Pedestales

Reconozco una resistencia que raya en lo maniático hacia las imágenes espaciales (relativamente frecuentes en la Biblia ¡ay!) en las que para hablar de majestad, victoria o soberanía, aparece algo o alguien bajo los pies de otro. A veces son los enemigos puestos “como estrado de tus pies” (Sal 110,2); o “Él tiene que reinar hasta poner a todos sus enemigos bajo sus pies” (1 Co 15,25). Otras veces es la dichosa serpiente aplastada por la mujer (Gen 3,15), mirándonos con ojillos malévolos desde las peanas de las estatuas.Ni siquiera el estar bajo las plantas de María me parece un buen sitio para la luna, aunque lo diga el Apocalipsis (Ap 12,2): de preguntárselo a ella, creo que hubiera preferido verla allá arriba, alumbrando las noches de verano en el cielo de Nazaret. Me parece peligroso ese lenguaje visual de sometimiento y dominio y la conclusión que suele sacar el necio es: Soy-más-que-tú-así-que-te-espachurro. Bastantes genes de prepotencia anidan ya en nosotros como para que nos los confirmen las esculturas, los cuadros o las estampas.

Además, no encuentro ni rastro de ese imaginario en el Evangelio, más bien todo lo contrario: a Judas, enemigo declarado de Jesús, él lo recibe en el huerto llamándole amigo, no dándole un pisotón. A sus discípulos, dispuestos siempre a encaramarse a cualquier podio con tal de sobresalir, les conmina a ponerse en el último lugar al servicio de todos. Y él mismo no encontrará un gesto más elocuente que el de quitarse el manto y arrodillarse a los pies de sus amigos para lavárselos.

Estoy en total acuerdo con lo que decía aquí hace poco Jesús Martínez Gordo: “La intensidad y extensión del dolor provocado (por la pederastia) y el arraigo de la complicidad institucional han evidenciado que tan depravada praxis, descaradamente verticalista y absolutista, nada tiene que ver con lo dicho, hecho y recomendado por Jesús y sí mucho con el modo de proceder heredado del absolutismo”.

Conclusión del sabio:- ¿Pedestales? No, gracias. Ya he visto que todos llevan una pegatina que avisa: “Tonto-el-que-se-suba”.
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