Bach, suite orquestal BWV 1067

Bach, suite BWV 1067

¡Feliz domingo! Seguimos recorriendo esas magnas obras como son las suites para orquesta que el maestro de Eisenach nos legó para nuestro disfrute. La composición de hoy tiene momentos que casi todos conocemos e incluso llegamos casi a tararear.

J. S. Bach

Vamos, como siempre, con algo sobre la biografía de Johann Sebastian Bach (1685-1750), compositor alemán nacido en Eisenach y fallecido en Leipzig. Al poco de llegar a esta localidad, Bach pidió que alguien se encargarse de las clases de latín que él mismo debía impartir. Era se defendía como gato panza arriba para hacer todo lo posible por no dar esas clases, para enfado de las autoridades. Por otra parte, seguía luchando para disponer de un conjunto instrumental bien formado, cosa que tampoco le resultaba sencillo. Así, propuso que, para sus necesidades, el conjunto vocal tuviese entre una y dos voces por cuerda y por lo menos dos para los ripienistas. Para el instrumental proponía dos violines, dos violas, un violonchelo, un violón, dos flautas (travesera o dulce), entre dos y tres oboes, dos fagotes, tres trompetas y timbales.

Escuchemos la Suite orquestal n.º 2, BWV 1067. No se sabe exactamente cuándo la compuso y, en cualquier caso, parece que es música pensada solo para el disfrute. Le dio la oportunidad de experimentar con la escritura para flauta travesera, instrumento solista de la pieza que por esos días estaba empezando a ponerse de moda. Aunque las suites estaban concebidas teniendo un patrón francés, aquí Bach recurre más al modelo italiano, según el legado de Vivaldi y Scarlatti. Así, escuchamos el estilo de Vivaldi en la sarabanda y en el minueto. La suite pudo ser escrita alrededor de 1720 y, en cualquier caso, antes de su llegada a Leipzig en 1723. Se cierra la composición con la famosa famosísima badinerie.

La partitura de la suite puede descargarse aquí.

La interpretación es de Marten Root (traverso) y la Netherlands Bach Society dirigida por Shunske Sato.

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