"Lo que hay que temer no son las arrugas, sino las manchas" Aquilino Bocos: “La reforma de la Iglesia es mucho más que los cambios en la Curia romana”

Panorámica de la 48 Semana Nacional para Institutos de Vida Consagrada
Panorámica de la 48 Semana Nacional para Institutos de Vida Consagrada

“Quizá hemos cultivado una imagen de la Iglesia demasiado idealizada. Sin mancha y sin arruga y, sin embargo, a la vez, es infiel y pecadora”, cuestionó el cardenal claretiano

“El Papa quisiera meter a toda la Iglesia a hacer ejercicios espirituales”

“Bergoglio tiene clara la vía a seguir: caminar juntos (sinodalidad), y una categoría medular, usada en Aparecida, la 'conversión pastoral'”

“La reforma de la Iglesia es un proceso espiritual y misionero”, recalcó Bocos, quien abundó en que “la reforma, para él (Francisco), es un proceso de crecimiento y, sobre todo, de conversión”

El Papa es uno de los que construyen molinos en medio de un mundo en cambio y en una Iglesia en permanente salida para anunciar la gozosa alegría del Evangelio (…). La opción es por generar procesos y no por ocupar espacios”

Sólo se construye desde la diferencia, y abriéndose a la universalidad. Es lo que está haciendo el Papa Francisco”. ¿Cuáles son las raíces de la propuesta de reforma del Papa para la Iglesia? ¿Cuáles sus claves? El cardenal Aquilino Bocos trazó algunas de ellas en una vibrante conferencia que sirvió como cierre a la mañana del viernes en la 48 Semana Nacional para Institutos de Vida Religiosa del ITVR.

En un aula Ángel Herrera abarrotada, el purpurado claretiano colocó Aparecida y el Concilio Vaticano II entre los ejes, sin olvidar que “lo más importante es que es jesuita. Es como si quisiera meter a toda la Iglesia a hacer ejercicios espirituales”, glosó.

¿Por qué es relevante esta reforma? Porque “quizá hemos cultivado una imagen de la Iglesia demasiado idealizada. Sin mancha y sin arruga y, sin embargo, a la vez, es infiel y pecadora”. Y es que, añadió Bocos, “la Iglesia está llamada a una reforma continua porque quienes la integramos y caminamos por este mundo somos limitados y pecadores”.

Caminar juntos, convertirnos juntos

“El Papa Francisco habla de reforma tratando de afrontar los desafíos que experimenta la Iglesia como sujeto evangelizador en un mundo convulsionado por la crisis antropológica, ética, estructural, política y cultural”, comenzó el padre Aquilino, quien insistió en que Bergoglio “tiene clara la vía a seguir: caminar juntos (sinodalidad), y una categoría medular, usada en Aparecida, la 'conversión pastoral'”.

Conferencia de Aquilino Bocos
Conferencia de Aquilino Bocos

“La reforma de la Iglesia es un proceso espiritual y misionero”, recalcó Bocos, quien abundó en que “la reforma, para él (Francisco), es un proceso de crecimiento y, sobre todo, de conversión”. Porque “lo que hay que temer no son las arrugas, sino las manchas”.

Para comprender a Francisco hay que remontarse a Bergoglio, el jesuita, el argentino, el lector de autores como Lucio Gera, Alberto Methol Ferré, Juan Carlos Scannone, o europeos, como Henri de Lubac, Yves M. Congar, Gaston Fossard, Michel Certeau, Hans Urs Von Balthasar y Romano Guardini.

Armonía de las diferencias

Sinodalidad, Concilio, Latinoamérica, alegría, misericordia, conversión, periferias... “La reforma ya se está poniendo en marcha”, declaró Bocos, quien insistió en la necesidad de comulgar con la “armonía de las diferencias”

La creación del Grupo de los 9, en la nueva forma de llevar los Sínodos Eclesiales... la Iglesia ya está “en dinámica de la reforma”. Una reforma en la que el Papa “apuesta por los procesos”.

“El Papa es uno de los que construyen molinos en medio de un mundo en cambio y en una Iglesia en permanente salida para anunciar la gozosa alegría del Evangelio (…). La opción es por generar procesos y no por ocupar espacios”. Esta es la clave de bóveda, junto a la sinodalidad.

Meter a Cristo dentro de la Iglesia

No tanto reformar porque sí, sino “meter a Cristo siempre más dentro de la Iglesia”, y hacer operativos los cuatro principios de ésta: 1) El tiempo es superior al espacio. 2) La unidad prevalece sobre el conflicto. 3) La realidad es más importante que la idea. 4) El todo es superior a la parte. Sobre estos principios se ha escrito abundante y ampliamente, aplicándolos a la reforma de la Iglesia.

Los religiosos escuchan a Aquilino Bocos
Los religiosos escuchan a Aquilino Bocos

¿Cuál es el papel de la vida religiosa en esta reforma? Involucrarse, ser “levadura en la masa, la de la sal que saborea, la de la aurora que se adelanta al alba y, de pronto, amanece. Sólo quien esté vigilante desde la fe, apreciará que es novedad silenciosa”.

Autorreferencialidad

Como afirma el lema de estas jornadas, “la reforma nos pide ser vino nuevo y odres nuevos”, señaló Bocos. Por ello, es preciso “reconciliarnos con la realidad, que es emergente”, sin “narcisismos y sin caer en la auto-referencialidad”.

“Hemos de ver en cada persona, en cada comunidad, en cada uno de los institutos, el derroche de gracia que el Espíritu ha derramado. Hemos de apreciar el dinamismo misionero que se puede comprobar en los cinco continentes”, subrayó el purpurado claretiano.

Una reforma que “nos urge a priorizar”, a “ensanchar el horizonte, hacer camino y evitar toda tentación a dejarse a arrastrar por la cultura del consumismo”, donde

“los religiosos debemos dar prioridad al Evangelio y al Espíritu frente a nuestras cavilaciones; a las personas antes que a las estructuras; a lo carismático a lo institucional; al testimonio que a la irrelevancia; a lo comunitario que a lo individual; a la calidad que a la cantidad; a la profecía que a la indiferencia; a los procesos que a al inmovilismo y al liderazgo de servicio, participativo y misericordioso, que al gobierno directivo, regulador y eficacista”

Opción por los pobres, vuelta a los raíces

Y, sin duda, una “opción inequívoca e irreemplazable por los pobres”, porque “aludir a la pobreza es señalar el dinamismo más eficaz de la reforma en la Iglesia y en la vida consagrada. Es un punto sobre el que nos sobran palabras y nos faltan hechos”.

“La vuelta a la raíces es lo más revolucionario”, incidió Bocos. “Vivir en las raíces no es remitirse al pasado, sino al núcleo interior donde el presente se proyecta hacia el futuro”.

¿Cuáles son los sueños del Papa sobre la Iglesia? Muchos, según el purpurado, “pero comenzó a caminar, a edificar y a confesar”. Y ahí “tienen un puesto los consagrados con los que cuenta para edificar la Iglesia, para colaborar en el 'hospital de campaña' y para que a nadie le falte la luz del Evangelio”.

Bocos, con Martínez Oliveras
Bocos, con Martínez Oliveras

No sólo una élite

“Quiere ensanchar la tienda porque en ella han de caber todos los hombres y no sólo una élite. Nos necesita capaces de conjugar la profecía, la proximidad y la esperanza en medio del Pueblo peregrino”, resaltó.

“Solemos argumentar: si el Papa pide una Iglesia en salida, los consagrados, en tanto que miembros de la Iglesia, debemos secundar esta invitación. Más que secundar, hemos de adelantarnos”, insistió. “El Papa nos previene de la tentación de la supervivencia, que nos hace reaccionarios y miedosos”.

Las preguntas claves, recalcó Bocos, que nos pide esta reforma siguen siendo: “¿Estamos donde no debíamos estar y sobramos? ¿No tendríamos que estar allí donde las necesidades son más apremiantes y, por lo mismo, lanzarnos en su ayuda?”

Entre todos hacemos la Iglesia

“El Papa nos quiere ver en las periferias no sólo geográficas, sino existenciales”, como hizo Jesús. “En su ministerio no perdió la cercanía con el pueblo, con las multitudes, y con cada persona. Esta es nuestra referencia y nuestra pauta de comportamiento”.

“Entre todos hacemos la Iglesia. Cada uno aporta su diferencia y creamos la polifonía y el poliedro”, subrayó el cardenal, quien recordó que “formamos la Iglesia hombres y mujeres; con distintos carismas y ministerios; Pertenecemos a distintos pueblos y hablamos lenguas diferentes. La diversidad, el pluralismo, no entorpece la armonía. La integración puede resplandecer y hacer gozosa la comunión”.

Segunda jornada de la 48 Semana para la Vida Religiosa
Segunda jornada de la 48 Semana para la Vida Religiosa

Liderar la reforma

Para concluir, el padre Bocos animó a la vida consagrada a “liderar la reforma”. “Los procesos que reforman nuestra vida consagrada necesitan líderes que tenga un corazón, como Jesús, pobre, humilde y que se entreguen totalmente a los demás; que se pongan a lavar los pies a sus hermanos y ejerzan de buenos samaritanos. Así será creíble y dará seguridad de que se puede contar con él”.

“La reforma de la Iglesia que plantea el Papa nos lleva a una nueva “evangélica testificatio”. Que la vida consagrada sea un signo que atrae y remueve, un signo que alumbra y guía; un ejemplo de entrega a los demás”.

“Cuidemos el don que se nos ha dado y hagámoslo fructificar para ser: Testimonio de gratuidad y de gratitud; testimonio de fraternidad y de solidaridad y testimonio de anuncio alegre del Evangelio. Se nos ha dado un don para rejuvenecer la Iglesia y para que ésta sea la casa de todos los hombres; donde los pobres se encuentran a gusto; donde asombra la armonía y se goza la comunión y donde se respira la alegría del Evangelio”.

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