado democrático. No se puede pedir respeto a la diversidad despreciando y mofándose de la diversidad, en este caso, religiosa, de los demás. Eso es, simplemente, intolerancia con tintes dictatoriales. Vuestra declaración a propósito de la profanación en la virgen de Montserrat estos días ya lo dice todo: “Profanaremos los símbolos de la iglesia y todo lo que representa las veces que haga falta”
Resulta extraño, además, que los jueces estén haciendo caso omiso o mirando para otro lado, ante estos atentados contra la libertad religiosa en nuestro país. ¿Es que ya no podemos hablar de neutralidad en el ámbito judicial ni fiarnos ya de una justicia equitativa? ¿Por qué salen gratis en nuestro país estas mofas que atentan contra valores religiosos muy arraigados en la sociedad española?
Mi primer sentimiento es de perdón. Perdono de corazón a estos hombres y mujeres que hacen estas barbaridades, programadas y realizadas conscientemente, porque no saben lo que hacen. Son como niños adultos que juegan a jalear sin saber qué, buscando la notoriedad social y las primeras páginas, sabiendo que sus acciones no van a tener sanción alguna porque nuestros jueces están asustados o no se atreven a castigar tales acciones por miedo a ser tildados de poco progresistas. Hoy el adjetivo progresista es un talismán que hay que con seguir como sea y a costa de quien sea para no ser mirados de manera sospechosa. Todos anhelan ser progresistas pero nadie nos dice cómo lo va a ser.
Pues hay una realidad que pocos imaginan; cuantos más ataques recibimos los católicos a nuestros valores y convicciones, más crecen en nosotros nuestros sentimientos de hombres y mujeres creyentes. No van a conseguir doblegarnos a fuerza de desprecios y burlas. Más bien todo esto nos confirma en nuestra fe y nos hace fuertes ante la adversidad.
¡Pobres fanáticos religiosos que creen que burlándose de nosotros nos hacen daño! Al contrario, nos hacen bien y nos impulsan al perdón. Os perdonamos porque sois como niños que no sabéis lo que hacéis.
Porque además ni siquiera sois inteligentes, sois vulgares, y si no a ver cómo se traga este eslogan que habéis ideado con tanta creatividad: “Saquen sus rosarios de nuestros ovarios, saquen sus doctrinas de nuestras vaginas” ¡Puaj! ¡Vulgares!. Os perdonamos.
La serie de mofas y burlas contra todo lo que signifique religioso y, sobre todo, católico, en España está alcanzando cotas inadmisibles en un estado democrático. No se puede pedir respeto a la diversidad despreciando y mofándose de la diversidad, en este caso, religiosa, de los demás. Eso es, simplemente, intolerancia con tintes dictatoriales. Vuestra declaración a propósito de la profanación en la virgen de Montserrat estos días ya lo dice todo: “Profanaremos los símbolos de la iglesia y todo lo que representa las veces que haga falta”
Resulta extraño, además, que los jueces estén haciendo caso omiso o mirando para otro lado, ante estos atentados contra la libertad religiosa en nuestro país. ¿Es que ya no podemos hablar de neutralidad en el ámbito judicial ni fiarnos ya de una justicia equitativa? ¿Por qué salen gratis en nuestro país estas mofas que atentan contra valores religiosos muy arraigados en la sociedad española?
Mi primer sentimiento es de perdón. Perdono de corazón a estos hombres y mujeres que hacen estas barbaridades, programadas y realizadas conscientemente, porque no saben lo que hacen. Son como niños adultos que juegan a jalear sin saber qué, buscando la notoriedad social y las primeras páginas, sabiendo que sus acciones no van a tener sanción alguna porque nuestros jueces están asustados o no se atreven a castigar tales acciones por miedo a ser tildados de poco progresistas. Hoy el adjetivo progresista es un talismán que hay que con seguir como sea y a costa de quien sea para no ser mirados de manera sospechosa. Todos anhelan ser progresistas pero nadie nos dice cómo lo va a ser.
Pues hay una realidad que pocos imaginan; cuantos más ataques recibimos los católicos a nuestros valores y convicciones, más crecen en nosotros nuestros sentimientos de hombres y mujeres creyentes. No van a conseguir doblegarnos a fuerza de desprecios y burlas. Más bien todo esto nos confirma en nuestra fe y nos hace fuertes ante la adversidad.
¡Pobres fanáticos religiosos que creen que burlándose de nosotros nos hacen daño! Al contrario, nos hacen bien y nos impulsan al perdón. Os perdonamos porque sois como niños que no sabéis lo que hacéis.
Porque además ni siquiera sois inteligentes, sois vulgares, y si no a ver cómo se traga este eslogan que habéis ideado con tanta creatividad: “Saquen sus rosarios de nuestros ovarios, saquen sus doctrinas de nuestras vaginas” ¡Puaj! ¡Vulgares!. Os perdonamos.