El secretario vaticano interviene en la Asamblea General de la ONU y plantea el papel de ésta en el futuro Gallagher recuerda en Nueva York la necesidad de hacer realidad la cobertura sanitaria universal
El secretario para las Relaciones con los Estados y las Organizaciones Internacionales de la Santa Sede intervino ayer en Nueva York, en dos ocasiones distintas, para reiterar la necesidad de garantizar una cobertura sanitaria inclusiva a escala mundial y para reiterar la necesidad de que la ONU persiga un verdadero multilateralismo que garantice el bienestar de los pueblos
"Lograr la cobertura sanitaria universal requiere estrategias y recursos, incluido el apoyo a los operadores sanitarios para hacer realidad el derecho fundamental de todas las personas'"
| Alessandro De Carolis
(Vatican News).- Una mirada a corto plazo y una perspectiva más amplia. Estos son los puntos de vista ofrecidos en nombre de la Santa Sede por el arzobispo Paul Richard Gallagher, quien se encuentra actualmente en Nueva York para asistir a los trabajos de la Asamblea General de la ONU.
Entre los temas abordados por el secretario para las Relaciones con los Estados y las Organizaciones internacionales de la Santa Sede figuran el acceso a la atención sanitaria sin discriminaciones a escala mundial, el aspecto del multilateralismo y el papel de las Naciones Unidas de cara al futuro del planeta.
Derecho negado a quienes más lo necesitan
En su intervención en la Reunión de Alto Nivel sobre la Cobertura sanitaria universal – uno de los temas más queridos por el magisterio pontificio – monseñor Gallagher tomó como punto de partida un reciente discurso del Papa Francisco sobre el tema en el que afirmaba que la salud no es "un lujo" sino "para todos".
"Lograr la cobertura sanitaria universal – dijo el representante del Vaticano – requiere estrategias y recursos, incluido el apoyo a los operadores sanitarios" para "hacer realidad el derecho fundamental de todas las personas a una atención sanitaria de calidad, incluidos los más pobres y los que viven en zonas rurales".
Para los más pobres, condenados por la malnutrición a una mayor vulnerabilidad a las enfermedades, el acceso a los cuidados que necesitan es más difícil. Por ello, el acceso universal y asequible debe tener en cuenta – subrayó el prelado – los sistemas de protección social, la educación y la posibilidad de un "trabajo digno".
El peligro de la sanidad para ricos
Monseñor Gallagher recordó también la labor de la Iglesia en este ámbito. "Alrededor de una cuarta parte de todos los centros sanitarios del mundo son católicos – dijo – creados precisamente para cuidar de aquellos a los que nadie quería tocar". Y recordó lo que el Dicasterio para la Promoción del Desarrollo Humano Integral ha entablado en el 2021 con WASH, la iniciativa sobre agua, saneamiento e higiene.
Pero también en el resto del mundo – señaló el prelado – están en marcha proyectos “que ayudarán a reducir la propagación de enfermedades infecciosas y a poner fin a las muertes maternas y neonatales evitables”. En este esfuerzo – concluyó – debe evitarse "el peligro de un enfoque cada vez más consumista, en el que los médicos actúan como meros proveedores de servicios a clientes adinerados, satisfaciendo y lucrándose de sus deseos individuales".
“Por el contrario – dijo – al ampliar la mirada a todos los aspectos de la fragilidad humana y social, debe promoverse una atención al cuidado que considere a la persona en su totalidad”.
El futuro de la ONU está en un multilateralismo real
La intervención en el Summit of the Future fue, en cambio, una oportunidad para que monseñor Gallagher resaltara el valor del multilateralismo como raíz del trabajo de la ONU, llamada a "mostrar el camino hacia la libertad, la paz y la solidaridad", según las palabras de Juan Pablo II sobre la Declaración universal de los derechos humanos.
La Cumbre sobre el futuro – señaló el representante de la Santa Sede –"representa ahora una oportunidad para evaluar nuestros progresos en el camino trazado en los documentos fundacionales de la ONU y para identificar qué forma podría adoptar un posible cambio".
“Este esfuerzo colectivo – insistió – no debería ahogarse en tópicos, sino conducir a un acuerdo sobre estrategias eficaces para garantizar el bienestar colectivo, la seguridad y la prosperidad de nuestras naciones y pueblos". Una ocasión, por tanto, no para reformular la Agenda 2030 para el desarrollo sostenible, sino para seguir su espíritu "de reforzar nuestros esfuerzos en la lucha contra la pobreza y en la promoción de la prosperidad, inspirados por la esperanza de un mundo más justo".