Comunión, minoridad y profecía, claves del obispo de León en el ITVR De Las Heras reivindica "la profecía de la comunión fraterna" en "tiempos de polarización en la sociedad, y también en la Iglesia"
“En tiempos de división, de polarización, de individualismos exacerbados en la sociedad, y también en la Iglesia, cobra más sentido la profecía de la comunión fraterna”
“Tenemos que escuchar juntos al Espíritu, en lugar de escuchar por separado y decir lo que creemos que Dios nos ha dicho”
“Habrá tensiones, pero los conflictos no se pueden cronificar, se deben superar"
“Habrá tensiones, pero los conflictos no se pueden cronificar, se deben superar"
Comunión, minoridad y profecía. Estas fueron las tres palabras que el obispo de León y presidente de la Comisión Episcopal para la Vida Consagrada, Luis Ángel de las Heras, cmf, ofreció a la que durante años fue ‘su’ casa, en la tercera jornada de la Semana de Vida Consagrada del ITVR.
Una llamada “a la esperanza”, pese a la crisis vocacional, las peleas internas (y externas) y la polarización. “En tiempos de división, de polarización, de individualismos exacerbados en la sociedad, y también en la Iglesia, cobra más sentido la profecía de la comunión fraterna”, proclamó el obispo claretiana, quien puso ‘deberes’ a los religiosos: “Tenemos que escuchar juntos al Espíritu, en lugar de escuchar por separado y decir lo que creemos que Dios nos ha dicho”.
Sólo así, apuntó, “construiremos una Iglesia sinodal, vertiendo en odres nuevos el misterio de la comunión”. En su breve intervención, tras las aportaciones de Rafael Matas FSC, sobre “Rehaciendo la fraternidad: fundamentos y propuestas”, y antes de la ponencia sobre sororidad de Silvia Martínez Cano, el obispo comenzó hablando de la comunión y la fraternidad aunque, confesó, “prefiero hablar de comunión fraterna”, que calificó de “desafío eclesial y social urgente”, y un “laboratorio” en el que han de participar “todas las sensibilidades eclesiales”, tal y como propone el Papa Francisco y el Sínodo de la Sinodalidad.
Recordando, como señala Bergoglio, “que el todo es superior a la parte, y la unidad prevalece sobre el conflicto”, aunque, bromeó, “ordinariamente hacemos lo contrario, pero estos principios debemos traerlos a la vida cotidiana y hacerlas realidad”.
“Habrá tensiones, pero los conflictos no se pueden cronificar, se deben superar”, recalcó el obispo de León, trayendo a los presentes la imagen de Iglesia-poliedro.
Menores en número, de riqueza inagotable
En segundo lugar, la minoridad, reivindicando que “aunque la vida consagrada va experimentando un decrecimiento en Europa y España, como el resto de la Iglesia, sigue albergando fortalezas”. Así, señaló, “múltiples carismas, servicios, corrientes teológicas y espirituales constituyen una riqueza inagotable, aunque seamos menos en número y de edad más avanzada”.
Una diversidad que habría de afrontarse no sólo como una oportunidad, sino como “un proceso de gracia para crecer”, pues “la minoridad debe hacernos reflexionar para cooperar cada vez más eficazmente, libres del gran peligro de la autorreferencialidad”, que supone el principal obstáculo para la comunión fraterna. “Nos ayudará a salir de círculos cerrados. La minoridad no debe ser fuente de lamentos, nostalgia o sentimientos de fracaso, sino de novedad y camino hacia y con los otros, que es caminar hacia Dios y con Dios. Hacer de la necesidad virtud”.
Finalmente, la profecía, en clara sintonía con la sinodalidad, frente a los “individualismos exacerbados”. La de De las Heras no será la única presencia episcopal. Esta tarde, el cardenal de Madrid, José Cobo, también dirigirá unas palabras a los presentes.
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