Dios no es así. Es Justo y Bueno.
| Luis Van de Velde
“Lo que muchos combaten – esto ya son palabras del Papa Luciani, Juan Pablo I -, lo que muchos combaten no es al verdadero Dios, sino la falsa idea que se han hecho de Dios. Un Dios que protege a los ricos, que no hace más que pedir y acuciar, que siente envidia de nuestro progreso, que espía continuamente desde arriba nuestros pecados para darse el placer de castigarlos. Querido Chesterton, tú lo sabes, Dios no es así; es justo y bueno a la vez; padre también de los hijos pródigos, a los que desea ver no mezquinos y miserables, sino grandes, libres, creadores de su propio destino. Nuestro Dios es tampoco rival del hombre querido hacer al hombre su amigo, llamándolo a participar de su misma naturaleza divina, de su misma eternidad feliz. Ni tampoco es verdad que Dios nos pida demasiado: al contrario se contenta con poco porque sabe muy bien que no tenemos gran cosa”.
Hoy iniciamos la reflexión semanal de una cita de un escrito del Papa Juan Pablo I, así como Monseñor Romero ha mencionado en su homilía. La pregunta no es si creemos en Dios o no, sino en qué Dios creemos. En El Salvador habrá muy poca gente que nos contestaría que no creen en Dios. Mostramos en qué Dios creemos a través de la manera de vivir, de actuar, de relacionarse con las y los demás y con la naturaleza. Fuera de las tres religiones monoteístas (creer en un solo Dios) el cielo está lleno de una cantidad de Dioses que interactúan entre ellos y con los humanos. En el judaísmo la misma Tora (nuestro antiguo testamento) denuncia las desviaciones al adorar a los dioses de los otros pueblos. Los llamaron dioses falsos. Por el actuar violentísimo de grupos islamitas extremistas tenemos la falsa idea que Alá se alegra con el derramamiento de sangre y que justifica un tremendo autoritarismo. En el cristianismo en América Latina contamos con las denuncias de Monseñor Romero cuando nos ha llamado a todos y todas a separarnos de los dioses falsos, los ídolos del poder, de la riqueza, del placer y de la organización. Hoy Monseñor nos advierte que no vayamos a crear imágenes falsas Dios, imágenes en el fondo que provienen del ejército de los dioses y de los ídolos al caer en sus trampas.
Con el Papa Juan Pablo I Mons. Romero desenmascara una cantidad de imágenes y comprensiones falsas acerca del Dios de Jesús. Dios no protege a los ricos. Dios no nos lanza exigencias con chantaje ni con amenaza. Dios no siente envidia del progreso de la humanidad. Dios no nos está espiando para alegrarse en el castigo seguro. Dios no es un rival de los seres humanos. Dios no nos pide lo que no podemos hacer. Hasta aquí Monseñor Romero. Pero podemos seguir diciendo lo que el Dios de Jesús no es. En el canto al mártir Padre Rafael Palacios cantamos: nuestro Dios no está en el templo, sino en la comunidad. Dios no habla a través de las palabras, expresadas en forma de bendición, de los gobernantes, políticos. Dios no está presente cuando el sacerdote bendice las nuevas infraestructuras de la oligarquía. En el billete del dólar el imperio norteamericano da la impresión de confiar en Dios, pero es el dios del poder y de la riqueza. En los textos más fuertes del Antiguo Testamento la comunidad tomó conciencia que Dios no quiere víctimas, ni ofrendas, ni culto, sino justicia.
Juan Pablo I y con él Monseñor Romero nos dicen que el Dios de Jesús es “justo y bueno a la vez”, un Padre también de los hijos/as pródigos/as. Dios quiere vernos como grandes, libres y creadores de nuestro propio destino. Dios quiere ser amigo/a de los humanos. Dios nos llama a participar constantemente en la obra creadora de la naturaleza y en la historia. Dios conoce nuestras limitaciones. Así participaremos en la felicidad divina. Y podemos añadir otros aspectos. En la experiencia fundadora del pueblo de la Biblia grupos de explotados y reprimidos (de parte del imperio – en aquel tiempo- de Egipto) descubrieron que sus gritos de angustia han sido escuchados por Dios. Dios no habla ni a los faraones, ni a través de ellos, ni en aquel tiempo, ni hoy. Y tomaron conciencia que Dios se había comprometido con su liberación del yugo de los Egipcios, de los Babilonios, de los imperios de todos los tiempos. Dios habla a través del rostro de las y los más pobres, más excluidos/as, más hambrientos, más sufrientes.
Así entendemos que es fundamental revisar cómo estamos actuando y cómo nos relacionamos con las demás personas, especialmente con “familias más pobres, más sufridas, más excluidas que las nuestras”. ¿A quién respondemos de verdad: a las exigencias del mercado (el dinero), a las exigencias de los/las que están en el poder (ejecutivo, legislativo, judicial, de los medios de comunicación), a las exigencias de los /las que están en la cúpula de las organizaciones? ¿A quién servimos? ¿Quién nos empuja a actuar de una u otra manera? En nuestra práctica familiar, social, política y económica revelamos en qué Dios creemos y a qué Dios adoramos. No importa donde vamos al culto.
Reflexión revisada para el domingo 29 de septiembre . Reflexión original escrita para el domingo 26 de septiembre de 2021. Cita de la homilía de la liturgia del 26 domingo ordinario del ciclo B, 30 de septiembre de 1979. Homilías, Monseñor Oscar A Romero, Tomo V, Ciclo B, UCA editores, San Salvador, p. 369