'Apeguémonos a los dones y beneficios de la paz, magnífica y sublime', aconsejó Cardenal Ayuso: 'La paz nace de la contemplación de la creación'
El Presidente del Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso participó ayer por la tarde en una ceremonia interreligiosa en Ginebra
El cardenal exhortó a encontrar "una nueva forma de habitar la casa común" para que, contemplando "la generosidad del Creador" y su infinita sabiduría, pueda surgir la paz.
| Amedeo Lomonaco
(Vatican News).- En el mensaje para el Día Mundial de la Paz, titulado "La paz como camino de esperanza: diálogo, reconciliación y conversión ecológica", el Papa Francisco nos exhorta a redescubrir la identidad de la paz, "un deseo inscrito en el corazón del hombre". Pero nuestro mundo, "a la vez poderoso y frágil, a veces fraternal y a menudo injusto, raramente solidario y más a menudo prevaricador, genera la tentación de un pesimismo destructivo".
Así lo subrayó el cardenal Miguel Ayuso Guixot, Presidente del Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso, al intervenir ayer por la tarde en una ceremonia interreligiosa organizada en la iglesia "San Nicolás de Flüe" de Ginebra por la misión permanente de la Santa Sede ante las Naciones Unidas y otros organismos internacionales y por las diócesis de Lausana, Ginebra y Friburgo.
"El privilegio de la oración, para muchas de las religiones representadas en esta ocasión -dijo el cardenal- va acompañado de un respeto sagrado por la dignidad de cada mujer y cada hombre, que es la base de los derechos fundamentales de la persona humana. Para nosotros los cristianos, explicó el Cardenal Ayuso Guixot, la paz está en Cristo, con Cristo y para Cristo.
Vivir en la casa común
El Presidente del Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso recordó entonces lo que San Clemente, cuarto Papa de la Iglesia Católica, escribió en su primera carta a los Corintios: "Dejemos los pensamientos vanos e inútiles -dice el documento- y sigamos la gloriosa y venerable norma de nuestra tradición. Miremos al Padre y Creador de todo el universo. Apeguémonos a los dones y beneficios de la paz, magnífica y sublime.
Contemplémoslo con el pensamiento y miremos con los ojos del alma su gran voluntad. Consideremos lo justo que es para cada una de sus criaturas. Siguiendo al Papa Clemente y hoy al Papa Francisco -concluyó el Cardenal Guixot- estamos llamados a encontrar "una nueva forma de habitar la casa común" para que, contemplando "la generosidad del Creador" y su infinita sabiduría, pueda surgir la paz.
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