A los 42 años del asesinato de nuestro hermano Alfonso Acevedo.
| Luis Van de Velde
El tiempo vuela…. Cada vez hay más personas que no han vivido los años de represión y guerra. Cada año hay menos personas que han conocido a las víctimas. En las colonias y en la parroquia de San Ramón /Mejicanos, en la Iglesia arquidiocesana y hasta en las mismas comunidades eclesiales de base, hay menos personas que han caminado junto a Alfonso Acevedo. Lo que sabemos de él ya es lo que recordamos de lo que otros/as nos han contado.
La parroquia de San Francisco, Mejicanos, recuerda y celebra cada año el aniversario de su martirio. El cuerpo toturado de Alfonso ha sido enterrado en el templo de esa parroquia. Ahí se reunían las CEBs del Gran San Salvador al inicio de los años 80. La comunidad pasionista recuerda cada año en su parroquia el testimonio de Alfonso.
Nacieron unos cantos populares brotados desde el corazón de las CEBs. Esos cantos a Alfonso Acevedo expresan el significado de su vida y su entrega como ejemplo y brújula para no perdernos hoy.
En San Ramón / Mejicanos contamos con el Centro Infantil “Alfonso Acevedo” como trabajo de ANADES. Hemos sido testigos de cómo el Centro Infantil y las maestras hacen grandes esfuerzos para dar a conocer a niños/as pequeños/as la figura de Alfonso Acevedo, para reflexionar y animarse con todo el personal de ANADES acerca de su responsabilidad histórica de vivir el legado de Alfonso.
“Foncho” – como lo llamábamos – está también en el inicio y todo el caminar de la Comunidad Eclesial de base “Alfonso Acevedo” en San Ramón. Esta CEB tiene sus raíces hasta en el 25 aniversario de su martirio. Ahí nació una nueva experiencia de CEB donde la práctica pastoral y su servicio social a las y los pobres siguen siendo luz en el caminar. Esa comunidad “Los Fonchos”, junto con otras CEBs integra el Movimiento Ecuménico de CEBs en Mejicanos “Alfonso, Miguel, Ernesto y Paula Acevedo”, retomando también la memoria martirial de dos hermanos y una sobrina de Alfonso. Durante varios años en el mes de septiembre se ha puesto mantas alusivas en San Ramón o se ha realizado alguna caminata por las calles llamando la atención de los habitantes acerca del mártir de su lugar. También otras CEBs recuerdan a Alfonso Acevedo. En el programa de la articulación nacional en la radio de la UCA hemos podido compartir experiencias y reflexiones sobre Alfonso y como vivimos su herencia. Conocemos solamente un trabajo de investigación acerca de la vida y el testimonio pastoral de Alfonso: la tesis de José Arturo Mora Hernández en la maestría de teología latinoamericana de la UCA, un estudio sobre el testimonio pastoral de animadores/as laicos/as asesinados/as por ser líderes en la Iglesia.
Hoy, el 42 aniversario de su martirio llega el tiempo de una profunda revisión de nuestras respuestas a su legado. No bastan los relatos repetitivos de algunos aspectos que aun recordamos. No bastan celebraciones anuales. No basta retomar su nombre en nuestro nombre de organización o comunidad. No basta leer su biografía o el resultado de una investigación sobre su testimonio creyente. Ni basta reunirse alrededor de su tumba en el templo de San Francisco en Mejicanos. No basta que los que lo hemos conocido y quienes hemos caminado con él relatemos cada año unas experiencias de su testimonio. No basta escribirle cartas.
Hagamos una verdadera valoración de nuestra vida personal, familiar, comunitaria y como pueblo. Un buen método es hacernos preguntas a partir de lo que sabemos de Alfonso. Preguntas como: Hagamos una revisión a la luz del testimonio de Alfonso. ¿Cuáles eran las prioridades en la vida de Alfonso y cuáles son nuestras prioridades hoy? ¿qué aprendemos – para hoy – a partir de su camino de conversión? ¿cómo vivimos hoy su misión evangelizadora y su cercanía con las familias? ¿de qué manera cumplimos con su misión de “visitar” constantemente? ¿Hasta dónde llega nuestro compromiso de compartir lo que tenemos? ¿en qué medida somos capaces de transformar nuestras heridas en fuerza evangelizadora de esperanza y animación? Si proyectamos el testimonio pastoral de Alfonso hacia nuestro tiempo, ¿qué estaría haciendo Alfonso hoy? ¿De qué manera el testimonio de Alfonso puede ayudarnos hoy a comprender y a vivir el Evangelio de Jesús? ¿Qué tendríamos que retomar? ¿Qué tendríamos que cambiar en nuestra vida personal, familiar, comunitaria y como miembros activos en nuestro pueblo? ¿El testimonio de la vida y entrega pastoral de Alfonso nos ayuda a seguir a Jesús hoy en la realidad actual? ¿En qué aspecto nos hemos quedado muy cortos o deficientes? ¿cómo nos reta Alfonso hoy? - No tengamos miedo. Alfonso, mártir, es una brújula confiable para no perdernos y para ser testigos del Evangelio.
Reflexión revisada en el 42 aniversario del martirio de Alfonso Acevedo (+ el 12 de septiembre de 1982). (reflexión original escrita para el aniversario 39 en 2021)