Bach-Friedman, tocata BWV 565
¡Feliz domingo! El domingo es aquí sinónimo de Bach. Desde hace varias semanas, ya que hemos terminado el recorrido por todo su catálogo, estamos escuchando versiones para piano de obras para órgano o de movimiento de cantatas suyos.
Sigamos con la biografía de Johann Sebastian Bach (1685-1750), compositor alemán nacido en Eisenach. La primera versión de El Arte de la Fuga, con la que el maestro estaba enfrascado, contaba con catorce movimientos y puede considerarse un juego completo de doce fugas y dos cánones. La estructura, por tanto, estaba bastante redondeada. El contrapunto va ganando en dificultad y aparece indicado en la habitual terminología italiana o latina (per augmentationem et diminutionem, etc.). Poco a poco va incrementando la animación del sujeto, dando la impresión de que escuchamos una serie de variaciones. Aporta así, una nueva dimensión a la obra. El contiuo cambio de textura contribuye a una gran riqueza de la pieza, que pasa de ejemplos del siglo XVI, al estilo francés y a manierismos más contemporáneos.
No es esa la composición que vamos a escuchar hoy, sino una sobre la que también se han escrito ríos de tinta. Se trata de la famosa tocata de la Tocata y fuga en re menor, BWV 565. Es quizá la composición más conocida de Bach. No se sabe muy bien cuándo fue compuesta, y el rango de fechas va desde 1704 a 1750. Es evidente que en ella apreciamos retazos de la escuela noralemana de órgano. No fue publicada por primera vez hasta 1833, gracias a Mendelssohn. La tocata se abre con esas famosas octavas paralelas y todo fluye hacia ese famoso estilo florido que tanto caracteriza a Bach. Vamos a escuchar hoy la versión para piano de Ignaz Friedman.
La interpretación es de Petronel Malan al piano.