Fantasía en eco
¡Feliz martes! El instrumento que está considerado el rey de todos es el que permite este efecto de eco y muchísimos más, como ha quedado demostrado a lo largo de todos los siglos. Vamos a disfrutar hoy de una pequeña obra de un gran maestro.
Me estoy refiriendo nada menos que a Jan Pieterszoon Sweelinck (1562-1621), compositor neerlandés nacido en Deventer. Llevó una vida tan tranquila que casi no tenemos demasiados datos suyos sobre ella. Viajó muy poco fuera de Ámsterdam (donde estaba asentado) y esas salidas estuvieron relacionadas con sus obligaciones como organista de la Oude Kerk. Así, sabemos que terminó volviendo a su Deventer natal así como a Amberes, Harderwijk y Róterdam. Varias veces se llegarían a encontrar dos grandes maestros del teclado puesto que casi con toda seguridad era amigo de John Bull, quien dejó Inglaterra en 1613 para establecerse en Bélgica, y es muy posible que viajase a los Países Bajos para conocer a ese mito viviente que era Sweelinck.
Vamos a escuchar su Fantasía en eco. Precisamente eso es lo que escuchamos y en el caso del órgano la cosa es fácil puesto que los distintos registros en los distintos teclados permiten todo este dosborde de sonoridad. La pieza evoluciona, como suele ser habitual, en disminución, porque las notas se van haciendo cada vez más breves. Además del efecto del eco, Sweelinck nos regala. Probablemente sea una de las primeras piezas en las que se recoge ese efecto de eco.
La partitura de la pieza puede descargarse aquí.
La interpretación es de Matthias Havinga al órgano de la Oude Kerk de Ámsterdam (que no es el original que tocó Sweelinck).