Retiro panikkariano de VIVARIUM Latinoamérica Las meditaciones de Raimon Panikkar guiaron la Pascua Contemplativa de Monjes Urbanos
"Un Panikkar resucitado tomó la palabra para guiar los pasos de algunos Monjes Urbanos de Colombia durante esta Semana Santa 2024, indicándoles el camino para la experiencia Cristofánica del contemplativo del siglo XXI"
"De miércoles santo a domingo de resurrección, el eje transversal del pensamiento panikkariano ayudó a los participantes a releer las Sagradas Escrituras con una comprensión mayor del misterio de Cristo que habita a cada hombre; indicó lugares de meditación para la experiencia de Dios propios en cada jornada del Triduo Pascual y preparó un camino para la contemplación del misterio, que se celebró en todo el mundo cristiano durante los días santos"
Un Panikkarresucitado tomó la palabra para guiar los pasos de algunos Monjes Urbanos de Colombia durante esta Semana Santa 2024, indicándoles el camino para la experiencia Cristofánica del contemplativo del siglo XXI. En un retiro organizado por Vivarium Raimon Panikkar Latinoamérica, con sede en Colombia, la experiencia fue ambientada en la hermosa sede de la Fundación .S.A.L.M.O.S., a propósito de su aniversario número 12.
De miércoles santo a domingo de resurrección, el eje transversal del pensamiento panikkariano ayudó a los participantes a releer las Sagradas Escrituras con una comprensión mayor del misterio de Cristo que habita a cada hombre; indicó lugares de meditación para la experiencia de Dios propios en cada jornada del Triduo Pascual y preparó un camino para la contemplación del misterio, que se celebró en todo el mundo cristiano durante los días santos.
“Dios está en todas partes, es inmenso; pero no tiene partes, es simple. Lo que significa que en cualquier lugar se lo encuentra absolutamente. El conocimiento, que es siempre conocimiento del bien y del mal, nos hace conscientes de que estamos empapados (de Dios). Y como el pez que muere, solo muriendo a nosotros mismos, abandonando la egolatría, descubrimos estar empapados, envueltos por Dios.”, fue una sentencia panikkariana que marcó el inicio del retiro a una docena de orantes, que buscan hacer de la contemplación, su práctica para descubrirse Monjes Urbanos.
En las líneas más claras de la espiritualidad, estos encuentros con lo divino no son siempre con un Dios personal, al modo de la religiosidad tradicional: “Dios no es reducible ni a un super-kosmos ni a un super-anthropos. Aquí echa sus raíces la intuición cosmoteándrica. Por tanto ¿qué es, pues, lo que se encuentra?” La respuesta a esta invitación, no puede surgir de la improvisación, sin embargo, Panikkar nos recuerda que “una respuesta demasiado rápida, pero no falsa, diría que se encuentra la Nada. Se encuentra el Alter, no el aliud, de nosotros mismos: el Otro de nosotros mismos, sin el cual no existiríamos. Dios es un alter, no un aliud; encontramos el ātman, lo más profundo de nosotros mismos. Dios no es más que ese alter de mí mismo, esto es, lo Mismo en su totalidad.”
Los participantes, que están realizando un camino serio de maduración de su espiritualidad, con el propósito de descubrirse Monjes Urbanos, saben que se han de enfocar en ellos mismos, porque el lugar por antonomasia de la experiencia de Dios es el hombre, el hombre mismo; y al meditar, orar y contemplar en la Semana Santa, se dan cuenta que “la vida de Jesucristo nos ofrece un paradigma en su lucha constante con los demonios. Es el drama de la redención.” Así, una pareja de esposos, conscientes de que en sus vidas habla el Señor, presidieron la celebración del Seder (ritual de la cena judía) en la noche del jueves santo, antes de la Eucaristía presidida por el sacerdote que orientó el retiro.
"Dios está en todas partes, es inmenso; pero no tiene partes, es simple. Lo que significa que en cualquier lugar se lo encuentra absolutamente"
Tantas personas que viven con desesperación nos recuerdan que “a veces nos viene demasiado grande la vocación humana. Por eso hemos empequeñecido a Dios.”, de allí la importancia de haber meditado, de manos de Panikkar, sobre “el sufrimiento y el mal”, como lugares de la experiencia de Dios, luego de haber tomado conciencia que “el amor y el tú”, son los primeros en los que sabemos Dios se manifiesta. Todo esto en un proceso de inmersión en la naturaleza, como lugar privilegiado de encuentro con Dios, con un esplendoroso paisaje; rodeados del canto de las aves, del verde de la montaña, escuchando las gotas de lluvia sobre los tejados y el mugir de las vacas que los campesinos ordeñaban a la distacia.
El silencio, que no es un simple cerrar los labios, sino la inmensa experiencia de sumergirse en Dios, abandonado el pequeño ‘yo’, experimentado en las ‘sentadas’, para disponer el alma a que acontezca la experiencia del perdón continuo en su existencia. Fue este, sin lugar a dudas, uno de los focos de su práctica en este retiro panikkariano, que concluyó con el gozo como lugar de la experiencia de Dios, mientras los momentos cruciales de la vida cotidiana, se convierten en excepcionales, cuando queda en ellos la huella del paso divino.
Así les fue más fácil encontrar la ilación y profundidad del ofrecimiento de la liturgia de la Iglesia, en medio de la Cena del Señor, la celebración de la pasión, y de la Vigilia Pascual, en la que renovaron, uno a uno, su bautismo como inmersión cristofánica e inefable en el corazón de cada uno, para llegar a la experiencia de Resurrección.
La experiencia de Dios está abierta a todos, lo comprobaron una vez más. “Es el Evangelio, la «buena nueva» accesible a los pequeños, los humildes, los pobres —a la gente—. No hace falta pertenecer a una casta o a una religión, ni ser un gran sabio”, dice Panikkar; sin embargo, el Monje Urbano, como el monje institucionalizado conocen una condición indispensable, pues “es acaso la más dura, tanto que casi todas las tradiciones de la humanidad nos vienen a decir que son pocos los que se salvan, los que se realizan, los que no se reencarnan, los que alcanzan el nirvana a, los que consiguen la plenitud del hombre... A Dios se lo encuentra en todas partes, pero no de cualquier manera. No es cuestión de banalizar la experiencia de Dios”, concluye el Místico catalán, fundador de Vivarium.
"A Dios se lo encuentra en todas partes, pero no de cualquier manera. No es cuestión de banalizar la experiencia de Dios"
Purificar el corazón no es tarea fácil para estos esposos, padres de familia, obreros, ejecutivos y personas solteras, que hacen parte de este grupo de Monjes Urbanos: «Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios» (Mt 5,8), ellos harán la experiencia de Dios. Un corazón limpio es un corazón vacío, sin ego, capaz de llegar a aquella profundidad en la que habita lo divino. La experiencia es simple, lo que no quiere decir que sea fácil”, pareciera que les susurró Panikkar al oído atento de su silencio.
Finalmente, entre los innumerables lugares privilegiados de la experiencia de Dios, los participantes se sumergieron en algunos de ellos, buscando cada uno, en la dinámica preparada, explicitar lo que pueden encontrar, en la experiencia Cristofánica, aunque, como dice el mismo Raimon Panikkar: “¿no convienen todos en decir que Dios es inefable?”.