#sentipensares Mi aporte al Libro Homenaje al Dr. Juan José Tamayo: teología y praxis de liberación

Mi aporte al Libro Homenaje al Dr. Juan José Tamayo: teología y praxis de liberación
Mi aporte al Libro Homenaje al Dr. Juan José Tamayo: teología y praxis de liberación

Deseo expresar mi agradecimiento a Javier López Huetos y Javier López de Goicoechea, editores del libro-homenaje dedicado al profesor Juan José Tamayo con motivo de su 75 aniversario Juan José Tamayo: teología y praxis de liberación (Tirant lo Blanch, 2024) por invitarme a colaborar. Ofrezco a continuación una síntesis de mi colaboración en dicho libro.

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Lo que da estructura a mi pensamiento teológico está profundamente influenciado por la rigurosa y comprometida propuesta teológica de Tamayo, una propuesta que no solo forma, sino que desafía y transforma la manera en que miramos la realidad desde una perspectiva crítica y compasiva. Mi primer acercamiento a su obra fue a través de Para comprender la teología de la liberación (Verbo Divino, 2020, 8ª ed.), un texto que introduce las bases de este movimiento en un marco de justicia social y un compromiso incansable con los oprimidos. Sin embargo, fue en el Seminario Teológico de Fuller, en Pasadena, California, donde nuestras conversaciones personales me revelaron la amplitud y profundidad de su pensamiento. En aquel momento, estaba inmersa en la lectura de Teologías del Sur: El giro descolonizador (Trotta, 2024, 2ª ed.) y nuestras charlas iluminaron facetas aún más complejas de su obra, particularmente su enfoque en la “Teo-poética”. A través de estas interacciones, descubrí no solo al académico de rigor innegable, sino también al pensador apasionado por una teología encarnada, expresiva y dialogante que se atreve a mirar y abrazar la realidad en toda su crudeza y belleza. Esta riqueza se ve especialmente reflejada en la teología poética, una forma de teología liberadora y mística que me resonó profundamente.

Teo-poética: Expresión Liberadora y Mística

La “Teo-poética”, desarrollada en el capítulo VII de Teologías del Sur, inspirada en autores como Ernesto Cardenal y Pedro Casaldáliga, utiliza la poesía como medio de resistencia y liberación, transmitiendo realidades y emociones que la razón no puede captar completamente. Es una poesía que no busca respuesta, sino compañía; en cada verso invita a sentir el susurro de lo divino en el dolor y la esperanza, ofreciendo a quienes viven en opresión un refugio y una fuerza transformadora que honra su dignidad y espiritualidad. En mis contextos de migración y feminismo, donde el sufrimiento y la resiliencia coexisten, esta expresión teológica permite hacer tangible lo intangible y da voz a quienes han sido silenciados. Como señala Tamayo, esta perspectiva “va más allá de la racionalidad para conectarnos con la profundidad de lo sagrado.”

La Aportación de Tamayo a la Teología de la Liberación

En su obra, Tamayo no solo recoge las enseñanzas de pioneros como Gustavo Gutiérrez y Leonardo Boff, sino que también aporta una perspectiva renovada y compleja mediante un análisis crítico que abarca filosofía, historia, antropología y sociología, abordando temas de justicia social y derechos humanos con rigor académico y un compromiso incansable con la realidad y las personas marginadas.

Este compromiso es evidente en La compasión en un mundo injusto, escrita en 2021 (Fragmenta, 2023, 2ª ed.), donde llama a una ética de la compasión. En particular, encuentro una profunda resonancia en el capítulo VII, “De la moral de esclavas de las religiones a la ética emancipadora del feminismo” (pp. 219-221). Aquí, Tamayo presenta un decálogo que muestra cómo los dirigentes religiosos han inferiorizado a las mujeres y les han impuesto una moral de esclavas, y propone un segundo decálogo como alternativa emancipadora para las mujeres, inspirado en la ética feminista de Mary Wollstonecraft: “No quiero que la mujer domine sobre el hombre, sino que sea dueña de sí misma.” Esta afirmación armoniza profundamente con mi labor pastoral con mujeres migrantes, quienes son voluntarias en diferentes ministerios parroquiales y a quienes he acompañado por casi veinte años.

La perspectiva de Tamayo nutre mi labor pastoral de casi dos décadas acompañando a mujeres migrantes, quienes, a pesar de las adversidades, dedican su tiempo y energía como voluntarias en diversos ministerios parroquiales. A través de mi proyecto doctoral, he explorado cómo estas mujeres, muchas veces invisibilizadas y marginadas, encuentran en la comunidad de fe un espacio de resiliencia y dignidad. Inspirada por las enseñanzas de Tamayo, especialmente su ética feminista y su decálogo emancipador, mi acompañamiento pastoral se orienta a fortalecer su voz y su autonomía, promoviendo una ética de compasión y una visión liberadora que permita a cada mujer verse a sí misma como digna e igual. Al igual que el decálogo emancipador de Tamayo, mi trabajo busca acompañarlas para que sean “dueñas de sí mismas,” cultivando una espiritualidad que desafíe la opresión y promueva la equidad y la justicia en sus vidas.

Reflexiones Finales: La Teología Transformadora de Tamayo

La obra de Tamayo representa una teología de la liberación auténtica y profundamente encarnada, que no teme abordar las realidades difíciles de manera directa y honesta. Su enfoque interdisciplinario permite un análisis integral de las problemáticas contemporáneas, y su dedicación al estudio y reflexión teológica hace que su trabajo sea un faro de esperanza en tiempos donde la teología enfrenta el reto de conectar con una sociedad en constante transformación.

En una de nuestras últimas conversaciones, reflexionamos sobre cómo la auténtica herencia de la teología de la liberación reside en su metodología, que no solo aborda, sino que asume la vida en toda su profundidad y complejidad. Sin embargo, esta herencia enfrenta el riesgo de diluirse en un ámbito teológico que, con menor frecuencia, responde a las realidades de manera tan profundamente encarnada. Tamayo ha asumido este desafío con valentía y excelencia, sosteniendo y ampliando esta metodología con un compromiso inquebrantable hacia los marginados. Su trabajo representa un estándar de rigor y sensibilidad que, en mi opinión, será difícil de igualar para las futuras generaciones, pero indispensable para quienes aspiran a responder teológicamente a las injusticias de nuestro tiempo.

Para mí, la teología del profesor Tamayo ha sido un pilar de apoyo e inspiración, recordándome constantemente la importancia de dar voz y dignidad a quienes a menudo son silenciadas. En tiempos donde la teología a menudo se ve reducida a teorías abstractas, él nos recuerda que la verdadera teología es aquella que, como el Evangelio, “se hace carne” y habita en medio de las realidades humanas, abrazando la fragilidad y la dignidad de quienes caminan en los márgenes. Hoy, su obra continúa siendo una inspiración para todos los que creemos en una fe viva, arraigada en la justicia, en la solidaridad y en la ternura de quienes buscan a Dios desde los rincones de la vulnerabilidad.

La obra de Tamayo es un recordatorio constante de que la teología no es solo una disciplina académica, sino una vocación y una misión. Su compromiso con el diálogo interreligioso, la igualdad de género, la justicia ecológica, la descolonización del pensamiento y la dignidad humana es un ejemplo a seguir para todos los que creemos en una fe viva y transformadora. Que su trabajo continúe siendo una inspiración para futuras generaciones de teólogos y teólogas, y que su legado permanezca como una luz que guía en la búsqueda de un mundo más ético, justo y compasivo.

Yolanda Chávez, Seminario Teológico de Fuller, Pasadena, California USA

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