Ante una terrible dana de efectos traumáticos Obispos embarradores y desembarradores

O estamos con los pobres o ¿dónde estamos?


He sido claro a la hora de criticar, con actitud positiva -la corrección fraterna- a pastores y obispos cuando no han sabido mantener el tipo en cuestiones de importancia para la comunidad cristiana y creo que lo he hecho bien documentado. Nuestros obispos, no todos, con frecuencia han embarrado el ambiente cuando se han metido en el callejón de la ideología o han tomado decisiones penosas, siempre a mi manera de entender. A esto nos anima la sinodalidad: Que todos tengamos voz y la expresemos en voz alta. Hay obispos que han embarrado. Los ejemplos serían numerosos pero bastan algunos para hacernos una idea. El obispo de Mallorca, por ejemplo, sr. Taltavull, quiso quitarles el convento de santa Isabel a las monjas jerónimas, siguiendo el ejemplo de su predecesor, sr. Salinas, y las monjas tuvieron, sin quererlo, que meterse en tribunales civiles porque el obispo, erre que erre, les exigía las llaves a toda costa. No sabemos para qué pero nos lo imaginamos. La justicia le dio la razón a las monjas y él, incluso ya a punto de irse, porque ha presentado la dimisión por edad, ha recurrido el veredicto de la justicia para dejarle el marrón al que le sustituya. En fin, una manera clara de embarrar. Como la de aquellos que, desde la ideología, hacen política partidista en favor de los mismos de siempre, disfrazados de profetas -yo diría de trepadores- y causan revuelo y escándalo en la comunidad cristiana. Si alguien no sabe a quienes me refiero es que vive en otro país. Poner más ejemplos, que los hay, sería largo y tedioso.
Pero también es verdad, y hay que subrayarlo, que hay algunos obispos que se alzan la sotana, se quitan las puntillas, dejan el palacio episcopal, se arremangan y se dedican a quitar barro en las zonas afectadas por a dana, a desembarrar. Y esto hay que destacarlo porque no es muy frecuente. Me estoy refiriendo al arzobispo de Valencia, Enrique Benavent Vidal, que tomó posesión el 10 de de octubre de 2010 y supuso un alivio para esa diócesis tan maltratada. Ha sido muy edificante ver a personas consagradas y sacerdotes, pala en mano, con sus botas katiuskas, retirando fango y barro de las calles. En estos días el Papa, que está preocupado por el drama de la dana en Valencia y de los damnificados, a los que ha recordado y por los que ha rezado en varias ocasiones en el ángelus en la plaza de san Pedro, ha enviado al cardenal Michael Czerny a Valencia para hacerse cercano a los afectados y visitar las zonas más maltratadas en compañía del arzobispo de Valencia, Enrique Benavent Vidal. Estos gestos de buenos samaritanos son los que llegan al pueblo de Dios y tocan su corazón. O estamos cerca de los que sufren o ¿dónde estamos?. Necesitamos pastores que desembarren, pastores según el corazón de Dios.

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