Bach Inmortal



¡Feliz jueves! ¡Ya le va quedando poco a la semana! Que la obra, la vida y todo lo relacionado con Bach puede calificarse sin miedo de inmortal es una obviedad. Y eso es lo que se encarga de recordarnos el compositor de hoy, que no es Bach. Esta pieza es de una belleza increíble, como verás. Son de esas obras que remueven nuestros sentidos y nuestro interior. ¿Qué te parece escucharla para meditar un rato? ¡Es ideal!

Quien se encarga de la música hoy es Knut Nystedt (1915-2014), maestro noruego nacido en Oslo. Sus composiciones se han interpretado por todo el mundo y Nystedt siempre se ha visto involucrado en todas las corrientes presentes en su tiempo. Sin embargo, este discípulo de Aaron Copland eligió un estilo personal, rico en sonoridad, en colores y en sutileza. Nystedt es un maestro de la delicadeza. Gran parte de sus obras han sido compuestas para coro, con claras influencias de Palestrina y el canto gregoriano, algo muy querido para este maestro. Su habilidad con la escritura vocal queda evidente en obras como la que te traigo hoy, llenas de profundidad.

Creo que la composición de hoy es quizá su más conocida. Se titula Immortal Bach y está escrita para coro. Podríamos decir que es una deconstrucción del maestro del Leipzig ya que basa en su coral "Komm, süsser Tod". Fue compuesta en 1988 comienza en el coral de Bach presente en las voces que poco a poco van evolucionando. Esas frases vuelven a ser cantadas pero a diferente tempo de forma que ambas se van moviendo de forma independiente. El resultado es algo exquisito y puede calificarse de teología hecha música. Esa atemporalidad tan característica de la obra es la marca de la inmortalidad bachiana. La música de Nystedt se eleva hasta la eternidad de una forma etérea y profunda.

Quiero dedicar este humilde post en este humilde blog al grandísimo maestro José Luis Pérez de Arteaga, locutor de radio y musicólogo, de quien tanto hemos aprendido muchos melómanos y que falleció ayer a la tempranísima edad de 66 años. ¡Descansa en paz, maestro!

La interpretación es del Rundfunkchor Berlin dirigido por Simon Halsey.

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