En su mensaje ha hecho varias referencias a los jóvenes, objeto de su misión Francisco a los Salesianos: "Sueñen a lo grande por todos los jóvenes privados del apoyo de la amistad con Jesús"
Francisco pide a los participantes en el 28° Capítulo general de los salesianos "cambio de mentalidad", "pensar en los jóvenes", valorar a la mujer "como actor" y no como auxiliar y estar atentos a algunos peligros
Les ha recordado que el salesiano del siglo XXI no es ni pesimista ni optimista, sino "un hombre lleno de esperanza porque sabe que su centro está en el Señor, capaz de hacer nuevas todas las cosas”"
| Mireia Bonilla
(Vatican News).- El Papa Francisco envía un mensaje a los Salesianos de Don Bosco que están reunidos en Valdocco (Turín) para celebrar el 28º Capítulo General de su Congregación desde el pasado 16 de febrero y que se extenderá hasta el próximo 4 de abril. Es precisamente es esta localidad italiana donde Don Bosco inició la obra salesiana; una “Providencia significativa” dice el Papa, que les ha llevado a este lugar de la memoria donde el sueño de su fundador “se materializó y dio los primeros pasos”.
En su mensaje, el Santo Padre ha hecho varias referencias a los jóvenes - a quienes están orientadas de manera particular las obras de la Congregación – asegurando que “pensar en la figura de salesiano para los jóvenes de hoy implica aceptar que estamos inmersos en un momento de cambio” pues el mundo de la juventud es un mundo “en movimiento” dice el Papa “y en continua transformación”. Esto requiere – explica Francisco - una doble docilidad: “docilidad hacia los jóvenes y sus necesidades y docilidad hacia el Espíritu y todo lo que Él quiere transformar”.
En este sentido, el Papa les ha expresado que es bueno atenerse a las palabras de San Pablo a Timoteo: "Por esta razón, te recuerdo que revivas el don de Dios que está en ti a través de la imposición de mis manos. De hecho, Dios no nos dio un espíritu de timidez, sino de fortaleza, amor y sabiduría". “Estas palabras – dice el Papa – nos invitan a cultivar una actitud contemplativa, capaz de identificar y discernir los puntos clave”.
Adoptar una actitud contemplativa que permita superar las propias expectativas
El Papa les ha recordado que están llamados a “continuar permeando las vidas de muchos jóvenes abandonados y en peligro, pobres y necesitados, excluidos y descartados, privados de derechos, de hogar...”. De hecho – dice – “los jóvenes esperan una mirada de esperanza capaz de contradecir cualquier tipo de fatalismo o determinismo. Están esperando encontrarse con la mirada de Jesús, quien les dice "que en todas las situaciones oscuras y dolorosas [...] hay una salida"” y aquí – puntulaliza “es donde vive nuestra alegría”.
El salesiano del siglo XXI es un hombre lleno de esperanza
En su mensaje, el Pontífice también les recuerda que el salesiano del siglo XXI no es ni pesimista ni optimista, sino “un hombre lleno de esperanza porque sabe que su centro está en el Señor, capaz de hacer nuevas todas las cosas”. Si esto está claro, salvará a todos los miembros de la Congregación de vivir en una actitud de resignación defensiva y de supervivencia. “Solo esto hará que nuestra vida sea fructífera porque permitirá que el don recibido continúe siendo experimentado y expresado como una buena noticia con y para los jóvenes de hoy” asegura Francisco y advierte que para que así sea, se necesita “superar los temores y miedos de haber creído que el carisma se redujo o se identificó con ciertas obras o estructuras”. “La vida fiel del carisma es algo más rico y estimulante que el simple abandono, retiro o reajuste de casas o actividades – dice el Papa – implica un cambio de mentalidad frente a la misión a cumplir”.
La opción preferencial de Don Bosco por los jóvenes
El Oratorio Salesiano nació como una respuesta a la vida de los jóvenes con rostro e historia. Don Bosco, al elegir y acoger al mundo de niños y jóvenes abandonados, sin trabajo ni capacitación, “les permitió experimentar tangiblemente la paternidad de Dios y les proporcionó herramientas para contar su vida y su historia a la luz del amor incondicional” explica el Papa en su mensaje y asegura que los interlocutores de Don Bosco de ayer y del salesiano de hoy “no son meros receptores de una estrategia planificada de antemano, sino protagonistas vivos del oratorio a implementar”. “A través de ellos y con ellos – señala – el Señor nos muestra su voluntad y sus sueños”.
El Papa advierte de algunos peligros: aislamiento, clericalismo y rigorismo
Por otro lado, el Pontífice considera importante argumentar que “no están formados para la misión, sino en la misión”, a partir de la cual gira toda su vida, con sus elecciones y prioridades y “la misión "ínter gentes"” dice, “es nuestra mejor escuela”. En este sentido, el Papa pide atención a no aislarse o alejarse de las personas a las que están llamados a servir porque su identidad como personas consagradas “comienza a desfigurarse y convertirse en una caricatura”.
Otro de los obstáculos que identifica el Papa y que puede hacer tanto mal es: “el clericalismo”. “Es la búsqueda personal de querer ocupar, concentrar y determinar espacios minimizando y cancelando la unción del Pueblo de Dios” asegura el Papa, puntualizando además que, el clericalismo, viviendo el llamado de una manera elitista, “confunde elección con privilegio, servicio con servilismo, la unidad con la uniformidad, la discrepancia con la oposición, la formación con el adoctrinamiento”. “El clericalismo – insiste – es una perversión que favorece los lazos funcionales, paternalistas, posesivos e incluso manipuladores con el resto de las vocaciones en la Iglesia”.
En esa lista de peligros, Francisco también cita “la tendencia al rigorismo”. “Al confundir la autoridad con el autoritarismo, pretender gobernar y controlar los procesos humanos con una actitud escrupulosa, severa e incluso mezquina hacia las limitaciones y debilidades propias o ajenas (sobre todo ajenas)”.
Valorar a la mujer como actor y no como auxiliar
En las palabras que el Papa dirige a la Congregación de Don Bosco, también les anima a continuar sus esfuerzos para hacer de sus hogares “un laboratorio eclesial”, “capaz de reconocer, apreciar, estimular y alentar los diversos llamados y misiones en la Iglesia”.
Además, les invita a considerar dos presencias que pueden ayudar como elementos para confrontar el lugar que ocupan las diferentes vocaciones y que “constituyen un "antídoto" contra cualquier tendencia clericalista y rigorista”: el hermano Coadjutor y las mujeres. “Los hermanos coadjutores son una expresión viva de la gratuidad que el carisma nos invita a apreciar. El primer llamado es ser una presencia alegre y libre entre los jóvenes” dice el Papa, y continúa: “¿Qué sería de Valdocco sin la presencia de Mama Margarita? ¿Habrían sido posibles sus hogares sin esta mujer de fe? Durante siglos, las mujeres han mantenido a la Iglesia de pie en esos lugares con una dedicación admirable y una fe ardiente. Sin una presencia real y afectiva de mujeres, sus obras carecerían del coraje y la capacidad de declinar la presencia como hospitalidad, como hogar”. De ahí la invitación del Papa a “continuar dinámicas en las que la voz de la mujer, su mirada y sus acciones encuentran eco en la toma de decisiones; como actor, no auxiliar sino constitutivo de sus presencias”.
Aprender la lengua local y no aislarse con la pastoral digital
Otras de las invitaciones quel es ha hecho es, por un lado, no tratar de “estandaridar” las culturas en las que están inmersos, por otro lado, les pide que se esfuercen para que el cristianismo sea capaz de asumir el idioma y la cultura de la población local: "Es triste ver que en muchas partes la presencia cristiana todavía se está experimentando como una presencia extranjera (especialmente europea)". "Siguiendo esta certeza - dice el Papa - el salesiano está llamado a hablar en la lengua materna de cada una de las culturas en las que se encuentra".
Después, hablando de la realidad virtual, el Papa les ha pedido que usen la llamada “pastoral de la pantalla” como un espacio de misión pero estando atentos a no encerrarse en ellos mismos y aislarse en una virtualidad comoda, superfluea y poco comprometida con la vida de los jóvenes y los hermanos de la comunidad o las misiones pastorales.
“Sueñen y hagan soñar” pide el Papa
Por último les ha invitado a soñar, pero “a soñar a lo grande”: "Sueñen con casas abiertas, fructíferas y evangelizadoras, capaces de permitir que el Señor muestre su amor incondicional a muchos jóvenes y que a ustedes les permita disfrutar de la belleza a la que han sido llamados". Además, les pide que sueñen pero no solo por ellos mismos y el bien de la Congregación, sino “por todos los jóvenes privados del apoyo de la amistad con Jesús, privados de una comunidad de fe que los mantenga y de un horizonte de sentido y de vida”.
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