"¡Hoy hay más esclavos que nunca! Al menos sabemos que es pecado mortal" El Papa reitera que la pena de muerte es "inadmisible"

(José M. Vidal/Agencias).- La pena de muesrte es "inadmisible" y "un pecado mortal". El Papa Francisco ha condenado, una vez más, la aplicación de la pena de muerte de una forma tajante. Asegurando que las ejecuciones capitales que siguen realizando muchos países del mundo no sólo son pecados, sino el peor de los pecados, el pecado mortal.

Durante la misa que ha oficiado este jueves 11 de mayo en la Casa Santa Marta del Vaticano, Francisco, que ha exhortado a los cristianos a no cerrarse en sí mismos, a salir fuera y dejarse llevar por el Espíritu para profundizar en la fe, ha puesto algunos ejemplos de la profundización en la fe que ha llevado a identificar como pecado lo que antes estaba admitido como moral.

Para el Papa, "se debía avanzar, para comprender mejor la fe, para comprender mejor la moral". "Pensemos, por ejemplo, en la esclavitud. Cuando íbamos a la escuela nos contaban cosas que hacían con los esclavos, que los llevaban a un puesto de venta y los vendían a otras personas. En América Latina ocurría eso: se compraban, se vendían. Y es un pecado mortal. Hoy se reconoce. Pero en aquel momento algunos decía que se podía hacer porque aquella gente no tenía alma".

"¡Pero si hoy hay más esclavos que nunca! Al menos sabemos que es pecado mortal. Hemos avanzado. Lo mismo con la pena de muerte, que durante mucho tiempo era normal. Hoy decimos que es inadmisible la pena de muerte", ha insistido.

Así, ha señalado que en ese proceso de clarificación de la fe y de la moral tienen gran importancia "tantos santos" que se conocen y que no. En este sentido, ha destacado que la Iglesia "está llena de santos desconocidos" cuya santidad "lleva hacia la segunda plenitud de los tiempos, cuando el Señor venga al final para ser todo en todos".Francisco dijo que lo mismo vale para "las guerras de religión".

De este modo, por lo tanto, "el Señor Dios quiso hacerse conocer por su pueblo: en camino"


"El pueblo de Dios está en camino. Siempre. Cuando el pueblo de Dios se detiene, se vuelve prisionero en un establo, como un pollino, allí: no entiende, no va adelante, no profundiza la fe, el amor, no purifica el alma. Pero hay otra plenitud de los tiempos, la tercera. La nuestra. Cada uno de nosotros está en camino hacia la plenitud del propio tiempo. Cada uno de nosotros llegará al momento del tiempo pleno y la vida terminara y deberá encontrar al Señor. Y este es nuestro momento. Personal. Que nosotros vivimos en el segundo camino, la segunda plenitud del tiempo del pueblo de Dios. Cada uno de nosotros está en camino. Pensemos en esto: los Apóstoles, los predicadores, los primeros, tenían necesidad de hacer comprender que Dios ha amado, ha elegido, ha amado a su pueblo en camino, siempre".

"Jesús - destacó el Obispo de Roma - ha enviado al Espíritu Santo para que nosotros podamos estar en camino" y es precisamente "el Espíritu quien nos impulsa a caminar: ésta es la gran obra de misericordia de Dios" y "cada uno de nosotros está en camino hacia la plenitud personal de los tiempos".

También confesarse es un paso en el camino hacia el encuentro con el Señor

E invitó a preguntarnos, cuando nos confesamos, si además de la vergüenza por nuestros pecados, comprendemos que "aquel paso que doy es un paso en el camino hacia la plenitud de los tiempos". "Pedir perdón a Dios - advirtió el Papa Bergoglio al concluir - no es una cosa automática":

"Es comprender que estoy en camino, en un pueblo en camino y que un día - quizás hoy, mañana o dentro de treinta años - me encontrará cara a cara con aquel Señor que jamás nos deja solos, sino que nos acompaña en el camino. Piensen esto: cuando yo voy a confesarme, ¿pienso en estas cosas? ¿Qué estoy en camino? ¿Qué es un paso hacia el encuentro con el Señor, hacia mi plenitud de los tiempos? Y ésta es la gran obra de misericordia de Dios".


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