#feminismo Tejer en el vientre materno una tienda amplia y fecunda donde caben todas y todos

Tejer en el vientre materno una tienda amplia y fecunda donde caben todas y todos
Tejer en el vientre materno una tienda amplia y fecunda donde caben todas y todos

Ser feminista (con libertad y sin miedo a ser juzgada por la satanización del término) es:

*Resistencia con sabor a terca esperanza de luchar por la visibilización femenina, escuchar ese otro rostro de la humanidad que a menudo ha sido marginado a las orillas en la construcción de la historia.

* Irrumpir proféticamente en los estudios y en la andadura teológica, con una presencia académica, pastoral, directiva e investigativa que destaca la revelación de Dios desde la experiencia femenina.

*Reconocer la acción de Dios Madre, descalzándose ante la tierra sagrada del camino trazado por un precioso mosaico conformado por las matriarcas, profetisas, discípulas, lideresas de comunidades cristianas, mártires, diaconisas y las santas de la puerta de al lado.

*Con María Magdalena ser apóstolas entre los apóstoles anunciadoras intrépidas de la resurrección.

*Con Elsa Támez es “pasar de ser eco a ser voz” como nuevas y afinadas voces en el concierto teológico.

* Con Elizabeth Schüssler-Fiorenza es soñar y trabajar por una Iglesia que haga realidad la comunidad del discipulado de iguales.

*Con Carme Soto utilizando su extraordinaria metáfora es construir entre todos y todas en la Iglesia una nueva tortilla y no darle la vuelta a esa tortilla cambiando de género opresor, ni pedir trozos de la misma.

*Con Lucetta Scaraffia es denunciar que ya no queremos ser menores de edad en la Iglesia, ni participar “desde el último banco”

*Con Christine de Pizan es coger la pluma para escribir como medio poderoso de la reivindicación intelectual de las mujeres.

* Descubrir una realidad preñada de Dios y de la mano de Madeleine Delbrêl perforar la vida para encontrar esos respiraderos que posibilitan nuestra unión con su entrañable amor.

*Cuestionar con parresía a las estructuras eclesiales la escasa participación de las mujeres en los espacios de toma de decisión.

*Abrazar la corporeidad con ternura reconciliada como espacio de revelación superando las condenaciones moralistas que nos han impuesto por el hecho de ser mujeres.

*Parir un mundo más humano y horizontal, en el que la sororidad y la fraternidad se funden en un sólo abrazo reconociendo la riqueza de cada parte.

*Reafirmar con voz propia nuestro ser mujer y no mendigar visibilización por medio de paternalismos solidarios.

*Danzar al ritmo de “la Ruah Divina” descubriendo la novedad de Dios que se manifiesta en la cotidianidad.

*Tejer en el vientre materno una tienda amplia y fecunda donde caben todas y todos.

*Pasar a la otra orilla con el corazón chispeante de Pascua destilando Pentecostés en los inviernos del dolor y la desesperanza.

*Dejar atrás el “siempre se ha hecho así” con la certeza evangélica de quien “hace nuevas todas las cosas”

*Peregrinar subversivamente como María a los “Ain Karem” que requieren la participación activa de nuestra misión.

* Mirar la historia desde el lente femenino con la audacia de una visión nítida que busca la justicia, la igualdad y la equidad.

*Soñar que el Reino de Dios es la gran familia de Hermanas y Hermanos reflejo armonioso de Dios Comunidad.

Hna. Luz Milena López Jiménez (Teóloga colombiana)

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