El arzobispo de Malta subraya que este último sínodo "es también la palabra y el magisterio del Papa" El toque de Scicluna a la Curia romana: Les pide una "conversión" al estilo sinodal
“El Papa no sintió la necesidad de una exhortación [postsinodal]… pero creo que es porque sabe que la sinodalidad se trata en última instancia de las relaciones transformadoras que practicamos en el terreno. Incluso en la Curia Romana, por supuesto”, señala el arzobispo, de 65 años
Detecta Scicluna tras estas dos asambleas sinodales en dos años consecutivos que "uno de los desafíos, por supuesto, será la conversión de la Curia Romana a este estilo de liderazgo, porque nosotros, los obispos, también debemos poder relacionarnos con la Curia Romana, especialmente con los dicasterios, en este espíritu" sinodal
En cuanto cómo queda la cuestión de la mujer en la Iglesia en el Documento final del Sínodo, el arzobispo maltés no oculta una cierta decepción: "Creo que podríamos hacerlo mejor. El documento es importante. Pero es solo un documento"
En cuanto cómo queda la cuestión de la mujer en la Iglesia en el Documento final del Sínodo, el arzobispo maltés no oculta una cierta decepción: "Creo que podríamos hacerlo mejor. El documento es importante. Pero es solo un documento"
“Me encantó la conclusión del Sínodo al escuchar al papa Francisco decir básicamente: ‘Está bien, ya es suficiente. Basta. Hemos hablado lo suficiente. Hemos discutido lo suficiente. Hemos escrito lo suficiente. Ahora salgamos y hagámoslo’”. Un mes después de su clausura, el arzobispo de Malta, Charles Scicluna, reflexiona en entrevista con la revista America sobre ese evento histórico del que, destaca, también habrá de tomar nota la Curia vaticana.
“El Papa no sintió la necesidad de una exhortación [postsinodal]… pero creo que es porque sabe que la sinodalidad se trata en última instancia de las relaciones transformadoras que practicamos en el terreno. Incluso en la Curia Romana, por supuesto”, señala el arzobispo, de 65 años, y uno de los hombres clave de este Papa en la lucha contra los abusos en la Iglesia.
"Estoy agradecido por la sabiduría del Papa. Dijo: 'Estoy aprobando este documento, y no va a haber una exhortación postsinodal. Esto es todo'”, resaltadnos de esta manera que "el trabajo realizado por este último sínodo es también la palabra y el magisterio del Santo Padre. Eso es muy positivo. Él también estuvo muy presente. Estuvo allí cuando se leyó y estuvo allí cuando se aprobó".
Detecta Scicluna tras estas dos asambleas sinodales en dos años consecutivos que "uno de los desafíos, por supuesto, será la conversión de la Curia Romana a este estilo de liderazgo, porque nosotros, los obispos, también debemos poder relacionarnos con la Curia Romana, especialmente con los dicasterios, en este espíritu" sinodal.
"Necesitamos inculcar una cultura de transparencia y rendición de cuentas en todos los niveles. En algunos ámbitos esto ha mejorado, pero todavía queda trabajo por hacer. La Curia romana ya no puede decir: 'La ley está establecida aquí y debe ser obedecida allá afuera'. Algunos interpretan la postura de las manos de las estatuas de san Pedro y san Pablo frente a la Basílica vaticana como si dijeran precisamente eso. Mi esperanza es que haya una nueva interpretación más inclusiva”.
Sobre las mujeres, "se podría haber hecho mejor"
En cuanto cómo queda la cuestión de la mujer en la Iglesia en el Documento final del Sínodo, el arzobispo maltés no oculta una cierta decepción: "Creo que podríamos hacerlo mejor. El documento es importante. Pero es solo un documento. Comenzaría con la experiencia de tener mujeres en nuestras mesas y que interactúen con nosotros en un nivel de igualdad".
"Esa es una experiencia transformadora muy importante, y es en última instancia la experiencia vivida la que transforma a las personas, no la teoría. Si quieres relacionarte con las mujeres, no te limites a hablar o escribir sobre ellas. ¡Relaciónate con ellas! En Malta ya tenemos mujeres en el consejo del arzobispo, en nuestro grupo de medios, en el tribunal, etc. Creo que esa es la dirección en la que debemos ir".
"El documento está abierto a la participación de las mujeres en todos los aspectos de la vida de la Iglesia. Pero al final del día, es lo que hacemos con él lo que realmente transformará a la iglesia, no el documento en sí".