Manifiesto de denuncia VENEZUELA, imposible equidistancia
| Luis Espina Cepeda
La equidistancia es una postura en algunas ocasiones muy injusta. Cuando está muy clara una situación, no resulta justo situarse en la ataraxia y no querer definirse. Sobre el caso de Venezuela, se han producido estos días dos posturas realmente antitéticas, dignas de ser recogidas por lo contradictorias: una significativa neutralidad sobre lo que está ocurriendo y un manifiesto de denuncia de la situación actual.
Neutralidad indignante
Como literalmente "indignante", califica una carta pública enviada al Director del País Semanal (19 Abril 2019) a un artículo de Almudena Grandes aparecido en este semanario dos semanas antes. La indignación proviene de que la conocida novelista se escude en una supuesta ignorancia personal de informes veraces sobre la situación para "tomar una postura de neutralidad entre victimas y verdugos".
Desde luego, resulta inverosímil poder afirmar -como hace la novelista española- que "no recuerdo haber visto, o leído, o escuchado en ninguna parte un relato objetivo, fiable y veraz sobre las razones de la situación que padece Venezuela". Y sobre este supuesto, afirma que "no sabemos con certeza quiénes son los responsables de lo que está pasando y por qué ha llegado a pasar". Como dice que no pretende "exculpar o incriminar" al Gobierno de Maduro, pretende mantener una postura neutral, una sorprendente equidistancia para no valorar la situación desde ninguna de las dos partes enfrentadas. ¡Ni siquiera los de Podemos, exaltadores de Maduro en un tiempo anterior, mantienen ya una postura semejante!.
Cuando el latín era el lenguaje vehicular todavía bien conocido por todos, en en siglo XVI decía un autor que "el latín se me vuelve oscuro" cuando refiere algo para él desagradable y nada deseado. Esto parece ocurrir con los numerosísimos informes sobre la situación actual de Venezuela, que no resultan verosímiles y fiables cuando no dicen lo que a cada cual le satisface.
Manifiesto de las Universidades jesuitas españolas
Lo contrario de la equidistancias, una clara denuncia de la situación de Venezuela, es el contenido de un Manifiesto de los centros universitarios jesuíticos de España, fechado ya en el incipiente mes de Mayo actual. Es un Manifiesto de "solidaridad con el pueblo venezolano" formulado por los centros universitarios jesuíticos españoles -firmado personalmente por los representantes de cada uno de ellos- y dirigido directamente a apoyar a las dos universidades que los jesuitas mantienen en Venezuela, la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB) y la Universidad Católica de Tachira (UVAT).
El Manifiesto, educado en el tono y sin ninguna referencia personal, ni se refugia en la ambigüedad ni deja posibles recovecos oscuros. Quiere expresar la "cercanía, apoyo y solidaridad" con todos los que padecen la "crisis económica, política y social más grave" de la historia de Venezuela y denuncia con precisión "el caos al que se ven conducidos (los venezolanos) por el régimen dictatorial que los oprime y que pone en peligro la propia existencia de nuestras universidades hermanas".
A la defensa de los centros universitarios de los jesuitas en Venezuela se refiere el contenido principal del escrito, porque "lamentamos profundamente la situación del país y su impacto sobre las instituciones universitarias de las Compañía". Pero el Manifiesto se extiende además a "defender el derecho de los venezolanos a una vida digna y a una educación de calidad", a "dar voz a la situación límite que enfrenta el pueblo venezolano" y a formular la "esperanza de que se produzca un cambio verdaderamente democrático en Venezuela". El objetivo dirigido expresamente al campo universitario deja ver también con nitidez el trágico trasfondo de la situación general de Venezuela.
Imposible equidistancia
La equidistancia resulta imposible cuando una situación se vuelve claramente injusta. Sin tener que llegar a recabar firmas de nadie, sí procede denunciar radicalmente las situaciones inmantenibles. Esta nota está escrita en la jornada en que ha sido liberado de la prisión el líder Alfredo López - ¿como?, ¿por quién?- y cuando este personaje se ha refugiado en la Embajada española; con la explosión social todavía en la calle y sin que resulte claro por dónde va a derivar en las próximas horas. Pero sea cual sea el curso inmediato de los hechos, ya resulta suficientemente claro que "lo que no puede ser, no puede ser" y requiere además una denuncia pública.