Una aportación económica nunca debería ser un gesto “envenenado” Las instituciones públicas alavesas quieren decidir sobre el uso de un patrimonio diocesano que no es suyo
Tener ”Voz” sí, pero capacidad de codecisión en igualdad de condiciones no
Quizá una comisión mixta ad hoc podría ser una herramienta útil para recoger en primera instancia las propuestas y peticiones de uso de los espacios religiosos
Al igual que la Diputación es un gestor del dinero y el patrimonio de todos los alaveses el obispado lo es del patrimonio y dineros del Pueblo de Dios que camina en Vitoria
Al igual que la Diputación es un gestor del dinero y el patrimonio de todos los alaveses el obispado lo es del patrimonio y dineros del Pueblo de Dios que camina en Vitoria
| Vicente Luis García Corres (Txenti)
Hace unos días saltaba a los medios el malestar de la alcaldesa de Vitoria-Gasteiz, Maider Etxebarria, ante la negativa de facilitar el acceso a la productora de la película “Sacamantecas” a algunos templos en el tiempo y días que los habían solicitado, y ayer el Diputado General de Álava, Ramiro Gonzalez, añade más elementos para el debate.
Según se recoge en El Correo el Diputado General, quiere ver compensada la aportación económica que hace la Diputación con la exigencia de tener “voz y capacidad de decisión” sobre el uso de los templos propiedad de la Iglesia católica.
En otro párrafo se le adjudica literalmente el término “codecidir”.
Non solum sed etiam
Permítanme mi humilde opinión.
Para empezar qué bueno sería que cualquier empresa que quiera hacer algo con y en la Iglesia contase con la figura del asesor en la materia, lo mismo que hace tiempo existe quien vela por la seguridad de los actores en las escenas de intimidad, escenas sexuales, escenas de violencia, … cuando se trata de abordar el hecho religioso y de usar espacios vinculados a lo religioso deberían contar con un asesor que conozca, a ser posible los dos mundos, o al menos el de la Iglesia.
Dicho esto cada cual en su casa es muy dueño de hacer lo que considere oportuno y dejar hacer lo que crea que no es lesivo de ninguna manera. A ver si por recibir una ayuda del gobierno para arreglar las fachadas de las casas ahora nos salen que pueden decidir quien va a vivir en ellas, o pasar solo un fin de semana.
Por otro lado, las ayudas para la recuperación y el mantenimiento del patrimonio cultural religioso hace años que tienen su compensación en la economía local. El atractivo turístico ha sido beneficioso para la industria y el comercio alavés en varios sectores. Por lo tanto la Diputación debería considerar ya amortizada la inversión realizada.
Otra cosa es que, con la buena voluntad de las partes, y con un poco de creatividad y de cintura podamos sacarle más rendimiento a estos espacios. Pero dentro de unos límites.
Acepto que haya que respetar sin compartir que un director quiera grabar una violación encima de un altar, por poner un ejemplo, pero tendrá que gastarse su dinero y crear una maqueta, un escenario donde grabar su escena. Esa escena en un altar original y que para muchos tiene el carácter de elemento sagrado NO ES POSIBLE, es sacrílego. Y la parte artística, comparta o no este criterio y este término, habrá de respetarlo. Me imagino al Diputado General recibiendo la petición de celebrar en el Pleno de Juntas un aquelarre. Creo que la respuesta podría ser similar, “recree usted la sala de plenos y grabe lo que quiera pero allí, en el lugar original NO”. Yo entendería esta postura.
Nadie está obligado a asumir o entender la dimensión religiosa de los edificios, pero sí a respetar que haya un sector de la población que le dé ese valor superior frente a cualquier otro artístico.
Insisto que creo que no me parece correcto que la colaboración económica devenga en derechos decisorios. La Diputación es muy libre de destinar el dinero de todos los alaveses a los fines que considere oportunos en cada ejercicio, pero reconozcamos que lo invertido en conservación del patrimonio religioso ya está teniendo su beneficio, e indirectamente también en las arcas provinciales porque si el comercio y la industria que se vea beneficiado por el atractivo turístico del patrimonio cultural religioso genera más ingresos, esos también harán crecer los impuestos.
Por lo tanto “Voz” si, por mi parte claro que sí, actitud propositiva, sugiriendo eventos que puedan dar mayor uso a esos edificios.
Pero la Diócesis también debería participar en esa creatividad artística. Cientos de artistas católicos están deseando pasar por Vitoria y ofrecer su arte de calidad como lo hacen en otros puntos de la Península. Pero no hay apoyo en este terreno. Y lo digo desde la experiencia personal, después de haber traído el Multifestival David en su 29ª Edición a Vitoria, después de haber luchado por encontrar espacios para Rubén de Lis, Juan Susarte, Luis Alfredo Díaz, … y una lista que tengo en espera de poder venir a Vitoria-Gasteiz.
Defendería que instituciones, obispado, empresas y particulares fuesen de la mano para dar mayor uso a los templos alaveses, y sobre todo para poder ofrecer eventos en nuestros pueblos que la Diócesis muchas veces parece que solo fuese Vitoria.
Quizá una comisión mixta ad hoc podría ser una herramienta útil para recoger en primera instancia las propuestas y peticiones de uso de los espacios religiosos, concediendo, eso sí, la última palabra al obispado.
Por otro lado y siendo justos habría que decir que al igual que la Diputación es un gestor del dinero y el patrimonio de todos los alaveses el obispado lo es del patrimonio y dineros del Pueblo de Dios que camina en Vitoria. Por lo tanto quizá por delante de la voz del representante de los alaveses el obispado haya de sondear “la voz” del Pueblo de Dios, quizá seamos los militantes católicos los primeros en consultar qué queremos que se pueda o no hacer dentro de la Casa de nuestro Padre. Por lo tanto ni el obispo debería sentirse propietario plenipotenciario ni el Diputado General sujeto de derechos de propiedad que no le corresponden.
Por mucho dinero que se haya invertido éste no puede considerarse “un pago” para adquirir la propiedad de los inmuebles, resultaría una aportación “envenenada”, además no puede considerarse un pago por varias razones, porque el dinero no se aportó bajo ese concepto de compra a plazos, y porque la inversión ya ha generado beneficios en el tejido social alavés y esos beneficios son los que tendría que bastar a la Diputación para estar satisfecha de la inversión realizada. Insisto, otra cosa es seguir colaborando con una actitud propositiva que permita ofrecer más eventos culturales a la población. Pero eventos respetuosos con el hecho religioso en todo caso.
Y para las propuestas que surjan de otras empresas artísticas, mi sugerencia: que se hagan con un buen asesor en cuestiones religiosas, que les acompañe en todas las etapas de la gestación del proyecto y les haga ver donde están las líneas rojas que si quieren pasar tendrán que costeárselas con su dinero.
Pero sobre todo diálogo y entendimiento.
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