La persecución contra los cristianos no cesa (De nuevo Asia Bibi)
Hace más de 7 años que una mujer cristiana y madre de familia, Asia Bibi, era condenada a la horca en Paquistán por el simple delito de ser cristiana. Fue acusada de blasfemia por beber agua en una fuente pública. Lleva ya dos años en prisión, esperando ser ejecutada. Le ofrecieron renegar de la fe cristiana y abrazar la musulmana pero ella respondió muy segura: “Prefiero ser cristiana en la horca que musulmana en libertad.
Esto provocó la ira de los musulmanes más radicales y fanáticos que han desencadenado una fuerte campaña para que al fin sea ejecutada.
Ahora, aprovechando que se vuelve a retomar el caso y después de una fuerte campaña internacional para que sea liberada, los islamistas radicales vuelven a la carga con una campaña muy agresiva para intimidar a los jueces y funcionarios que tienen que participar en el Tribunal Supremo de Pakistán, para exigir que sea ejecutada de inmediato. Piden, incluso, la dimisión del ministro de Justicia. Los imanes más radicales están amenazando con provocar revueltas y ataques violentos contra los funcionarios y sus familias si no condenan a muerte a esta madre de familia.
Yo he tenido la suerte de conocer personalmente a su esposo y a una de sus hijas y me ha emocionado ver cómo defienden la postura de su madre y mantienen viva la esperanza de que será liberada por su inocencia.
Mientras llega el juicio, las amenazas contra los jueces se suceden por parte de los fanáticos, en un intento de intimidar que supone una injerencia en la independencia de la justicia.
Su abogado, el cristiano Sardar Mushtaq, también es amenazado de continuo. Hasta la policía se ha visto obligada a intervenir para evitar conflictos públicos ante las amenazas y manifestaciones de los fanáticos.
En algún blog anterior, que podéis consultar, defendí que el Islam tiene un problema serio con la violencia y alguna lectora me respondió diciendo que yo había perdido la cabeza. Lo cierto es que ahí está de nuevo una prueba más de esta intolerancia y de este ataque contra los derechos humanos que ningún ser humano civilizado debería permitir. No sirve de nada rezar por los cristianos perseguidos y luego callar cuando nos encontramos con situaciones como ésta.
Esto provocó la ira de los musulmanes más radicales y fanáticos que han desencadenado una fuerte campaña para que al fin sea ejecutada.
Ahora, aprovechando que se vuelve a retomar el caso y después de una fuerte campaña internacional para que sea liberada, los islamistas radicales vuelven a la carga con una campaña muy agresiva para intimidar a los jueces y funcionarios que tienen que participar en el Tribunal Supremo de Pakistán, para exigir que sea ejecutada de inmediato. Piden, incluso, la dimisión del ministro de Justicia. Los imanes más radicales están amenazando con provocar revueltas y ataques violentos contra los funcionarios y sus familias si no condenan a muerte a esta madre de familia.
Yo he tenido la suerte de conocer personalmente a su esposo y a una de sus hijas y me ha emocionado ver cómo defienden la postura de su madre y mantienen viva la esperanza de que será liberada por su inocencia.
Mientras llega el juicio, las amenazas contra los jueces se suceden por parte de los fanáticos, en un intento de intimidar que supone una injerencia en la independencia de la justicia.
Su abogado, el cristiano Sardar Mushtaq, también es amenazado de continuo. Hasta la policía se ha visto obligada a intervenir para evitar conflictos públicos ante las amenazas y manifestaciones de los fanáticos.
En algún blog anterior, que podéis consultar, defendí que el Islam tiene un problema serio con la violencia y alguna lectora me respondió diciendo que yo había perdido la cabeza. Lo cierto es que ahí está de nuevo una prueba más de esta intolerancia y de este ataque contra los derechos humanos que ningún ser humano civilizado debería permitir. No sirve de nada rezar por los cristianos perseguidos y luego callar cuando nos encontramos con situaciones como ésta.