Prisa alocada
¡Feliz lunes! Es un hecho más que comprobado que vivimos inmersos en una constante prisa. Constantemente estamos haciendo cosas sin parar y sin detenernos a saborear nada. Digamos que una metáfora de esto es la obra de hoy.
Hace ya mucho tiempo que no traía música de Philip Glass (1937), compositor estadounidense nacido en Baltimore. Le pese a quien le pese, es uno de los compositores actuales más influyentes del panorama contemporáneo. Sus comienzos fueron eclécticos ya que estudió con Nadia Boulanger, pero también con Ravi Shankar. Su música esta enclavada dentro del minimalismo, con esos característicos patrones que se repiten, a veces embebidos en estructuras mayores. Glass rechazó finalmente el término minimalismo porque era algo pasado de moda. Ha compuesto obras para una gran cantidad de distribuciones orquestales y vocales, incluyendo sinfonías y varias óperas, entre las que están su laureada Einstein on the beach. También se ha dedicado de forma intensa a componer música para el cine.
Disfrutaremos de su obra titulada Mad Rush, que podría traducirse por el título de esta publicación. En 1979 el dalái lama visitó Estados Unidos y Glass escribió esta obra para celebrar esta visita. Está escrita para tres voces con un patrón de notas que va evolucionando por medio de un ritmo de dos contra tres, modelo que puede escucharse en otras obras del maestro. Poco a poco la obra se va expandiendo puesto que Glass añade compases conforme evoluciona, de forma que nunca es la misma. Aunque el compositor dijo en principio que esta obra era de «duración indeterminada» propuso luego hacer solo hasta tres repeticiones. Se basa en una obra anterior para órgano.
La interpretación es de Philip Glass al piano.