El almacén y la luna (I)
RESUMEN. La Vida Religiosa en Europa ha experimentado un notable descenso a partir del post-concilio y afronta hoy la situación de un acusado envejecimiento de sus miembros. A partir de algunas de las recomendaciones que se hacen hoy a los adultos mayores para envejecer saludablemente (combatir los hábitos sedentarios, estimular la memoria, mantener una dieta equilibrada, vigilar la audición y la vista, descansar al sol), se busca en esos avisos, más allá de su referencia a lo físico, el sentido que pueden tener a la hora de envejecer de una manera espiritualmente fecunda.
PALABRAS CLAVE : combate, memoria, agradecimiento, apertura, oportunidad.
Antes de decidirme por el subtítulo he tenido dudas con las preposiciones: ¿envejecimiento de la Vida Religiosa (VR) o en la VR? Finalmente he optado por “envejecer con la VR” que expresa mejor lo que vivo y lo que quiero decir aquí. El título se lo debo a este haiku:
Mi almacén arde.
Ya nada se interpone entre la luna
en lo alto y yo.
¿Está ardiendo el almacén de la VR en Europa? Sin darle un tono dramático al verbo arder ni peyorativo al sustantivo almacén, algo de verdad hay en la afirmación y podemos aventurar, al menos, que su techumbre está un poco chamuscada; en palabras del papa Francisco, su momento es “delicado y fatigoso” y Carlos Palacios SJ habla de “anemia evangélica” y de una determinada “figura histórica” que parece estar llegando a su fin.
A las generaciones tan numerosas que llenaron conventos y monasterios durante buena parte del siglo XX han seguido el descenso del post-concilio y los números mucho más escasos de las últimas décadas. Podríamos detenernos en el análisis de sus causas o en la descripción de tantos valientes y creativos esfuerzos de reestructuración que se están llevando a cabo en la mayoría de las Congregaciones. Pero mientras algunas se fusionan, las provincias se unen, las regiones se agrupan y las comunidades se reajustan ¿qué pasa con los sujetos reestructurados, reconfigurados, unidos, agrupados, fusionados o reajustados? Porque lo que de verdad importa es si estamos aprovechando el incendio como una oportunidad excepcional para que nada nos oculte la luna.
Para empezar la reflexión, vamos a situarnos en contexto: los religiosos mayores formamos parte de un gran colectivo de hombres y mujeres en una franja de edad que va en aumento: en los países del Norte el proceso de envejecimiento que se inicia en torno a los 60 años se prolonga cada vez más, hasta el punto de que al G8 se le han disparado las alarmas y reprochan a los “adultos mayores” estar poniendo en peligro el sistema europeo de pensiones.
De entre las reacciones que este fenómeno ha provocado (sociológicas, económicas, psicológicas…), me centro en una muy llamativa: el casi infinito número de recomendaciones y consejos que proliferan en la red sobre cómo envejecer saludablemente. Nunca habíamos estado los mayores tan aconsejados ni tan advertidos sobre qué habilidades y estrategias debemos desplegar si queremos vivir el envejecimiento de manera adecuada.
Animada por la actualidad y vigencia de este género literario de exhortación que, junto con el consejo sapiencial posee gran raigambre bíblica, he escogido algunas de las recomendaciones más repetidas, tratando de estirarlas más allá de su significado primero e imitando, en tono menor, aquellas trasposiciones “a lo divino” que les gustaba hacer a nuestros clásicos.
(Publicado en Sal Terrae)