Mensaje del Papa a los participantes en el Meeting de Rímini Francisco: "Necesitamos gente que no da lecciones desde el balcón, sino que sale a la calle para compartir"

La pasión del amor por el otro, la fraternidad universal, la amistad social. Es el llamamiento que el papa Francisco ha lanzado este mediodía con motivo del XLIII Meeting por la Amistad entre los pueblos que se celebrará en Rímini del 20 al 25 de agosto de 2022 sobre el tema "Pasión por el hombre", en el marco del centenario de Luigi Giussani, fundador de Comunión y Liberación.

Recuerda Francisco cómo a veces da la sensación de que "la historia ha dado la espalda a esta mirada de Cristo sobre el hombre", tiempos "de fragilidad" también como los de hoy, donde "creer que no hay posibilidad de redención, una mano que te levante, un abrazo que te salve", una experiencia "dolorosa" como la que "tantos que han experimentado" por "la soledad durante la pandemia o que tuvieron que abandonarlo todo para escapar de la violencia de la guerra".

El samaritano, modelo de pasión incondicional 

De ahí que, en el mensaje enviado a través del Secretario de Estado, Francisco incida en que "la parábola del buen samaritano es hoy más que nunca una palabra clave, porque es evidente cómo "los hombres en lo más profundo de su ser esperan que el samaritano venga en su ayuda", de tal manera que, como apunta, "el Evangelio señala al Buen Samaritano como modelo de pasión incondicional por cada hermano y hermana encontrados en el camino; y por esta razón tiene una profunda resonancia con el tema del Encuentro" de Rimini.

Sin embargo, en una situación en donde "el choque de todos contra todos, donde el egoísmo y los intereses creados parecen dictar la agenda en la vida de los individuos y las naciones, ¿cómo es posible ver a los que nos rodean como un bien que hay que respetar, apreciar y cuidar? ¿respetar, querer y cuidar? ¿Cómo es posible salvar la distancia que nos separa?", se pregunta.

La pandemia y la guerra amplían el abismo

A estas cuestiones, se han unido en los últimos dos años "la pandemia y la guerra", añade el Papa, que "parecen haber ampliado el abismo, retrasando el camino hacia una humanidad más unida y solidaria". "Pero sabemos que el camino de la fraternidad no está dibujado en las nubes: atraviesa los muchos desiertos espirituales presentes en nuestras sociedades", añade.

Recordando Evangelii gaudium, Francisco señala que "nuestro compromiso no consiste exclusivamente en acciones o en programas de promoción y asistencia; lo que el Espíritu pone en marcha no es un exceso de activismo, sino ante todo una de toda una atención al otro considerándolo como uno mismo", por lo que afirma que "recuperar esta conciencia es decisivo. Una persona no puede hacer el viaje sola de autodescubrimiento, el encuentro con el otro es esencial. En este sentido, el Buen Samaritano nos muestra que nuestra existencia está íntimamente ligada a la de los demás y que la relación con el otro es una condición para llegar a ser plenamente nosotros mismos y dar fruto".

Cultivar la amistad social

"Un amor por el otro por lo que es: una criatura de Dios, hecha a su imagen y semejanza, por tanto dotado de una dignidad intangible, de la que nadie puede disponer o, peor aún, abusar", prosigue el Papa, quien añade que "esta amistad social la que, como creyentes, estamos invitados a cultivar con nuestro testimonio".

En este sentido, el mensaje acaba haciendo una petición: ¡Qué necesidad hay de hombres y mujeres de nuestro tiempo para conocer gente que no da lecciones desde el balcón, sino que salen a la calle para compartir el trabajo diario de la vida, sostenidos por una esperanza ¡esperanza fiable!". 

"La fraternidad universal es el Evangelio de Jesús encarnado en la vida de la comunidad cristiana", concluye el mensaje papal.

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