Al circo de Taltavull le crecen los enanos

El afán de inmatriculación a su favor de propiedades en Palma, que inició el obispo Salinas, de triste recuerdo, y que el actual administrador apostólico, Taltavull, se ha empeñado en seguir adelante, está causando una serie de situaciones que rozan lo hilarante, por no querer retroceder en las decisiones tomadas equivocadamente y con un afán de propiedad desmesurado.
Me voy a referir solamente a cuatro, para que podamos dar fe de esto que les digo:
1) La inmatriculación de las murallas de Artá. Una decisión que ha provocado la reacción inmediata del ayuntamiento de la ciudad y la correspondiente interposición de la demanda en los juzgados civiles de Manacor. Primer foco de conflicto.

2) Proposición no de Ley aprobada en el Pleno del Parlamento de las Baleares, relativa a la reclamación de la titularidad del dominio y otros derechos reales inmatriculados a favor de la Iglesia Católica en las Illes Balears. En la defensa de esta iniciativa parlamentaria, la diputada Sra. Margalida Capellà en una intervención titulada “Las inmatriculaciones de la Iglesia o cuando la transparencia también es una virtud”, se lamenta de que la Iglesia de Mallorca no haya accedido a publicar ni a poner a disposición de los ayuntamientos la lista de bienes que ha inmatriculado para poder resolver situaciones de duda creadas, como mínimo en un municipio de Mallorca.


3) El rector de Pollenca, Xisco Vicens Gomila, ha descubierto en los archivos parroquiales que la propiedad de la iglesia de Monti-sion, que el obispo había inmatriculado a su favor, no es propiedad eclesiástica, sino del Ayuntamiento. Ahora el obispado tiene que dar marcha atrás, como en la propiedad de Sant Jordi, que comparten la iglesia y el ayuntamiento y que el obispado había inmatriculado al completo como si fuera suyo.

4) El convento de las jerónimas de Palma que el obispo inmatriculó como de su propiedad, sin conocimiento de sus propietarias, que habitan el monasterio, las monjas jerónimas, y que ya provocado que éstas presenten una demanda, ya admitida a trámite por el juzgado, para clarificar la situación. ¡Las monjas contra el obispado en los tribunales por la incapacidad de señor Taltavull para ver la realidad evidente para todos menos para él¡ La opinión pública y las autoridades locales de Palma, están en contra de esta inmatriculación y de que las jerónimas pierdan su monasterio. Pero Taltavull, no da ni un paso atrás.

En una llamada telefónica que él mismo me hizo, alertado por sus sacerdotes, de que todo esto estaba saliendo a la luz en Religión Digital, me aseguró que iba a dialogar con todos para llegar a los mejores acuerdos desde el evangelio, pero todo esto han sido juegos de “botafumeiro” para distraer a la opinión pública. El obispo visitó a las jerónimas, pero no para dialogar, sino para recordarles que seguirá adelante con el pleito, y que no dará los pasos para retroceder el atropello de su predecesor.

¿Será para poder disponer con libertad del monasterio, por lo que se ha hecho lo posible por intentar “convencer” a las monjas de que retiren su demanda? No lo sabemos…

No sabemos bien con qué finalidad mantiene Taltavull la controversia judicial. O más bien, preferimos no saberlo, porque todo huele a negocio inmobiliario.
¿Es tan difícil señor obispo reconocer que no es suyo lo que no lo es y que hay un mandamiento de la ley de Dios que dice “No robarás”?

El daño que estas cosas hacen al pueblo de Dios es irreparable. Pedimos, una y otra vez, para que los fieles vuelvan a la iglesia, sobre todo los jóvenes, y de vez en cuando, les regalamos noticias como ésta que sólo causan revuelo, escándalo y confusión.
Señor obispo, un poco de respeto a las jerónimas, que tanto rezan por usted y por toda la Iglesia, un poco de respeto a sus propiedades, un poco de respeto a la ciudad de Palma, y a las villas de Artà y Pollensa, a la Isla de Mallorca y a todo el pueblo de Dios. Si el obispo Salinas, comenzó un camino equivocado, no siga usted por el mismo. Tiene plenos poderes para deshacer estos entuertos. Rectificar es de sabios y de almas grandes. Y a eso estamos llamados todos, empezando por los pastores.
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