¡Feliz martes! El nombre y apellido del compositor de hoy son palabras mayores, realmente grandes. Cualquier cosa de él tiene una calidad fuera de lo normal y casi todas sus obras son de alguna forma pionera en cada uno de los géneros.

No puede ser otro que Claudio Monteverdi (1567-1643), compositor italiano nacido en Cremona. Durante mucho tiempo trabajó para los Gonzaga en Mantua, pero terminó teniendo diversas desavenencias con ellos, por lo que dejó de servirlos. En 1612 decidió buscar trabajo en otro lugar y lo hizo nada menos que como maestro de capilla de la catedral de San Marcos en Venecia. Al comienzo tuvo que reconstruir la capilla y pasó cierto tiempo hasta que aceptó encargos externos. La década de 1630 le trajo poca actividad musical debido a cuestiones políticas y una espantosa epidemia que casi redujeron a cero los encargos desde Mantua o la propia Venecia. Algunos años más tarde, más o menos en 1637, la ópera de Venecia se volvió a abrir y eso hizo que reviviese la actividad operística, cosa que pudo aprovechar con éxito hasta que murió en 1643.

Vamos a escuchar su salmo Dixit Dominus Secondo SV 192. Pertenece a su colección Messa, salmi concertati e parte da capella, et letanie della B. V., que fue publicada en 1650. Tenemos aquí dos coros cantando a cuatro voces en alternancia, algo típico de la forma de interpretar en San Marcos de Venecia. Este tipo de piezas se interpretaban en las vísperas de días importantes en las que el dogo estaba presente, momento en el que el Pala d'Oro (un gran retablo dorado) era mostrado. Lo que escuchamos es una pieza en stile antico, aunque Monteverdi no se limita a alternar los versos entre los coros, como haría Willaert, sino que los combina de una forma mucho más variada y con unas texturas mucho menos predecibles.

La interpretación es de The Sixteen dirigidos por Harry Christophers.