#MaríaMagdalena2024 MARÍA MAGDALENA MUJER RESTAURADA

MARÍA MAGDALENA MUJER RESTAURADA
MARÍA MAGDALENA MUJER RESTAURADA

A María Magdalena la presentan con la mujer prostituta, de la cuál Jesús expulsó siete demonios. Es la mujer fiel seguidora de Jesús. Ella ayudó a las primeras comunidades con sus propios recursos económicos. Fue la primera testigo de la resurrección.  Es la primera “Apóstol de los apóstoles”.

Aproximarse a María Magdalena, exige salir de nuestras propias miopías, porque requiere acercarnos a una mujer arriesgada, que sale de los rótulos que la sociedad le asignó “mujer prostituta”. Este proceso, le lleva a romper esquemas, estructuras y modelos de relaciones cargados de preconceptos y prejuicios hacia la mujer.

Así mismo, rompe el modelo de lo femenino de su época, pues se consideraba a la mujer valiosa sólo en el ámbito privado (la casa, el cuidado de los hijos y del esposo). Ella, se lanzó a la vida pública, a anunciar y comunicar lo que Jesús de Nazaret hizo con su vida. 

Acercarnos a la vida de la primera “Apóstol de los apóstoles”, nos invita a vivenciar su proceso de transformación interior. Pues no me cabe duda, que por el título de “prostituta” fue revictimizada y condenada, principalmente por miradas machistas y clericalistas existentes hasta el día de hoy en nuestra Iglesia.  

Una mujer prostituta, es impura y está expuesta a ser revictimizada y condenada a la muerte, porque socialmente, es la que provoca e incita al pecado. Me arriesgo a decir, que María Magdalena fue marginalizada, maltratada y alejada de los modelos de santidad, por el título que se le asignó anteriormente: la prostituta.

Siguiendo, esta línea, quiero mencionar que María Magdalena, no fue ajena a los abusos que existieron y existen en los ámbitos intrafamiliares, sociales y eclesiales. Por ello, quiero destacar, algunos pasos que realizan las víctimas de abusos, para restaurar su dignidad:

  1. Reconocerse como Víctimas, de los abusos y junto a este nivel está la revictimización, porque aún nos falta mucho para acreditar en la palabra de la víctima.
  2. Ser personas sobrevivientes en camino y en proceso para sanar sus heridas.
  3. Resignificar sus vidas desde la resiliencia y la novedad del Espíritu.
  4. Ser personas restauradas, acogiendo la compasión y la solidaridad.

Tengo la certeza que este camino que realizan las víctimas de abusos, lo hizo también María Magdalena. Pues ella se sintió liberada, sanada y restaurada por Jesús buen Pastor.

Yolanda Olivera- FMMDP (Argentina)

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