"Nuestra vida está en Internet, siendo la transformación digital irreversible ya" El Sínodo y la cultura digital: E la nave va (y III)
Gracias a la transmisión televisiva del discurso, se pudo ver en primera fila de la bancada episcopal a dos cardenales juntos: al cardenal y arzobispo de Marsella, Jean-Marc Aveline, y al cardenal y obispo de Ajaccio (Córcega), François-Xavier Bustillo
Los obispos franceses no entienden la querencia papal al territorio marsellés, comprendiendo que no quiera estar con Macron en la reinauguración de Notre-Dame y no comprendiendo la visita papal a Córcega
A Francisco, por sus pronunciamientos y predicaciones sobre lo digital, incluso en la red social X, pecadora y de mucho maníaco-depresivo, se le llama “El papa digital”
A Francisco, por sus pronunciamientos y predicaciones sobre lo digital, incluso en la red social X, pecadora y de mucho maníaco-depresivo, se le llama “El papa digital”
El domingo pasado, 10 de noviembre de 2024, monseñor Eric de Moulins-Beaufort, arzobispo de Reims y presidente de la Conferencia Episcopal de Francia, clausuró la Asamblea Plenaria de esa Conferencia con un discurso que, en referencia al Sínodo de la sinodalidad, destacó cuatro temas en él tratados: la naturaleza del sacerdocio ministerial y los diáconos (1), las mujeres (2), el ministerio de los laicos (3)y, finalmente, la Misión (4). Sobre las mujeres --asunto de mis dos artículos anteriores (l y II)-- dijo monseñor Moulins-Beauford, con la doble exquisitez, de clérigo y de aristócrata:
“Las mujeres, tan presentes en la Iglesia, y la comprensión de la relación hombre-mujer a la luz de las enseñanzas del Señor Jesús. El malestar o el sufrimiento expresados durante el proceso sinodal merecen que los entendamos y que comprendamos mejor lo que Dios quiere en el presente momento de la Historia en el que estamos. La comprensión de lo que es el ser humano, la Antropología, se transforma bajo nuestros ojos. Nosotros, los cristianos-católicos debemos aportar nuestras riquezas y así dejarnos ser renovados”.
Gracias a la transmisión televisiva del discurso, se pudo ver en primera fila de la bancada episcopal a dos cardenales juntos: al cardenal y arzobispo de Marsella, Jean-Marc Aveline, y al cardenal y obispo de Ajaccio (Córcega), François-Xavier Bustillo, de los franciscanos Frailes Menores Conventuales y de vertiginosa carrera eclesiástica, nacido en el Valle de Baztán (España), e hijo de militar como muchos navarros. A la archidiócesis de Marsella pertenece, en calidad de sufragánea, la Diócesis de Ajaccio (Córcega), lo cual explicó que monseñor Aveline fuese el ordenante principal en la ceremonia de ordenación episcopal de Bustillo.
Un monseñor Aveline designado padre sinodal por el Papa, que ya estuvo en Marsella el año pasado (22 y 23 de septiembre de 2023) y que, al parecer, a mediados del mes de diciembre irá a aquella Diócesis isleña y sufragánea, del territorio eclesiástico de Marsella. Al parecer, los obispos franceses no entienden la querencia papal al territorio marsellés, comprendiendo que no quiera estar con Macron en la reinauguración de Notre-Dame y no comprendiendo la visita papal a Córcega.
Las diabólicas lenguas dicen que no saben a quién, en el futuro Cónclave, votará el cardenal Aveline, pero que, por el contrario, sí deducen a quién votará el cardenal Bustillo. Aveline ya es palpablemente papable. De Bustillo, eminencia y reverendísimo, escribimos, aquí en Religión Digital el 14 de julio de 2023, bajo el título: Del músculo de monseñor Bustillo(la referencia muscular fue al esternocleidomastoideo por mirar siempre para arriba, muy arriba. Y que cada cual concluya lo que tenga a bien…)
Y concluyo con lo de las mujeres en la Iglesia: el diaconado de ellas, diaconisas, debe seguir siendo objeto de discernimiento. Y de lo “otro” ni discernimiento.
Ya escribí también, en el artículo I, que trataría el tema del Sínodo y lo digital, que está presente en los dos Instrumentum laboris y en el documento Informe de Síntesis (de octubre 2023) y en el Documento final (de octubre 2024).
El franciscano italiano, Paolo Benanti, escribió un libro que se publicó este mismo año en España, con el título de "La Era digital”, en el que cuenta cómo nació la nueva era o época, la digital, aunque no cuenta, acaso por ser fraile franciscano muy obediente, cómo reaccionó ante ello la Iglesia, que lo hizo como siempre hace ante lo nuevo: con reticencia y cautela, sobre todo tratándose de inventos y de máquinas, y teniendo en cuenta, como enseñara el Papa Francisco en la Audiencia General del 22 de febrero de 2017, que “la creación es un don maravilloso que Dios ha puesto en nuestras manos”. Ciertas modalidades de lo numérico y digital pueden sobrepasar ciertos límites del Humanismo cristiano (el transhumanismo), y siendo el homo algoritmos una nueva posibilidad de lo humano, un más allá. La prudencia es, pues, de alabar.
Fray Paolo sí explica que, en informática y electrónica, lo DIGITAL se refiere al hecho de que toda la información se representa con números o que se trabaja manipulando números, (digital en cuanto derivación del inglés digit, que significa cifra). Lo DIGITAL es lo numérico en oposición a lo ANALÓGICO, que es todo lo demás. Hay un documento papal muy interesante y sorprendente acerca de la importancia de Internet, que es la “Carta de Su Santidad Benedicto XVI a los obispos de la Iglesia católica sobre remisión de la Excomunión de los cuatro obispos consagrados por el arzobispo Lefebvre”. Esa carta, fechada el 10 de marzo del año 2009, resulta interesante pues responde a un momento muy especial y grave en el Pontificado de Benedicto XVI, dejando ver claridades o luces en la obscura y hermética personalidad del Papa bávaro.
En la Carta escribe Papa Ratzinger:
“Me han dicho que de haber seguido con atención las noticias accesibles por Internet, habría dado la oportunidad de conocer tempestivamente el problema. De ello saco la lección de que, en el futuro, en la Santa Sede, deberíamos prestar más atención a esta fuente de noticias”.
Y ciertamente, desde esa fecha, marzo de 2009, en el Vaticano se pusieron las “pilas digitales”, con la excelencia que les caracteriza (perfomance). Allí ya saben que nuestra vida está en Internet, siendo la transformación digital irreversible ya. En el Dicasterio de la Comunicación hay hasta una Dirección Tecnológica, siendo ingeniero su director. Y en ese mismo Dicasterio hay un consultor, además de nuestro Barriocanal, que, al parecer, es el presidente del sistema informático de la Universidad de Pisa. Y los del Dicasterio para la Evangelización y los del Dicasterio para la Cultura y la Educación ya están “ojo avizor”.
Y a Francisco, por sus pronunciamientos y predicaciones sobre lo digital, incluso en la red social X, pecadora y de mucho maníaco-depresivo, se le llama “El papa digital”. Y Fray Paolo cuenta que tras su encuentro con S.E. Marcello Semeraro, obispo entonces de Albano (Roma), se dio cuenta que, por Internet, ya se estaba cambiando la cultura pastoral. Debo señalar que monseñor Marcello hoy es Eminencia Reverendísima o cardenal prefecto del Dicasterio para las Causas de los Santos.
Y encontrando a tal Eminencia, siempre me resurgen tres recuerdos: el primero verlo aplaudir con fervor y entusiasmo, en el patio del palacio de Castelgandolfo, con ocasión de los rezos y bendiciones papales en la mañana de los domingos en tiempos de Benedicto XVI; el segundo haber escuchado unas palabras enigmáticas, fuera de la Liturgia, al Papa Francisco después de colocar la birreta cardenalicia, en Consistorio, a monseñor Semeraro, que, por cierto, sucedió al inefable y sardo Cardenal Becciu, en el Dicasterio para las Causas de los Santos. En tercer lugar, me hace resurgir el recuerdo a monseñor Semeraro, vestido de casulla roja y con mascarilla negra, el 29 de marzo de 2021, en la importante Astorga, villa maragata que no pueblo, con ocasión de la beatificación de tres enfermeras laicas de por allí en 1936.
Sabido es --así está escrito en el Instrumentum laboris para la Primera sesión de la Asamblea sinodal (octubre 2023--que esa primera sesión tenía como objetivo delinear los caminos a profundizar y fijar los temas a tratar, dejando para la segunda sesión los discernimientos a completar. Pues bien, en el documento de la Primera sesión (Informe de Síntesis), en la llamada “Parte Tercera” (Tejer lazos, construir comunidad), figura el número 17: MISIONEROS EN EL AMBIENTE DIGITAL, a lo que se dedican más de cincuenta líneas. Hay referencias en el texto a la “cultura digital”:
--Cultura digital, previamente comprendida, en tanto área de la Misión dentro de la cultura contemporánea.
-Cultura digital en cuanto cambio en el modo con el que se conciben la realidad y nuestras relaciones.
-Cultura digital, especialmente en los llamados “nativos digitales o jóvenes, seminaristas, sacerdotes jóvenes y jóvenes consagrados y consagradas”, que son los más adecuados para llevar adelante la Misión de la Iglesia en el ámbito digital.
Y se ha de tener en cuenta:
A).- Aunque el documento sinodal no lo explica, “nativos digitales” son los caracterizados por M. Prensky como los usuarios de las nuevas tecnologías, familiarizados desde su nacimiento con ellas, frente a aquellos que se han visto obligados a adaptarse a ellas, por haber pasado de un mundo íntegramente analógico a otro un mundo conviviente con lo digital.
B).- Es importante la referencia documental a las iniciativas del celebrado Sínodo digital, que son merecedores de un especial y detallado análisis.
Previamente al número 17, en el 15, DISCERNIMIENTO ECLESIAL Y CUESTIONES ABIERTAS, se escribe del contexto favorable para profundizar cuestiones controvertidas en el interior de la Iglesia, como los efectos antropológicos de las tecnologías y de la inteligencia artificial.
Y ya llegamos al llamado Documento final, en el que ya fruto del discernimiento, se escriben en el número 149 las siguientes e importantes afirmaciones:
--La cultura digital constituye una dimensión crucial del testimonio de la Iglesia en la cultura contemporánea, así como un campo misionero emergente.
--Es necesario cuidar que el mensaje cristiano esté presente en la Red de forma fiable que no se distorsione su contenido de forma ideológica.
--Es importante que las instituciones educativas de la Iglesia ayuden a niños y adultos a desarrollar habilidades críticas para navegar con seguridad por la red.
--La Iglesia católica y los mejores expertos en lo digital (y en sus derivaciones) no dejan de alertar de los peligros y daños de lo exclusivamente numérico o digital, incluyendo las adiciones y las depresiones, frecuentemente mortales por suicidio. Aconsejo la lectura de la entrevista a Jonathan Haidt, reputado psicólogo social, y publicada el 28 de abril en el diario El País (Ideas).
Este no es el sitio para escribir sobre eso tan problemático que es la Inteligencia Artificial. A ello me enfrenté cuando estudié La cultura jurídica en la Era Digital y los llamados contenidos digitales en el Derecho testamentario. Haré una observación:
Durante un tiempo, eché en falta que el papa Francisco sobre la llamada Inteligencia Artificial (IA), estuviera tan callado, siendo tan locuaz por naturaleza, y especialmente delante de la juventud (viaje papal a Venecia). Y así también lo hice constar aquí, en Religión Digital, preguntándome a principios de mayo, de este mismo año, lo siguiente: Y los teólogos ¿qué piensan de la IA? ¿Dios seguirá absconditus? El 14 de junio de este año recibí la respuesta con el discurso pronunciado por el Santo Padre en la cumbre del G7 celebrada en el Sur de Italia, aunque los auditores no eran, precisamente, jóvenes.
Un buen discurso papal, de 18 minutos de duración, e interesante, que tengo grabado para estudiarlo, también con discernimiento, luego detenidamente. Al poco de empezar, el Papa a los del G7 refirió “al potencial creativo, a base de la ciencia y la tecnología, de los seres humanos, DADO POR DIOS”.
Esto podría continuar, pero aquí quedo para no cansar.
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