¡Feliz miércoles! ¡Feliz festividad de san Ignacio de Loyola! Hoy es un día muy importante para todos los que vivimos la espiritualidad ignaciana. Por ello, traigo música con texto de la que a mí me gusta decir que era la oración de Ignacio porque es la que rezaba.

La música para hoy es de Heinrich Schütz (1585-1672), compositor alemán nacido en la localidad turingia de Köstritz. La música religiosa estaba constreñida dentro de unos estrictos límites y él se encargó de darle un aire fresco ya que introdujo el estilo coral italiano en Alemania debido a que estudió allí con Gabrieli. Probablemente empezó estudiando con George Weber y entró en el Collegium Mauritianum de Kassel. Pronto era niño de coro de la corte del landgrave y en 1608 se marchó a Venecia para aprender del anteriormente citado Gabrieli. Volvió a Alemania y conoció a Johann Herman Schein, y se hicieron grandes amigos. Sus primeras publicaciones aparecieron en 1619, pero su creatividad se vio algo tocada cuando en 1625 falleció su esposa Magdalena.

Escuchemos su obra titulada Die Seele Christi Heilige mich, SWV 325, que podría traducirse por Alma de Crissto, Santifícame, con texto de esa oración que a san Ignacio le gustaba rezar y que incluso cita en sus Ejercicios Espirituales. Pertenece a su colección Kleine Geistliche Konzerte II. La jaculatoria de la oración permite su conposición en forma de diálogo entre las dos voces, cosa que así hace al comienzo Schütz. Por lo demás, es un motete que tiene todo su estilo, con esa riqueza y esa profundidad tan características en él.

La partitura de la pieza puede descargarse aquí.

La interpretación es de The Marian Consort.